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Los oficiales del penal más importante
en el Estado se lamentan del peligro que corren en cada jornada y las malas
condiciones laborales. Refieren la falta de personal y agresiones por parte de
reos de alta peligrosidad, hecho al que atribuyen la reciente revuelta. El
subsecretario del sistema penitenciario, David Limón Grijalva, asegura que
trabaja en el incremento al sueldo de los guardias y en cambiar la situación
que estos padecen
alta de personal, arrestos
injustos, mandos autoritarios, un sueldo bajo, amenazas por parte de reos,
equipo de trabajo deficiente y falta de atención, son las denuncias de los
oficiales de custodia en el penal de “El Hongo”.
“Observamos lo rápido que las
autoridades reaccionaron a las exigencias de los internos en días pasados (en
la huelga de hambre), respondiendo de inmediato a sus peticiones; en cambio a
nosotros, que estamos a veces más vulnerables que los propios reos, se nos
ignora”, coincide un grupo de custodios del centro penitenciario entrevistado
por ZETA.
Los oficiales de la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California, adscritos al
sistema de Custodia Penitenciaria, pretenden que sus peticiones también sean
atendidas, pues alegan que desde hace algunos años el sistema ha decaído al
grado que predicen perder el control de la prisión si el Gobierno del Estado no
corrige varias situaciones.
La principal inquietud de los
policías es su integridad física; consideran que requieren de más personal para
hacer frente a los protocolos de seguridad. “Desde hace cuatro años, decenas de
compañeros han renunciado y otros son movidos, pero no se contratan más, somos
menos cada vez”, explica uno de los llamados policías estatales de Seguridad y
Custodia Penitenciaria.
“Los directivos sofocaron
temporalmente las inconformidades de los privados de su libertad, pero no han
buscado en nuestra integridad física, el intento de motín fue con base de
negligencias, falta de coordinación, falta de supervisión, falta de interés y
falta de administración, lo que se vivió en ‘El Hongo’ no son cosas nuevas”,
aseguran.
Según los agentes, ellos son
los únicos que tienen contacto con los internos y quienes dan la cara por las
órdenes del comandante o del director del Centro de Readaptación Social
(CERESO), “los directivos ya tenían conocimiento de que los privados de la libertad
organizarían una revuelta de esta índole, no existe personal suficiente para
cubrir las necesidades”.
Además, exponen que
constantemente los internos de alto perfil criminal “rompen las normas de
seguridad o hacen actividades que ponen en riesgo a los internos, al personal y
a las instalaciones”.
Los custodios se preguntan
cómo solventar en su totalidad la tranquilidad del penal, “si ellos
(autoridades) no proporcionan el personal suficiente para cubrir cada uno de
los puestos establecidos dentro de un centro, dejando sin seguridad varios
lugares y a merced de los privados de la libertad”.
Uno de ellos agregó: “El
interno tiene una actitud antisocial, es incapaz de seguir las normas de
convivencia, lo canalizan en apatía y se desquitan contra quienes ellos piensan
que los marginan, es decir, nosotros”.
“Prácticamente todos los días
nos amenazan los internos con manifestaciones verbales, que nos van a matar,
que ellos pronto van a tener el control del CERESO, o que van a ponernos una
putiza, ese riesgo aumenta cuando el estado de fuerza no se puede ejercer con
45 oficiales por turno y sin el respaldo de los comandantes”, complementó otro
oficial.
El sueldo de los custodios es
otro de sus reclamos, en promedio se les pagan 11 mil pesos al mes, a diferencia
de un agente de la Policía Preventiva, que percibe entre 18 mil y 24 mil pesos.
Además se quejan de
“arrestos” y castigos que les aplican cuando “actividades nos salen bien”
aunque aseguran que si algo sale mal, “es por la escasez de personal y porque
los mandos solo buscan la forma que se lleve a cabo una actividad sin ver el
riesgo, prevenir accidentes entre internos o hacia nosotros”.
Temerosos de ser castigados
-son varios casos a quienes los reprimen por solicitar cambios-, piden al
subsecretario del sistema penitenciario, David Limón Grijalva y al director de
Centros Penitenciarios, vigilar el desempeño de sus mandos; por ejemplo el de
Francisco Benavides, comandante de los CERESOs, de Eduardo Montero y Ángel
Esteban Fernández, director y subdirector de “El Hongo”, respectivamente; así
como a José Ismael Ramírez, comandante del mismo penal.
Entrevistado por ZETA, Limón
Grijalva dijo que no es ajeno a la problemática de los oficiales. Aseguró que
recientemente realizó la petición -por cuarta ocasión- para que a los custodios
se les mejore su salario, “cuando menos al nivel de los policías estatales
operativos, pues los custodios tienen el mismo riesgo o hasta más”, y espera
“ahora sí” le autoricen los aumentos.
A decir del subsecretario,
desde que llegó ha hecho movimientos de mandos y ha establecido políticas de
mejores tratos para los oficiales que incluso jura, su número de teléfono
celular está a disposición de cualquier agente para levantar quejas o reportar
irregularidades para que no sufran alguna represalia.
Sobre la falta del personal,
confesó que el Centro de Control y Confianza (C3) es “muy duro”, y los
interesados no logran pasar los exámenes. Por ello ha buscado alternativas como
los reingresos de custodios que han salido por motivos ajenos a su desempeño,
medida que estuvo prohibida durante los últimos ocho años.
“Es cierto, hay problemáticas
serias, pero lo estamos trabajando, a los muchachos les pido paciencia, poco a
poco todo lo que ellos mencionan va a cambiar”, concluyó.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / ISAÍ
LARA BERMÚDEZ/LUNES, 29 MAYO, 2017 12:00 PM)
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