¿Quién ganará la elección
para gobernador en el Estado de México el próximo domingo? Nadie lo sabe con
certeza, pero tampoco nadie puede descartar una sorpresa. “Está muy cerrada,
pero vamos a ganar”, dijo uno de los colaboradores más cercanos al candidato
del PRI, Alfredo del Mazo. “Les viene un tsunami”, afirmó uno de los estrategas
de la candidata de Morena, Delfina Gómez. A una semana de la elección, lo único
que parece cierto es que la final será entre dos, pero de la lectura interna
que hacen los partidos no se puede extraer en estos momentos ganador seguro.
Las encuestas internas de los partidos ubican a Del Mazo y Gómez cómodamente
arriba de sus contendientes, pero todas registran un dato que puede ser
perturbador para el PRI: el número de personas encuestadas que responden “no
sabe” o no contestó”, oscila entre 17 y 23 por ciento, lo que ha sido negativo
para los candidatos del PRI en el pasado, porque regularmente es un voto
escondido en contra de ellos.
Las últimas encuestas
públicas sobre el Estado de México muestran un repunte en las preferencias electorales
de Del Mazo. Según el estudio difundido por El Financiero el 24 de mayo, Del
Mazo traía el 34 por ciento de las preferencias electorales, contra 29 por
ciento de Gómez, muy arriba de Juan Zepeda, el candidato del PRD, con 19 por
ciento, y Josefina Vázquez Mota del PAN, con 13 por ciento. En la muestra del
periódico, sin embargo, se registra que alrededor de dos de cada 10
encuestados, no quisieron revelar su preferencia electoral, que es un
porcentaje que de votar, alteraría cualquier muestra realizada. Esta ha sido
precisamente la tendencia en las últimas elecciones, la más significativa hace
casi dos años en Nuevo León, donde las encuestas daban una apretada victoria
para Jaime Rodríguez, El Bronco, o incluso una derrota ante la candidata del PRI,
Ivonne Álvarez, que resultó en una paliza dos a uno. El PRI también esperaba
ganar las elecciones para gobernador en Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo y
Durango el año pasado, y se fueron a la oposición por ese voto oculto en las
encuestas.
Si las tendencias electorales
en los dos últimos años han mostrado que esta variable ha sido tóxica para el
PRI, la pregunta es por qué en el Estado de México tendría que ser diferente.
El alto porcentaje de las personas que no revelan por quién quieren votar genera
preocupación por un lado, y optimismo por el otro, pero sobre todo, en función
de las metodologías de cada partido, diferentes tendencias de voto y mayor
incertidumbre.
El tracking poll del PRI, por
ejemplo, que arrojó un cruce preocupante para ellos el 10 de mayo, tras el
segundo debate, cuando Gómez superó a Del Mazo en una tendencia que parecía
difícil revertir, mostró un cambio importante el mismmo día en que se publicó
la encuesta de El Financiero, aunque la ventaja del priista sobre la morenista
no era como la traía el periódico, sino un poco más modesta, de dos puntos
porcentuales. El tracking poll es una encuesta que mide diariamente a los
candidatos y sirve para estrategia más que como proyección de voto.
Bajo esta advertencia, el
tracking poll de Morena dice otras cosas. Por ejemplo, que la ventaja de Gómez
es irreversible, al haber estado en algunos momentos dentro de ese registro,
hasta en 10 puntos de ventaja sobre Del Mazo. La principal encuesta que tiene
Morena para consumo interno, es de la firma Indicadores S.C., refleja esa
diferencia, que con fecha del 28 de mayo confirma que en una semana
prácticamente no se movió nada. En esta última señala que Gómez y Morena
aventajan en las preferencias con 36.6 por ciento del voto, contra 25.4 por ciento
de Del Mazo y el PRI, arrumbando a Zepeda y el PRD en 17 por ciento y a Vázquez
Mota y el PAN con 14 por ciento. Pero una encuesta telefónica que mandó a hacer
el PAN, cuyos resultados estuvieron listos el 25 de mayo, muestra al PRI con
una significativa ventaja de seis puntos, 28.7 por ciento de la preferencia de
voto, contra 22.2 por ciento para Morena, 16.1 por ciento para el PRD y 12.4
por ciento para el PAN, con un nivel de no respuesta de 17.3 por ciento.
Si sólo se observan las
preferencias de voto la confusión puede ser enorme. Hay otros datos que dicen
mucho del electorado. Uno de ellos fundamental, sobre todo en el Estado de
México, es la aprobación de los gobernantes. En la última encuesta de Morena,
ubican al nivel de desaprobación del Presidente Enrique Peña Nieto en 78.6 por
ciento, y la del Gobernador Eruviel Ávila en 65 por ciento. Los datos sobre
aprobación presidencial son consistentes con la mayor parte de los estudios,
donde 8 de cada 10 electores rechazan la gestión de Peña Nieto, aunque es
superior por casi 15 por ciento el rechazo a Ávila. La desaprobación del
Presidente es algo que ha ido cargando toda la campaña Del Mazo, y en las
elecciones el año pasado, el rechazo a Peña Nieto y los gobernadores, fueron
claves en las derrotas del PRI. El otro dato a observar es la abstención. Según
las muestras del PRI, esperan un nivel de participación de 42 por ciento, lo
que ya le preocupa a los estrategas de Del Mazo, porque entre más gente salga a
votar, consideran, más lo hará por la oposición. El resto de los encuestadores
se debate si la participación será en 50 o 60 por ciento, lo que sería un
récord histórico para el Estado de México y de ser así, un probable campanazo
electoral.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/
Raymundo Riva Palacio/ 29/05/2017 | 01:00 AM)
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