* Una zona de constantes conflictos por la
tierra
* Ubicación y confusión derivada del
nombre
Allá por la Subdelegación de
La Fortuna, a treinta kilómetros al Noreste de La Paz, bañada por el Mar de
Cortés, hay una pequeña comunidad llamada “EL COYOTE”. Está formada por parajes
agrícolas y de pastoreo, pero antes fue un campo pesquero habitado por no más
de veinte personas. Fue ahí donde se dio el primer desembarco para llevar
provisiones al fuerte de La Paz en el siglo XVII.
El primero de Los Coyotes fue
originalmente adjudicado a Agustín Arreola en un procedimiento de adquisición
basado en su posesión de dos sitios de ganado mayor. Tenía forma rectangular y
se introducía en aproximadamente 4.5 kilómetros de ancho tierra adentro, y 8.4
de largo, abarcando el arroyo “El Coyote” y la costa, lo que hoy en día se
conoce como Coyote Sur (la parte que compró el “Gringo” Raymond Novelli) y
Coyote Norte, aclarando que es un terreno proindiviso que tiene aproximadamente
200 dueños registrados en la Dirección de Catastro, por lo que no resulta
extraño que muchos se confundan, pues todos los propietarios son dueños de
alguna parte de “El Coyote”.
El segundo “Coyote”, conocido
como “Punta Coyote”, con superficie de aproximadamente 500 hectáreas, colinda
al Norte con el Golfo de California; al Sur con el Primer Coyote; al Este con
el Golfo de California y al Oeste con el predio “Cachimba”. Dejó de ser
propiedad de la Nación al ser titulado a Gloria Aragón de Olachea, el 19 de
octubre de 1964, quien lo vendió en 1965 al señor William Matthew Parr, en
representación de su menor hijo Miguel Antonio Parr Bennett quien lo
transmitió, con autorización judicial, en 1973, al señor Rogelio Fernando
Bosque Barba y éste, en 1985, al suscrito, Matthew William Parr Bennett, su
actual propietario.
Los conflictos ocurridos en
“Los Coyotes” y la intervención del PRD.
Desde el siglo XVIII, el
primer Coyote fue habitado pacíficamente por diversos agricultores y ganaderos,
por sus tierras relativamente fértiles y la abundancia de agua, gracias al
arroyo que cruzaba sus predios. Se cuenta, sin embargo, que cuando llego al
poder el PRD a Baja California Sur, la convivencia pacífica terminó, ya que sus
gobernantes permitieron a Carlos Sánchez Cota, alias “el Pichi” y a su hijo,
Saúl Iván Sánchez Camarillo, que se dedicaran a tumbar cercos y a desalojar
violentamente a los habitantes del predio proindiviso “El Coyote”, para
quedarse con sus tierras, aprovechando su parentesco con el entonces gobernador
del Estado Leonel Cota Montaño, iniciándose varias averiguaciones en su contra
ante Agencias del Ministerio Público de la capital por los delitos que a
continuación se señalan para probar que los hechos de esta narración son
ciertos:
A.P. 119/686/ZA/97.-Denunciante RAMON COTA ROCHIN y
hermanos, por el delito de robo, despojo y daño en las cosas en contra de
CARLOS SANCHEZ COTA.
A.P. 1776/ZA/23/2000.- Denunciante JERONIMO JUAREZ
GALINDO, por el robo de una mula en contra de CARLOS SANCHEZ COTA.
A.P. 3304/2000.- Denunciante AGUSTIN JUAREZ por el
delito de despojo cometido probablemente por el señor CARLOS SANCHEZ COTA.
A.P. 059/02/2001.- Denunciante JESUS AVALOS por el
robo de un caballo en contra del señor CARLOS SANCHEZ COTA.
A.P. 04/236/2002.- Denunciante MANUEL ROBLES SINTA por
el delito de despojo, al parecer en contra de CARLOS SANCHEZ COTA y otros.
A.P. 02/274/2002.- Denunciante MANUEL ROBLES SINTA por
homicidio en grado de tentativa, daños y otros, imputando a CARLOS SANCHEZ COTA
el haber derrumbado su casa con un trascabo estando el ofendido dentro.
A.P. 165/ZA/04/2002.- Denunciante FREDDY ANTONIO
FUENTES por el delito de daños, acusando a CARLOS SANCHEZ COTA por haber
destruido su casa con un trascabo.
A pesar de la prepotencia y
el descaro del acusado, las denuncias no procedieron. Cuenta el señor Manuel
Fuentes, antiguo habitante de la zona, que también a él le tumbaron su casa con
un trascabo, pero que nunca se procedió en contra de Carlos Sánchez Cota ya que
el gobierno del PRD lo protegía.
Tiempo después se reunieron
los afectados y pidieron apoyo al Gobernador Narciso Agundez, recibiendo
promesas que nunca se cumplieron, incluso se les recogieron todas sus
escrituras con el pretexto de hacer un estudio y ayudarlos, pero nunca pudieron
recuperar sus documentos. En esta misma época, Saúl Iván Sánchez Camarillo
señaló en un programa televisado de canal 10, que era posesionario de 4500
hectáreas en “El Coyote”, más que toda la extensión de dicho predio.
El segundo Coyote permaneció
en su estado natural, ya que no tenía agua, existiendo solamente un paraje de
pescadores hasta 1988 cuando, su último adquirente, Matthew William Parr
Bennett, mexicano por naturalización, construyó un camino de acceso y tránsito,
creando un circuito desde el arroyo “El Coyote” hasta la carretera de
Pichilingue y diversas obras en el inmueble.
En I989 los señores Ramón
Rojas y Juan Fuentes Talamantes fueron contratados para cuidar el predio,
construir el cerco, una casa-almacén, bebederos, corrales y pilas de agua, ya
que “Punta Coyote” operó desde entonces como rancho ganadero. A la muerte de este
último, en 1994, ocupó su lugar en la vigilancia del terreno su hijo, el señor
Manuel Fuentes Monteverde, hasta que ocurrió el despojo a manos de Saúl Iván
Sánchez Camarillo en enero del 2013.
En el año2000, señor Carlos
Sánchez Cota ocupó ilegalmente el terreno y el pozo contiguo a “Punta Coyote”,
conocido como predio “El Potrero” o Acuífero “El Coyote”, concesionado a
Matthew William Parr Bennett, por lo que 8 de junio del año 2000 se interpuso
acusación en su contra ante el Agente del Ministerio Público de La Paz, en la
Averiguación Previa 401-2249/ZA/2000 por el delito de despojo en grado de
tentativa, que nunca prosperó y cuyas constancias aparentemente desaparecieron.
Años después, en mayo del 2004, el señor Carlos Sánchez Cota rompió los cercos del segundo Coyote, alegando que una criba que ahí se encontraba era parte de su propiedad. Se presentó denuncia en su contra por el delito de robo, daño en las cosas y despojo en grado de tentativa el 21 de junio del 2004 en la averiguación previa 0427/TRES/2004, misma que fue consignada ante el Juez Primero Penal de La Paz en el año 2005, pero solo por robo y daño en las cosas, dictándose orden de aprehensión en su contra, en el expediente número 230/2010, solo por el delito de robo el 12 de Mayo del 2006 y auto de formal prisión el 7 de junio del año 2006, siendo hasta el año 2007 cuando se remite la causa a la Juez Tercero Penal de este Partido Judicial, al admitirse la escusa planteada por el Juez original, quedando el expediente con el numero 470/2007 por poco tiempo, ya que la Juez Tercero se excusó también, volviendo el asunto al Juez Primero, con el mismo número de expediente de ese juzgado hasta el 11 de octubre del año 2011 (más de 7 años después de cometido el delito), en que falleció el inculpado, sin que se hubiera dictado sentencia en su contra, advirtiendo como dato curioso, pero sintomático también, las excusas de dos de los jueces.
Los hechos antes referidos,
no son aislados ya que, independientemente de los delitos imputados al señor
Carlos Sánchez Cota, otras personas, incluyendo a Saúl Iván Sánchez Camarillo y
algunos funcionarios, fueron acusadas por diversos ilícitos y actos de
corrupción, creando una grave situación de inseguridad y de violencia en la
región que se refleja en el informe remitido por el Subdelegado Municipal de La
Fortuna al Presidente Municipal de La Paz, el 25 de junio del 2007, en el que
se refiere a la reunión de vecinos, ocurrida el 10 junio de ese año, para
analizar la problemática planteada por los diversos propietarios y/o
posesionarios de el predio “El Coyote”, Municipio de La Paz, a la que
asistieron la entonces Diputada Rosa Delia Cota Montaño, el Agente del
Ministerio Publico David Villavicencio en representación del Procurador General
de Justicia, así como el señor Héctor Villa Valencia, representando al Director
del Patrimonio Inmobiliario y Regularización de la Tenencia de la Tierra del
Gobierno del Estado.
Se advierte de este documento
que la reunión fue accidentada, ya que las personas hacían uso de la voz con
gritos e insultos, por considerarse propietarios de pequeñas fracciones del
predio en que se actúa y que, “entre las personas más atacadas verbalmente se
puede señalar al C. Carlos Sánchez Cota, a quien la mayoría de los que tomaron
la palabra acusaban de diversos delitos relacionados con fracciones de terreno,
cercos destruidos, casas y, siendo que manifestaban la existencia de hechos
delictivos, los representantes del Procurador General del Estado, en cada
oportunidad le sugerían que pasaran a la Agencia del Ministerio Público para
plantear sus quejas, con el objeto de iniciar las averiguaciones previas que
procedieran”.
“Es de informarse -dice el
Subdelegado Municipal- que, de acuerdo al desarrollo de la reunión, se observó
un clima de descontento entre los asistentes, quienes usaron palabras
altisonantes y ofensivas, que presumen un ambiente negativo para la paz social,
situación que se debe atender de inmediato ya que los asuntos, tanto entre las
partes como en relación a las autoridades municipales (Catastro y Registro
Público), Estatales y Federales (Secretaría de la Reforma Agraria), fueron en
tonos muy graves, acusándose de despojos, daños en propiedad, amenazas,
portación de armas, tráfico de influencias, duplicidad de claves catastrales,
duplicidad de inscripciones en Catastro y Registro Público, además de
corrupción en diferentes oficinas municipales”, transcripción que describe
claramente una situación que se prolonga y agrava hasta la fecha, pues el señor
Saúl Iván Sánchez Camarillo y miembros de su familia han continuado la
tradición de su difunto padre, participando en actos delictivos caracterizados
por el uso de la violencia y la presencia de armas de fuego.
Cuenta Manuel Fuentes
Monteverde que Saúl Iván Sánchez Camarillo le Invadió y despojó de su terreno
ubicado en el Primer Coyote, pasando un tractor por encima de su casa cuando
fue al mandado. José Cota Arredondo, en 2006, y Beatriz Gilbert en 2007, lo
acusan de haberlos despojado con violencia, como también hicieron los Rochin,
el “Gringo” Novelli y muchos mas, logrando apoderarse de gran parte del primer
Coyote gracias a la protección que le brindó la cúpula del Gobierno perredísta,
destruyendo la comunidad agrícola que ahí se encontraba, ya que invadía,
destruía y golpeaba impunemente.
En mayo de 2010, Rosa Delia
Cota Montano, en su calidad de Presidente Municipal, emitió una CARTA DE
POSESION Y EXPLOTACION a su pariente, Saúl Iván Sánchez Camarillo, en la cual
certifica que éste tenia en posesión y explotación, desde el año 2000, el
predio que el suscrito Matthew William Parr Bennett, había adquirido ante
notario e inscrito en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio desde
el 26 de septiembre de 1985, bajo el Número 198, Volumen 144 de la Sección I
siendo que, para otorgar la carta de referencia, era necesaria la certificación
del Registro Público de que el inmueble no aparecía inscrito a nombre de otra
persona.
Saúl Iván Sánchez Camarillo
compareció, posteriormente, ante notario y levantó un acta con su propia
manifestación de estar en posesión del “Rancho el Coyote” o “Punta Coyote”,
apoyado en el dicho de dos testigos, a fin de apoderarse de la propiedad de
Matthew William Parr Bennett con este ridículo documento y la certificación de
la Presidenta Municipal.
El despojo del segundo
Coyote, una historia ofensiva.
Fue así que, el 28 de enero
del año 2013, según versión de cinco testigos, mientras varios trabajadores
reparaban el cerco y la casa afectada por un ciclón, el señor Saúl Iván Sánchez
Camarillo llegó al lugar en un pick up rojo, acompañado de aproximadamente
treinta personas que estacionaron sus vehículos metros atrás, arrollando un
tanque de plástico vacío que casi golpea a uno de los presentes, gritando a los
trabajadores y guardias de seguridad que estaban desarmados, que “se fueran
mucho a la chingada”, que “si no lo hacían ahí se iban a quedar, porque a él no
le importaba pagar algún muerto” y otras amenazas del mismo tenor, lo que
constituye un claro despojo tumultuario y violento en lugar despoblado, siendo
él quien dirigía o encabezaba al grupo.
Debe hacerse notar que, hasta
ese momento, ni Saúl Iván Sánchez Camarillo ni su familia habían tenido
posesión del inmueble, sino que habían arrancado cercos, como lo hizo su padre,
o amenazado a trabajadores y guardias para que se retiraran, como ocurrió los
días 20, 21 y 22 de enero del 2013, pero en esta última ocasión invadieron el
predio y colocaron vehículos en las dos entradas del mismo, ignorando la
propiedad que desde hacía más de 25 años tenía sobre el predio el suscrito
Matthew William Parr Benett y su indubitable posesión, derivada de las obras
fedatadas, el hecho de que tuviera vigilantes en el lugar, ganado y trabajadores
reparando los cercos y la casa-almacén, mientras que los responsables del
despojo no pueden alegar ningún acto posesorio previo en el predio en ninguna
parte de la superficie de 475-92-07.173 hectáreas.
A raíz de estos hechos se
realizó la averiguación previa y, en su momento, se ejercitó acción penal en su
contra, librando el Juez competente la orden de aprehensión que se ejecutó
legalmente, lo que demuestra que las condiciones políticas en el 2013 habían
cambiado. Sin embargo, durante los tres días del término constitucional, el
Juzgado fue ocupado por cerca de cuarenta personas que apoyaban a Saúl Iván
Sánchez Camarillo, quienes portaban pancartas y gritaban consignas, impidiendo
que los abogados y los testigos de la víctima ingresaran al juzgado, logrando
que el juzgador dictara un auto de libertad, argumentando absurdamente que si
bien estaba probado que el inculpado había penetrado violentamente en el
predio, no había quedado establecido la superficie ocupada por lo que era
necesaria la pericial topográfica para tal efecto.
Una vez reestructurada la
averiguación y llenando el requisito de la pericial, se libró nuevamente orden
de aprehensión, la que no ha sido ejecutada hasta la fecha, no obstante que se
expidió hace más de un año y que el Juez del amparo sólo le otorgó la
suspensión al quejoso para que una vez detenido quedara a su disposición, por
tratarse de un delito grave.
Solo para ilustrar la
dinámica del despojo y la violencia empleada, resulta conveniente invocar la
declaración condensada de tres de los testigos, mencionando solo sus nombres de
pila, advirtiendo que su dicho aparece en las constancias procesales:
José Ramón señala que el
acusado “arribó en un vehículo tipo pickup, color rojo, con varias personas a
bordo golpeando con el mismo pick up un tinaco de agua tipo rotoplás, el cual
se encontraba vacío con el cual casi golpeaba a uno de mis compañeros; bajándose
una persona del pickup rojo, en forma altanera diciéndonos que nos saliéramos o
que si no habría problemas, observándosele a Saúl Iván Sánchez que traía en la
cintura un arma de fuego, tipo escuadra, diciéndonos “sálganse a la chingada
porque si no va ha haber golpes hacia ustedes”, y nos mostro el arma que traía
indicándonos que no tenia miedo de matar a alguien, observándose en la entrada
principal del predio un camión tipo volteo, color amarillo, y un pickup con 30
personas a bordo aproximadamente”.
Carlos Eduardo dijo que
“llegó una camioneta color rojo pick up chevrolet, y a bordo de dicho vehículo
venían dos personas de sexo masculino,…y también vi un camión de volteo color
amarillo y a bordo de éste venían aproximadamente veinte personas del sexo masculino
de diferentes edades y un pick up lleno de personas, pero que el camión y este
último pick up se quedaron atrás, pero el pick up rojo se acercó al predio y
chocó contra un tinaco que estaba en el suelo y casi atropella a un compañero
de seguridad que estaba ahí, bajándose una persona muy enojada…un compañero de
seguridad reconoció a este sujeto y me dijo que se llamaba Saúl Iván
Sánchez,…después éste nos comenzó a decir palabras altisonantes tales como:
“hijos de la chingada, que nos saliéramos a la fregada de ahí, que ese predio
era de él y que si queríamos nos quebraba ya que tenia para pagar…” alcance a
ver que portaba una cacha de pistola, e hizo como que la iba a sacar ….”por lo
que todos los agentes de seguridad y yo optamos por salirnos del predio…ya que
temíamos por nuestra integridad, porque yo pensé que Saúl Iván Sánchez nos iba
disparar”.
Marcelo explicó que “llegó un
pick up de color rojo, en compañía de un camión de volteo de color amarillo,
con un aproximado de treinta personas a bordo del mismo y de un pick up, creo
de color blanco, mismos vehículos que se quedaron a una distancia del lugar,
pero dentro del predio”, agregando que “el pick up entró a toda velocidad y
tumbando un tambo para el agua que casi golpea a uno de mis compañeros, donde
iban abordo dos personas del sexo masculino, después uno de ellos se bajo del
vehículo y con tono amenazante dijo” sálganse a chingar a su madre de aquí o me
los quiebro” y a su vez nos enseño las cachas de una pistola, al parecer de
color negro que traía fajada en el pantalón, por lo que decidimos retirarnos
del lugar, ya que no yo ni mis compañeros estábamos armados…y que las personas
que venían en el camión y en el pick up se acercaron a la casa tomando posesión
del predio”.
Saúl Iván Sánchez Camarillo
fue demandado también por la vía civil, en un interdicto de recuperar la
posesión que tomó cuatro años de litigio, en el que se dictó sentencia, en
enero del presente año, ordenando el juez de la causa que se restituyera el
inmueble a la actora, la que no se ha cumplimentado porque éste interpuso tres
demandas de amparos sin haber agotado el recurso de apelación.
Recurrió además, a la
intervención fraudulenta de uno de sus testigos en la causa penal, quien
aseguró falsamente ante el Juez de Distrito que había celebrado contrato de
comodato con él sobre el predio “Punta Coyote” por el término de veinte años
que concluyen en el año 2036, solicitando que no se ejecutara la sentencia por
ser un tercero extraño al juicio interdictal.
El caso es que el suscrito,
Matthew William Parr Benett, no he podido disfrutar del inmueble desde enero
del 2013, no obstante que se dictó orden de aprehensión en contra de Saúl Iván
Sánchez Camarillo, que se le condenó por la vía civil a restituirme el predio y
que las autoridades agrarias determinaron que no tenía interés jurídico cuando
trató de cancelar el título que me expidieron como propietario de el predio
“Punta Coyote”.
De nada ha servido que se
hayan interpuesto denuncias penales e impulsado las siguientes averiguaciones
en el fuero común:
+ Averiguación LPZ/573/AMP6/2013, acumulada con la
averiguación LPZ/33/AMP2/2016, seguida en contra de Saúl Iván Sánchez, Luis
Ángel Avilés Camarillo y José Miguel Avilés Juárez, por presentar cuatro
documentos falsos ante el juez. Asunto consignado desde 2016, esperando orden
de aprensión.
+ Averiguación previa LPZ/549 /AMP8/2013 en contra de
Oscar Banda, por declaraciones falsas ante el Ministerio Publico. Ya consignada
desde 2016.
+ Averiguación LPZ/070/SPB/2016 contra de Rosa Delia
Cota Montano, por falsificar documentos, uso indebido de autoridad y
declaraciones falsas ante el Ministerio Público.
+ Averiguación LPZ/450/AMP10/2015 en contra de los
cómplices de Saúl iban que le ayudaron en el despojo.
+ Averiguación LPZ/ 276 /SPB/2015 en contra de el ex
Registrador Público de la Propiedad, Alejandro Davis Monsón por emitir
documentos e informes falsos.
+ Averiguación LPZ/567/AMP1/2016 en contra de Lidia
Camarillo, madre de Saúl Iván Sánchez Camarillo, por declarar falsamente ante
un juez.
+ Averiguación previa LPZ/455/AMP 5 /2013 presentado
por Ramón Rojas Green contra de Saúl Iván Sánchez Camarillo por despojarlo de
la posesión de un predio menor dentro de “Punta Coyote”, que le fue otorgada
por el propietario.
También se plantearon
diversas acusaciones ante el Ministerio Público Federal en contra de Saúl Iván
Sánchez Camarillo, por presentar documentos falsos en un juicio de amparo
(AP/PGR/BCS/LP-IV/ 062/2014) y por presentar documentos de este tipo ante la Secretaría
de la Reforma Agraria (AP/PGR/BCS/LP-I/ 302B/2015).
La restitución del segundo
Coyote, ante el sistema de justicia y los temores e intereses políticos.
No es fácil dar a cada quien
lo suyo cuando el obligado tiene parientes incursionando en la política,
incrustados en el PRD, que lo protegen, o cuando el gobierno se preocupa por
evitar manifestaciones o reacciones violentas y olvida el cumplimiento de sus
obligaciones.
Saúl Iván Sánchez Camarillo
se hace acompañar por más de treinta personas para despojar un inmueble;
presiona con manifestaciones tumultuarias a los jueces para que le dicten auto
de libertad; alegando falsos derechos, destruye con un tractor las casas de los
poseedores para hacerse justicia por su propia mano y, cuando recurre a los
tribunales, lo hace abusando del juicio de amparo o presentando documentos y
testigos falsos, todo esto en el Estado de Baja California Sur en donde se
trata de eliminar cacicazgos e implantar un régimen respetuoso del derecho.
El final de esta saga está
por escribirse, pero este capítulo corresponde a las autoridades.
(COLECTIVO PERICU/ REDACCIÓN/ JUNIO 1,
2017)
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