Excélsior
Distrito Federal—
Entre las poco más de 800 plazas asignadas al cuerpo de asesores y
colaboradores de diferente índole de los senadores de la República existen
hijos, hermanos y parejas sentimentales de los legisladores federales, que
cobran como servidores públicos.
Está el caso de la
senadora Iris Vianey Mendoza, secretaria de la Mesa Directiva, quien tiene como
su asesor al ex senador Carlos Sotelo, quien también es su pareja sentimental;
además, otro de sus asesores es Francisco Javier Barbosa Huerta, hermano del
coordinador de los senadores del PRD, Luis Miguel Barbosa.
El priísta Alejandro
Tello tiene a su hermano Pablo como su asesor, el perredista Alejandro Encinas
tiene a su hijo también en el Senado. Se trata de Alejandro Encinas Nájera y
está adscrito a la oficina de Luis Miguel Barbosa.
La petista Martha
Palafox tiene a sus dos hijos Gabriela y Mauricio como colaboradores en su
oficina.
De acuerdo con la
información recabada por Excélsior, en los casos de Francisco Javier Barbosa y
Alejandro Encinas hijo, ya trabajaban en el Senado antes de que sus parientes
se convirtieran en senadores de la República.
Con base en la
revisión de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley
Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, la Ley Orgánica del
Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, el Reglamento del Senado y el
Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos
Mexicanos, no existe ninguna prohibición expresa para que los senadores tengan
como colaboradores a sus familiares.
Sólo hay una
referencia en el artículo 47 de la Ley Federal de Responsabilidades de
Servidores Públicos, de que los servidores públicos tienen que abstenerse de
promover a sus familiares, pero en ninguna parte hay mención de alguna
prohibición para que sus familiares trabajen en el mismo espacio.
Para el caso de
Francisco Javier Barbosa, hermano del actual líder de los senadores
perredistas, llegó al Senado en la LX y LXI Legislatura. Fue el secretario
técnico de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía cuando fue
presidida por Carlos Sotelo, perredista y líder de la Corriente Democracia
Social.
Ahora ambos trabajan
con la senadora Iris Vianey Mendoza, también integrante de la corriente
Democracia Social, pareja sentimental de Carlos Sotelo, de acuerdo con la
información confirmada con perredistas integrantes de esa corriente.
Alejandro Encinas
Nájera ya había trabajado en el Senado. Fue asesor del entonces senador por
Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya. De acuerdo con la información recabada por
este diario, el hijo del ahora senador Alejandro Encinas dejó de asistir al
Senado porque se fue a trabajar a la delegación política de Coyoacán.
Ahora, de manera
oficial, forma parte del cuerpo de asesores del presidente del Instituto
Belisario Domínguez, el perredista Luis Miguel Barbosa, aunque es más común
verlo a un lado de su padre.
Para el caso de
Martha Palafox, senadora por el Partido del Trabajo, hace unas semanas admitió
públicamente que tenía empleados a sus dos hijos, Gabriela y Mauricio, quienes
le ayudan en sus actividades legislativas.
Familia legisladora por esfuerzo
Hay funcionarios que
tienen a su familia trabajando dentro del gobierno; sin embargo, hay quienes, a
través del voto, se han ganado un espacio.
En la actual
Legislatura del Senado de la República también hay dos familias representadas
que tienen escaños.
Se trata de los
hermanos Humberto y Fernando Mayans Canabal. El primero pertenece al Partido
Revolucionario Institucional (PRI) y el segundo al de la Revolución
Democrática.
Están también los
Yunes, de Veracruz. Se trata de Héctor Yunes, del PRI, quien es tío de Fernando
Yunes, del PAN.
Todos ellos ganaron
por elección su escaño en el Senado de la República.
Instituto Belisario dejará de cobijar a compadres
El Instituto Belisario
Domínguez dejará de ser el refugio de los amigos y amigas de los senadores y a
partir del 1 de febrero hará a un lado sus criterios políticos para convertirse
en un instituto meramente académico, de investigación, reveló el presidente del
Instituto, Luis Miguel Barbosa.
En entrevista con
Excélsior, el también coordinador de los senadores del PRD explicó que ya no
serán políticos quienes hagan los trabajos de respaldo a la discusión
legislativa, sino integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), a
quienes se les darán sueldos decorosos y se les exigirán resultados concretos.
“Lo estamos
convirtiendo en un verdadero centro de investigación legislativa, diseñado por
investigadores, no diseñado por políticos. Yo ahí soy el presidente y soy quien
coordina las actividades, quien estimula las propuestas, quien ve que se
cumpla, que estoy pendiente de que haya eficacia.
“Durante el primer
periodo produjimos algunas cosas, como las revistas, pero el objetivo principal
fue el rediseño institucional y el 1 de febrero arranca todo este plan.
“Cada área tiene
ahora un presupuesto que le permite contratar entre siete y ocho
investigadores, de acuerdo con el salario que se les asigne, pero va a ser del
más alto nivel y ya conseguí que se les duplique en un periodo de seis meses. Y
puede llegar a existir hasta 30 investigadores en todo el Instituto”, adelantó.
Y es que la dinámica
de trabajo en el Instituto era, efectivamente, que cada uno de los tres
principales grupos parlamentarios tenía a su cargo un área de investigación, y
dependían de los criterios políticos su difusión.
Por ejemplo, cuando
el PRI mandó a hacer una investigación sobre el aumento de las plazas de la
burocracia de élite en los gobiernos panistas, Excélsior tuvo acceso a ella,
como primicia, porque le fue proporcionada por los legisladores priístas, pero
los investigadores que la hicieron jamás hicieron público el trabajo de manera
oficial, en la página del Instituto y no existe registro oficial de la misma.
“El Instituto
Belisario Domínguez no funcionaba como un instituto de investigación
legislativa. Era un Instituto que dividía la investigación en tres partidos
políticos, el PRI, PAN y el PRD. Había áreas de investigación específica y
finalmente cada área trataba de responder a su grupo parlamentario.
“Una investigación
partidizada es una investigación que se anula. La investigación tiene que ser
con métodos científicos, no con métodos políticos. Entonces, en febrero arranca
la nueva etapa del Instituto Belisario Domínguez, donde sigue habiendo tres
directores de área, pero ya no hay división por partidos políticos, sino que es
a partir de un plan de trabajo.”
Añadió que fue todo
un rediseño institucional, en donde los integrantes, que serán contratados en
este mes, tendrán que ser empleados conforme a protocolos de investigadores y
con investigadores que formen parte del SNI.
“Eso provocó un
esquema de modificación institucional y para el cual he contado con el apoyo de
los coordinadores del PRI, Emilio Gamboa, y del PAN, Ernesto Cordero, porque
están comprometidos conmigo a que funcione el Instituto como funcionan en
muchas partes del mundo los centros de investigación legislativa.
“Vamos a agregar la
biblioteca del Senado, no administrativamente, no para que dependa
administrativamente del Belisario, pero sí para que vincule en las áreas de
investigación. “Vamos a crear el Sistema Nacional de Investigación Legislativa,
a través de un software que permita consultar muchísimas cosas. Vamos a crear
la Biblioteca del Instituto.” (Excélsior)
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