En el fondo de todos los
problemas que tiene el Presidente Enrique Peña Nieto y su gobierno, y México y
los mexicanos con el Presidente Donald Trump, es que cree que este País es un
Estado fallido, donde la autoridad no manda ni impone, sino que la ley es
manipulada por los criminales. Sus ideas, expresadas desde 2014 en las redes
sociales donde habló de lo corrupto del Poder Judicial mexicano después de
haber perdido un juicio por un fraude inmobiliario en Baja California, se
ampliaron y profundizaron con la asesoría electoral de Stephen Bannon, quien
llegó con él a la Casa Blanca como el cerebro del nuevo destino de Estados
Unidos, que tiene la convicción que el gobierno peñista está rebasado por los
criminales y, a la vez, ligado a ellos.
Dentro de este andamiaje
conceptual, este domingo Trump volvió por sus fueros durante una entrevista con
Fox News, donde afirmó que el gobierno de Peña Nieto no era capaz de contener
los problemas ni tampoco a los narcotraficantes. Sus palabras son un eco de lo
que sucedió recientemente en la Casa Blanca, cuando el Canciller Luis Videgaray
y una reducida comitiva de funcionarios mexicanos que iban a la primera plática
sobre los temas prioritarios de la agenda bilateral, se enfrentaron con la
fuerza y la furia de Bannon.
No había nada más importante
que el tema que Bannon colocó en la mesa de negociación para abrir boca: México
es un Estado fallido. Videgaray buscó contextualizar con las realidades de la
relación bilateral, pero es inútil. En este espacio se ha referido el
señalamiento en Brietbart News, un día después de las elecciones presidenciales
de 2012: los mexicanos eligieron a un Presidente vinculado a los cárteles de la
droga. En las dos últimas semanas se ha dado un reciclaje a las acusaciones de
Brietbart News contra Peña Nieto, como que el Cártel de Juárez inyectó dinero a
su campaña presidencial. Brietbart News y Bannon son lo mismo. Lo que él hace
en privado, lo expone el portal en público, lo magnifica y lo vuelve viral.
Pero no son sólo declaraciones
o agresiones en la mesa de negociación, como Bannon hizo con Videgaray y los
mexicanos en la Casa Blanca, o los mensajes de Trump a través de Twitter. Hay
datos concretos de cómo y por dónde vienen las presiones contra el Gobierno
mexicano. Los más claros, en la Sección 9 de la orden ejecutiva sobre seguridad
fronteriza e inmigración, firmada por el Presidente Trump el 25 de enero, el
mismo día en que inició la primera ronda de conversaciones entre los dos
países, y horas después de que el Presidente estadounidense aseguró que México
pagaría por la construcción del muro fronterizo. El párrafo en esa sección dice
textualmente:
“Requerimientos de
información sobre Asistencia Extranjera. El jefe de cada departamento ejecutivo
y agencia deberá identificar y cuantificar todas las fuentes de ayuda o
asistencia federal directa e indirecta al gobierno de México sobre bases
anuales durante los últimos cinco años, incluida la ayuda para el desarrollo
bilateral y multilateral, la asistencia económica, la ayuda humanitaria y la
ayuda militar. Dentro de 30 días a partir de la fecha de esta orden, la cabeza
de cada departamento ejecutivo y agencia deberá entregar esta información al
secretario de Estado. Dentro de 60 días a partir de la fecha de esta orden, el
secretario deberá entregar al presidente un reporte consolidado reflejando los
niveles de esa ayuda y asistencia que se ha entregado anualmente durante los
últimos cinco años”.
Las áreas competentes del
gobierno del Presidente Peña Nieto en esta materia, no están familiarizadas con
esta orden ejecutiva. El Canciller Videgaray tampoco informó al Presidente y al
Gabinete de la forma como el gobierno de Trump está priorizando sus objetivos
en la relación con México. Videgaray ha dicho al Presidente que la negociación
con el equipo de Trump va por muy buen camino, y públicamente ha declarado que
nunca como antes los habían tratado de bien como esta nueva administración en
Washington. Es falso. La Sección 9 es un ultimátum a México, y representa lo
único concreto en la actualidad de la relación bilateral. Anticipa un acto de
represalia no por lo que viene, sino por lo que ya pasó y es percibido como una
realidad en la Casa Blanca: Peña Nieto y su gobierno no son confiables en la
lucha contra los criminales. Peor aún, como insiste Bannon a través de
Brietbart News, operan juntos.
El 25 de marzo próximo, dos
meses antes del inicio formal –si no se adelanta- de la renegociación bilateral
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Secretario de Estado,
Rex Tillerson, entregará al Presidente Trump el reporte, que dirá, de acuerdo
con las cifras oficiales, que de 2011 a 2015, una docena de agencias del
gobierno de Estados Unidos otorgaron mil 600 millones de dólares a México,
mayoritariamente con recursos del Pentágono, el Departamento de Estado y la
Agencia para el Desarrollo Internacional.
¿Qué hará Trump con esa
información? Se puede pensar que cancelará toda la asistencia a México, y que utilizará esos
fondos para financiar parte del muro fronterizo. Pero el mensaje, si toma algún
tipo de represalia y no lo toma como parte de los elementos para una
negociación bilateral, será altamente ominoso: Trump no ve a México como socio
o aliado; es su enemigo y actúa en consecuencia. Qué quieran en México, qué
piensen o qué le diga Videgaray al Presidente, lo tiene sin cuidado.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter:
@rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/
Raymundo Riva Palacio/ 07/02/2017 | 12:57 AM
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