Un grupo de empresarios
miembros del poderoso Consejo de Negocios, preocupado por el débil arranque de
precampaña del candidato del PRI, José Antonio Meade, le pidió a Gabriela de la
Riva, la experta en estudios de mercado y opinión pública que preside De la
Riva Group, una encuesta sobre las tendencias electorales para decidir, entre
otras cosas, en dónde colocarían sus recursos. Los resultados, aunque algo
similar esperaban intuitivamente, confirmó sus temores: el líder de la
izquierda social, Andrés Manuel López Obrador, es un competidor casi imbatible,
mientras que Meade está frito. Ricardo Anaya, candidato del frente PAN, PRD y
Movimiento Ciudadano, sin embargo, era quien, vieron en ese momento, como rival
del tabasqueño en la elección de julio próximo.
La encuesta tuvo 108
preguntas, aplicada a mil 516 personas entre el 13 y el 18 de enero. ¿Qué
encontraron? Una pregunta pedía que dijeran “cuál candidato le queda mejor”, y
de 14 ideas, como quién es honesto y confiable, disminuirá la corrupción, es un
líder fuerte, mejorará la economía, se enfrentará al Presidente Donald Trump, o
resolverá el crimen y la violencia, López Obrador fue superior a todos en 11
preguntas, por más de 10 puntos. Sobre quién manejará mejor la relación con
Estados Unidos, empató con Anaya. Meade siempre quedó en tercer lugar, salvo en
dos de las preguntas, donde quedó en primero: que es “más de lo mismo”, y que
es “un peligro para México”, donde superó a López Obrador por dos puntos.
El estudio mostró que el 80
por ciento de los entrevistados dijeron que sí iban a ir a votar, lo que sería,
de materializarse, una cifra histórica de participación en los tiempos de la
transición y consolidación democrática. En 2012 la participación alcanzó el
63.14 por ciento; en 2006 fue de 58.55 por ciento; en 2000 votó el 64 por
ciento del padrón; y en 1994, considerada como una elección donde el voto fue
permeado por el miedo, lo hizo el 77.11 por ciento. En la muestra de De la
Riva, el 57 por ciento dijo que el País iba por un rumbo equivocado, y el 76
por ciento desaprobó la gestión del Presidente Enrique Peña Nieto, lo que habla
de un voto por enojo.
La mala imagen de Peña Nieto
ha sido un lastre en cada elección, donde candidatos priistas han llegado
incluso a eliminar cualquier imagen que los asocie con él durante la campaña
para mitigar el impacto. Peña Nieto tiene tantos negativos como los ex
presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón juntos, y muy probablemente, los
negativos que mostró Meade, 50 por ciento (dos más que López Obrador), son una
transferencia directa de la desaprobación del Presidente. Los negativos de Anaya
estaban en 45 por ciento.
En una pregunta los
entrevistados respondieron por cuál candidato votaría si hoy fueran las elecciones
presidenciales. Los resultados fueron: López Obrador, 30 por ciento; Anaya, 27
por ciento; Meade, 19 por ciento; Margarita Zavala, 4 por ciento, y Jaime
Rodríguez, “El Bronco”, por ciento. Este resultado da un empate técnico entre
López Obrador y Anaya, que parecería contradecir la respuesta a la pregunta
donde veían los entrevistados muy poderoso al tabasqueño. Una explicación
podría encontrarse en los negativos de López Obrador, y el que todavía hay
resabios de miedo contra él. Por eso se puede entender la pregunta sobre por
quién votaría si su candidato no estuviera en la boleta electoral; es decir, la
segunda mejor opción. En este caso, los resultados fueron: Anaya, 25 por
ciento; López Obrador, 16 por ciento; Meade, 12 por ciento; Zavala, 9 por ciento;
“El Bronco”, 5 por ciento, y Armando Ríos Piter, 2 por ciento.
Los resultados de la encuesta
mostraron tendencias claras, pero enorme incertidumbre sobre lo que pueda pasar
en los próximos meses. Ninguno de los entrevistados dijeron estar seguros de
votar por quien dijeron que votarían. Si esta vacilación es lo que está
imperando entre el electorado, una interpretación sería que la elección está
abierta. Sin embargo, según reflejaron los resultados, no entre tres, sino
entre dos, López Obrador y Anaya. La encuesta para los empresarios confirma lo
que todas las mediciones -menos una, de la empresa con menos experiencia en
estudios demoscópicos- están señalando: el competidor de López Obrador es
Anaya, porque Meade se ha desbarrancado.
La campaña formal aún no
comienza -será hasta finales de marzo-, pero la precampaña está construyendo la
percepción de que Meade no va a ganar. El descrédito del Presidente y del PRI
(7 de cada 10 tienen una opinión desfavorable del partido), están haciendo mella
en su candidato, pese a que su nivel de conocimiento va creciendo. Es decir,
los negativos de Peña Nieto y el PRI son superiores en fuerza a los positivos
del candidato. Miembros de la campaña de Meade aseguran que va a haber ajustes
y que se van a comenzar a notar en los próximos días. Tendrán que ser notorios
y contundentes para evitar que continúe la campaña en una especie de barrena.
Pero sobre todo, para
convencer a los actores políticos dentro del PRI y sus coaligados, así como a
los agentes económicos, que la candidatura de Meade sí es competitiva y
ganadora, como aseguran retóricamente los dirigentes del partido. El
escepticismo sobre lo que pueda hacer Meade no ayuda al cambio gradual de su
discurso, su agenda, ni los mensajes de deslinde sin ruptura. La preocupación
de los empresarios que mandaron a hacer la encuesta refleja el temor creciente
a que López Obrador gane las elecciones y cumpla sus promesas de revisionismo
económico. Por lo pronto, la idea de un sector empresarial es formarse detrás
de Anaya, quien les da las posibilidades de derrotar a López Obrador, y
respaldarlo con todo lo que puedan.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
@rivapa
(ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA PALACIO/
07/02/2018 | 04:06 AM)
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