Agencia AFP
Ciudad del
Vaticano.- El papa Benedicto XVI condenó este miércoles con severidad los males
que aquejan a la Iglesia, como la hipocresía y sus divisiones internas, en su
última homilía antes de hacer efectiva, el próximo 28 de febrero, su sorpresiva
renuncia.
El Pontífice, quien
vestía la casulla violeta de la temporada de Cuaresma, pronunció sus duras
críticas durante la misa solemne del Miércoles de Cenizas en la basílica de San
Pedro, ante numerosos cardenales, obispos y miembros del cuerpo diplomático.
La Iglesia
"está en ocasiones desfigurada" por "las divisiones dentro del
cuerpo eclesiástico", proclamó.
El Papa alemán
lamentó igualmente la "hipocresía religiosa", así como "el
comportamiento de los que aparentan" y las actitudes que buscan ante todo
"los aplausos y la aprobación", e instó a a superar "el
individualismo y las rivalidades".
Al término de la
larga misa, el cardenal Tarcisio Bertone, número dos del Vaticano y mano
derecha de Benedicto XVI, rindió en nombre de la Curia un sentido homenaje al
primer pontífice que renuncia a su ministerio en la era moderna.
"¡Gracias!,
gracias por su su fuerza, su humildad y gran coraje demostrado durante su
pontificado", le dijo.
"El amor profundo
por la Iglesia lo llevó a ese gesto", agregó.
Como gesto de
admiración, Bertone besó el anillo papal y se quitó la birreta cardenalicia,
acto copiado por todos los cardenales presentes, provocando una larga ovación
de los miles de asistentes.
En la mañana, en su
primera aparición pública tras su renuncia, el Papa, que asumió su pontificado
en 2005, explicó a los peregrinos de todo el mundo que deja el trono de Pedro
"por el bien de la Iglesia" y pidió orar por su sucesor, que será elegido
en un cónclave que se reunirá a mediados de marzo.
"Como saben, he
decidido renunciar al ministerio que el Señor me encomendó el 19 de abril de
2005. Lo he decidido con plena libertad por el bien de la Iglesia después de
haber rezado largo tiempo y de haber examinado ante Dios mi conciencia",
dijo.
Visiblemente
emocionado, el Papa admitió ser "profundamente consciente de la gravedad
de tal gesto", pero reiteró "no tener ya la capacidad de ejercer el
ministerio petrino con el vigor que el mismo requiere".
"Sigan rezando
por el futuro Papa y por la Iglesia", pidió el Papa ante unos 3.500 fieles
congregados en la sala Pablo VI del Vaticano para su penúltima audiencia
general.
Acogido con los
gritos de "¡Benedetto!, ¡Benedetto!", el pontífice, vestido en esa
ocasión con la tradicional sotana blanca, agradeció el caluroso recibimiento:
"Doy gracias a todos por vuestro amor y vuestras oraciones".
Improvisando ante la
multitud, Benedicto XVI confesó que "en estos días nada fáciles"
siente "casi físicamente el amor" de los peregrinos frente a una
decisión de tal envergadura, anunciada el lunes pasado, que conmocionó a una
Iglesia de 1.200 millones de fieles.
Durante la
tradicional catequesis, ya más tranquilo pero con el cansancio dibujado en el
rostro, el Papa habló de la Cuaresma y de las tentaciones de Jesús durante los
cuarenta días que pasó en el desierto.
Como es habitual
durante las audiencias semanales, el Papa saludó en varios idiomas y envió en
español un particular abrazo a los peregrinos de España, Perú y México, que
enarbolaban sus banderas.
"Gracias
Santidad", se leía en un enorme cartel en italiano.
Por el momento, el
pontífice no ha anulado ninguna de las citas previstas en febrero.
El jueves, el Papa
conversará con los sacerdotes de Roma para una catequesis programada.
Entre sus últimas
intervenciones públicas confirmadas figura el tradicional ángelus del domingo,
después del cual se retirará para una semana de ejercicios espirituales
coincidiendo con la Cuaresma.
El miércoles 27, un
día antes de su renuncia, el Papa dirá adiós a los fieles en la plaza de San
Pedro, donde se espera la presencia de miles de personas . La ceremonia será
seguida en directo por medios de comunicación de todo el mundo.
Mientras tanto la
prensa analiza vida y milagros de los candidatos a sucederle.
Observadores
recalcan que en noviembre pasado, cuando Benedicto XVI designó al último grupo
de cardenales, entregó el título a seis nuevos miembros entre los que no había
italianos ni europeos, lo que fue interpretado como el deseo del pontífice de
equilibrar el Colegio Cardenalicio, dominado por religiosos del viejo
continente.
Entre los cardenales
presentidos para Papa figura el cardenal hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga,
presidente de Caritas, quien aclaró sin embargo que no se considera apto para
el cargo. "Es un trabajo implacable, no soy adecuado", confesó en una
entrevista con el diario italiano La Stampa.
El veterano cardenal
portugués José Saraiva Martins estimó en televisión que el escándalo del año
pasado por la filtración de documentos confidenciales a través de su mayordomo,
Paolo Gabriele, "pudieron influir en la decisión".
La prensa italiana
revela también que el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, y el
secretario privado del Papa, Georg Gänswein, fueron informados de la histórica
decisión hace quince días.
(ZOCALO/ AFP/ 13/02/2013 - 11:27 AM)
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