Coahuila se ha convertido en
el laboratorio mexicano de las fake news, este concepto que define la
manipulación de un electorado a partir de la diseminación de información
apócrifa. En la última semana, dos candidatos en ese estado han sido víctimas
de las fake news, Guillermo Anaya, el panista que busca la gubernatura de
Coahuila, y Humberto Moreira, presidente del PRI durante la campaña
presidencial de Enrique Peña Nieto, y que quiere ser diputado local por el
Partido Joven. En ambos casos, los creadores de esas fake news han utilizado a
periódicos de la Ciudad de México como vehículos para mostrarlos como mentirosos,
deshonestos y poco dignos para recibir el voto de los ciudadanos, a los cuales
les han entregado documentación para lanzar denuncias, de origen anó- nimo, que
descarrilen sus esfuerzos.
Hace tiempo los partidos
entendieron que su voz había perdido credibilidad, por lo que las denuncias
directas en conferencias de prensa o a través de sus espacios, no causaban el
impacto que buscaban. Encontraron que esa misma denuncia, difundida por un
medio de comunicación, tenía un efecto multiplicador y negativo contra el
objetivo seleccionado. La semana pasada se publicó que Moreira tenía abierta
una investigación en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre
transferencias bancarias que su esposa y su cuñada habían hecho entre 2013 y
2016 por 62 millones de dólares, a cuentas bancarias en Mónaco y en las Islas
Caimán, desde una cuenta en el Broadway Bank de San Antonio, Texas
La publicación generó
reacciones inmediatas de los partidos y los políticos, que exigieron a las
autoridades mexicanas que se investigaran las acusaciones. Las secuelas de esa
información aún rebotan en la opinión pública, pese a que esa cuenta no existe.
Una persona, después de esa revelación, intentó depositar 25 dólares en la
cuenta del banco texano, pero le dijeron en las cajas que no existía. Un caso
similar le sucedió a Anaya esta semana, al difundirse que tenía una cuenta en
Banorte y otra en Barbados, que sumaban depósitos por 211 millones de pesos,
pese a que en su declaración 3 de 3 sólo había reportado un ingreso neto mensual
de dos millones. Anaya recibió de Banorte, a petición de él, una carta donde
informó que la cuenta referida, no existía.
Verosimilitudes no es lo
mismo que veracidad. No es la primera vez que se emplean fake news en los
procesos electorales en México, que se volvieron relevantes y notorios como
concepto durante la campaña presidencial en Estados Unidos, donde los grupos de
extrema derecha simpatizantes de Donald Trump, desarrollaron sitios e
información falsa para desacreditar a Hillary Clinton. Mucha de esa información
falsa circuló a través de Facebook, donde de acuerdo con el medio digital
BuzzFeed, de las 20 noticias apócrifas más relevantes, 19 afectaban a Clinton.
El Centro Pew Research realizó un encuesta en diciembre de 2016 que encontró
que el 64 por ciento de los adultos estadounidenses creían que las fake news
habían causado mucha confusión sobre los hechos reales o temas de actualidad,
mientras que el 23 por ciento de los encuestados admitieron que habían
compartido esas informaciones apócrifas.
Previamente en México se
utilizaron noticias falsas para descarrillar campañas. La primera muy notoria
fue la campaña de Arturo Zamora, del PRI, por la gubernatura de Jalisco 2006,
al publicarse que era investigado por la DEA por supuestos vínculos con el narcotráfico.
Esa información falsa le costó la gubernatura, y se volvió a utilizar la misma
especie en la campaña para senador, aunque en esa ocasión ya no tuvo impacto.
En la contienda presidencial en 2012, le dieron a un columnista información que
el coordinador de la campaña de Peña Nieto, Luis Videgaray, realizaba
transferencias de recursos a través de una cuenta en Santander, con la ayuda de
su madre, que era ejecutiva del banco. El columnista buscó a Videgaray para
saber su opinión, y encontró que lo que le habían dado, no era cierto, por lo
que no difundió nada. Al columnista le ofrecieron también la pruebas de que los
hermanos del entonces secretario de Organización del PRI, Miguel Ángel Osorio
Chong, tenían cuentas millonarios en Panamá, y cuando dijo que tendría que
verificarlo primero para saber si eran reales, ya no le entregaron los
documentos, mismos que fueron publicados dos semanas después en un medio que
tuvo que admitir ante la amenaza de demandas, que eran falsos
Aquellas noticias apócrifas
eran ocasionales, pero en los dos últimos años las fake news, han sido
utilizadas de manera sistemática en los procesos electorales. Una de las formas
más recurridas ha sido la plantación de encuestas apócrifas, que se incrementó
en las actuales campa- ñas, inclusive en diarios capitalinos sin historia en el
uso y manejo de estudios demoscópicos. Las encuestas falsas han servido para
generar confusión y crear condiciones disruptivas en las elecciones del 4 de
junio, donde los políticos de todo sino han encontrado en la inmadurez política
de los medios, vehículos eficientes para sus propósitos inmediatos.
Los políticos han encontrado
en la aportación de documentación apócrifa, que el daño a su reputación es
limitada y se transfiere el descrédito a los medios. En el mundo los medios más
serios están depurando sus criterios editoriales y en las redes sociales,
particularmente Facebook, están analizando cómo reducir que esa plataforma sea
utilizada como vehículo de desinformación y manipulación. A algunos medios en
México puede no interesarles la mala fama pública al difundir fake news, pero
los más serios deberán reflexionar sobre sus políticas editoriales para impedir
que sean utilizados perversamente en el futuro.
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/
RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 24/05/2017 | 08:00 AM)
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