Garita de Otay.
Angélica Urías Espinoza cruzó
a Estados Unidos para comprar ropa, pero en el asiento trasero de su vehículo
llevaba 12 kilos de metanfetamina.
La mujer originaria de
Sinaloa y con residencia en Tijuana, alegó que es una “mula ciega”, que la
droga no era de ella y que su vecino se la puso sin que ella tuviera
conocimiento.
Desde 2015 fue detenida en la
garita Mesa de Otay, llevada a juicio y sentenciada a 7 años y medio de
prisión; la semana pasada una Corte de Apelaciones de California revocó la
sentencia.
Para los magistrados que
anularon la condena, hay evidencias que apuntan a que la mujer fue usada como
“mula ciega”.
Los magistrados determinaron
que durante el juicio, la acusada presentó evidencias que podrían probar que su
vecino, fue quien puso la droga en el vehículo.
Desde 2014, la mujer cruzaba
a Estados Unidos con frecuencia en una camioneta Ford Escape para comprar ropa
que luego vendía en su tienda en Tijuana y también hacia compras de pedidos
específicos de ropa.
El 22 de abril de 2015,
oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) hallaron 12
kilos de metanfetamina en el asiento trasero de su vehículo.
De acuerdo con la sentencia
de la Corte de Apelaciones, en el puerto de entrada, un agente de CBP le
preguntó por la identificación y si ella tenía algo que declarar y proporcionó
su tarjeta de cruce fronterizo y declaró que no llevaba nada ilegal a los
Estados Unidos.
El agente fronterizo sospechó
lo contrario, y después del interrogatorio inicial, decidió realizar una
inspección en el vehículo con asistencia de varios agentes.
La búsqueda reveló que los
asientos traseros del auto habían sido ahuecados y rellenados con
metanfetamina.
La mujer fue llevada a juicio
y acusada de importación de metanfetamina.
En el juicio, el gobierno
llamó a dos agentes de CBP para testificar sobre el descubrimiento de la droga
y uno de ellos declaró que notó un bulto en la parte posterior del asiento del
automóvil, hurgó y descubrió paquetes de celofán debajo de la tapicería de los
asientos traseros.
El agente dijo que Urías
Espinoza no reaccionó cuando examinó el asiento y descubrió las drogas.
Otro agente testificó que
además localizó un teléfono celular del Angélica en la camioneta.
Un tercer agente dijo que la
mujer cruzó la frontera 14 veces entre el 27 de febrero de 2015 y el 22 de
abril de 2015 y presentó una serie de mensajes de WhatsApp encontrados en el
celular con fecha de la semana anterior al arresto.
Los mensajes revelaron una
conversación en la que habla de la entrega de un “producto”, así como el plan
de Urías Espinoza para solicitar un pase de acceso rápido a Estados Unidos.
La defensa de la acusada
alegó que se trataba de un pedido que le estaba haciendo un cliente, pues ella
además de comprar ropa para venderla en su tienda, hacía compras de artículos
específicos que le pedían.
El agente señaló que en el
vehículo hallaron varios recibos de tiendas de Los Ángeles que coincidían con
las fechas en las que la mujer había entrado a ese país.
En su defensa, la acusada
aseguró que ella no sabía de las drogas que llevaba en su vehículo y acusó a su
vecino de haberlas colocado sin su conocimiento.
Después de que Urías fue
detenida, el vecino huyó de su casa.
La acusada presentó pruebas
que no fueron admitidas por el jurado.
Las evidencias eran imágenes
de su vecino y su declaración de que él había sido traficante de drogas en las
calles de Los Ángeles y que había sido detenido en ese país por distribuir
mariguana e importar metanfetamina.
Testigos presentados por la
mujer señalaron que era conocido que ella viajaba frecuentemente a comprar
ropa, que estacionaba su carro en la calle y que tras su detención el vecino
huyó de su domicilio.
El jurado consideró que la
evidencia era insuficiente para considerar que el vecino tenía motivos,
conocimiento y oportunidad de usar a la mujer como “mula ciega” para
transportar metanfetamina.
Tras el juicio la encontraron
culpable y sentenciaron a 90 meses de prisión, pero la defensa apeló la
sentencia.
La Corte de Apelaciones dio
la razón a la acusada y anuló la sentencia.
Los magistrados señalaron que
el gobierno no presentó ningún testimonio de un testigo que hubiera visto a
Urías Espinoza cargar las drogas en su auto.
El tribunal señaló que las
evidencias presentadas por Urías ayudan a establecer que el vecino tenía
conocimiento de cómo obtener y transportar metanfetaminas en grandes
cantidades.
La condena que había tenido
el vecino en Estados Unidos por posesión con la intención de distribuir
mariguana en Los Ángeles, demuestra una posible conexión con distribuidores en
ese país que podrían vender la metanfetamina encontrada en el auto de Urías
Espinoza.
En combinación, señaló la
Corte, estas convicciones hacen que sea más probable que el vecino tenía el
conocimiento y la capacidad de usar a Urías Espinoza como una “mula ciega”,
menciona la sentencia.
En segundo lugar, establece,
se considera de relevancia que el vecino había sido deportado por lo que él no
podía conducir ni cruzar legalmente a ese país y necesitaba a alguien más.
En resumen, la evidencia
rechazada habría ayudado a Urías Espinoza en la demostración de que su vecino
tenía la oportunidad, motivo y conocimiento para usarla como “mula ciega”,
“todo lo cual hace que sea más probable que lo haya hecho”, decidió la Corte de
Apelación para anular la sentencia.
Las “mulas ciegas” es uno de
los métodos de los cárteles para cruzar drogas con traficantes involuntarios.
La Secretaría de Seguridad
Pública de Baja California y la Policía Municipal de Tijuana, han alertado en
varias ocasiones del peligro de convertirse en “mulas ciegas” y piden a los
ciudadanos revisar sus vehículos.
En octubre del año pasado, un
vecino del fraccionamiento Otay Universidad, en Tijuana, salió de su domicilio
y observó paquetes adheridos al chasis de su vehículo.
Al revisarlos, encontró que
eran paquetes confeccionados con cinta canela y cada uno con un imán para
adherirlo al chasis.
El hombre llamó a la Policía
Municipal y los agentes retiraron los paquetes que contenían 12 kilos de
mariguana.
(RIODOCE/ ALEJANDRO MONJARDIN/ 6 FEBRERO, 2018)
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