MÉXICO,
D.F. (apro).- La disputa por el territorio que libran las
organizaciones criminales de los Beltrán Leyva- Los Zetas y de Joaquín El Chapo Guzmán
en el estado de Sinaloa fue lo que detonó la matanza de nueve personas
en la comunidad de El Platanar de los Ontiveros, municipio de Concordia,
reveló este miércoles la Procuraduría General de Justicia de esa
entidad (PGJE).
“Son confrontaciones de la rivalidad
delincuencial, derivadas de los grupos que se identifican, algunos, como
de la célula Beltrán-Zetas y por otro lado del grupo del Pacífico
(cártel de Sinaloa). Todo está relacionado con la disputa de
territorios, en relación con la distribución y venta de droga”, dijo en
conferencia de prensa el procurador Marco Antonio Higuera Gómez.
El
funcionario estatal también informó que la Fiscalía a su cargo ya tiene
la posible identidad de algunos de los agresores, pero se la reservó.
Además,
mencionó que los gavilleros también participaron en la muerte de dos
elementos de la Policía Estatal Preventiva, cerca de la presa Picachos,
en Mazatlán, en noviembre pasado.
Detalló que de acuerdo con la
averiguación previa 95/2012, integrada por el Ministerio Público de
Mazatlán, el grupo que participó en la masacre del pasado lunes 24
estaba integrado por aproximadamente 30 personas.
Higuera Gómez
señaló que el mismo día de la ejecución, la comisaria María Ontiveros
Osuna informó al alcalde de Concordia, José Eligio Medina Ríos, que
alrededor de las 19:30 horas un grupo armado había privado de la
libertad a su esposo Francisco Gutiérrez Tirado.
Luego de los
hechos, añadió, el marido de la comisaria fue trasladado a la cancha de
la comunidad, donde fue ejecutado junto con otras tres personas:
Feliciano Bastidas Gutiérrez, Francisco Lizárraga Pérez (quien fue
decapitado) y Marcelino Rueda Medrano.
Minutos más tarde,
aproximadamente a 200 metros de la cancha de basquetbol, en una tienda
de abarrotes, se localizaron los cadáveres de otras cinco personas,
identificadas con los nombres de: Francisco Parentes Medina, dueño del
negocio; su sobrino Víctor Medina Garay; sus hijos Jesús y Francisco
Parentes Páez, y su vecino Tomás Rodríguez Aguirre.
El procurador
de Justicia de Sinaloa aseguró que las personas asesinadas no tienen
antecedentes, aunque “hay algunas relaciones y vinculaciones que son
parte de la averiguación”, dijo.
Precisó que en el lugar del
primer atentado se localizaron 17 casquillos de arma de fuego conocido
como “mata-policías”, mientras que en el segundo se levantaron 96
casquillos de AK-47, conocido como “cuerno de chivo”, y dos ojivas del
mismo calibre.
Según el fiscal, la zona estaba permanentemente
vigilada por elementos del Ejército, aunque aclaró que el día de la
masacre éstos se movilizaron para destruir un plantío de mariguana, por
lo que los delincuentes aprovecharon para realizar la múltiple
ejecución, justificó.
“El delincuente está en espera de aprovechar
cualquier movimiento que haga la autoridad, por lo que el día de ayer
se integraron las estrategias para reforzar no solamente la seguridad,
sino ir por las personas que están siendo señaladas como probables
responsables de esta agresión”, dijo.
La zona donde ocurrió la
masacre es habitada por familias de desplazados por la violencia que se
vive en la zona serrana de Concordia y otros 12 municipios de Sinaloa.
Según estimaciones de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (CDDHS), suman entre
25 mil y 30 mil las personas que han huido de sus comunidades ante
ataques y amenazas de grupos delictivos ligados al narcotráfico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario