En México, “no hay nada qué
celebrar” en el Día Mundial de la Libertad de Prensa que se lleva a cabo este
miércoles, ya que con el más reciente asesinato del locutor Filiberto Álvarez
Landeros, acontecido el sábado pasado en Tlaquiltenango, Morelos, suman 267 los
homicidios perpetrados impunemente en México desde 1983 por “los enemigos de
las libertades de prensa y expresión, libertades primarias”.
El 3 de mayo fue declarado
por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), como Día Mundial de la
Libertad de Prensa, fecha en que se firmó la Declaración de Windhoek, Namibia,
la cual señala que “en consistencia con el artículo 19 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, el organismo mundial debe de llevar a cabo
los esfuerzos necesarios para el mantenimiento y el fomento de una prensa libre
independiente, pluralista y es esencial para el desarrollo y el mantenimiento
de la democracia.”
Al respecto, la Federación
Latinoamericana de Periodistas (Felap); la Federación de Asociaciones de
Periodistas Mexicanos A.C. (Fapermex); y el Colegio Nacional de Licenciados en
Periodismo (Conalipe), señalaron a través de un comunicado que “no tienen nada
que celebrar ante las asesinatos, desapariciones forzadas y demás agresiones,
mismas que yacen en la más absoluta impunidad.”
Dichas organizaciones
periodísticas mexicanas consideraron que “no tenemos que conmemorar, pero si
nos unimos a la ONU, en el sentido de celebrar la declaración del Día de la
Libertad de Prensa, en el ánimo de que los funcionarios de nuestro país, la
hagan suya para acabar con esta masacre de víctimas por las libertades de
prensa y expresión, mientras tanto insistimos en nuestro grito demandante.”
Las organizaciones firmantes
del comunicado estimaron que las víctimas mortales por ataques a la libertad de
expresión han sido 230 periodistas; ocho trabajadores de la prensa; un locutor;
16 familiares y nueve “amigos de comunicadores, así como tres civiles; además
de las 26 desapariciones forzadas pendientes de aclaración.”
Según el informe ‘Libertades
en resistencia’, publicado hace un par de semanas por la organización Artículo
19, dedicada a la defensa de la libertad de expresión, durante el año pasado 11
periodistas fueron asesinados en México. Además, los comunicadores recibieron
426 palizas, anónimos, advertencias o asesinatos, y más de la mitad estas
agresiones o amenazas -un total de 257-, fueron cometidas por funcionarios
públicos o partidos políticos y 17 por el crimen organizado.
El total de periodistas
asesinados en México del año 2000 a la fecha es de 125, cuatro de ellos desde
marzo pasado. Durante el mes pasado fueron asesinados Cecilio Pineda Birto, en
el estado de Guerrero; Ricardo Monlui Cabrera, en Veracruz; Miroslava Breach Velducea,
en el estado de Chihuahua; y Máximo Rodríguez Palacios, en el estado de Baja
California Sur. Además, también durante marzo, en Veracruz, el editor de
noticias del periódico La Opinión de Poza Rica, Armando Arrieta Granados, fue
herido gravemente por arma de fuego y continúa en el hospital.
La Federación Internacional
de Periodistas (FIP) señaló que, aunque no hay hipótesis claras sobre las
motivaciones del crimen, “tratándose del segundo asesinato contra periodistas
en el mes de abril y el quinto en el año, no puede descartarse el móvil profesional”.
Ayer, el Comité para la
Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), con sede en
Nueva York, señaló en un informe que “la impunidad endémica permite a los
grupos criminales, los funcionarios corruptos y los cárteles de la droga silenciar
a sus críticos” en México, donde, agregó, han sido asesinados más de 50
periodistas y trabajadores de medios de comunicación desde 2010.
“Es fundamental que pueda
ejercer su trabajo con libertad. Esta libertad está amenazada de muchas formas:
censuras directas a través de leyes que no respetan los estándares
internacionales, concentración de medios, violencia contra medios y
periodistas, impunidad en los crímenes cometidos contra medios y periodistas,
violencia digital, auto-censura, entre otras. El rol de Unesco es trabajar para
que la libertad de prensa sea garantizada y profundizada.”, señalaron la Felap,
Fapermex y el Conalipe.
Una de las principales
actividades de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco), es la celebración del Día Mundial de Libertad de Prensa, que ha
elegido este año como lema el de “Mentes críticas para tiempos críticos”, con
el objetivo de “destacar el papel de los medios en el avance hacia sociedades
más pacíficas, justas e inclusivas”.
“Después de un decline de
audiencias de los medios tradicionales, una disminución de ingresos y
reclamaciones de una creciente desconexión entre la gente y los medios, la
propagación de noticias falsas, como ejemplificado en la cobertura de
acontecimientos políticos importantes en el 2016, es el desafío más reciente
afectando al sector de los medios de comunicación.”, dijo la Unesco.
(SEMANARIO ZETA/DESTACADOS / CARLOS
ÁLVAREZ /MIÉRCOLES, 3 MAYO, 2017 06:17 AM)
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