A Miguel Manríquez Durán, por
su corpulencia le dicen “El Oso”. Así lo conocen los amigos que compartieron
barrio y aulas en el puerto. Perteneció al grupo conocido como Aula 61/2 de
Altos Estudios de la UNISON, institución en donde cursó la carrera de Licenciatura
en Literatura Hispanoamericana.
En dicho grupo de nobeles
aprendices de escritores, figuraron Gilberto Gastélum Orduño y el también
cantante de trova entonces José Luis Ojeda Bravo, un nayarita avecindado en
Guaymas y una ronda de grueso calibre de futuros valores literarios de la
entidad.
Cómo le platicó alguna vez a
otro porteño célebre, Darío Galaviz Quezada y de lo cual dejó constancia en el
libro “Protagonistas y coprotagonistas de la literatura sonorense” fue el
maestro José Sapién, quien lo alentó a que escribiera poesía dadas sus
carencias para la narrativa.
Al Oso, el fundador de la
Revista El Cuento y autor del cuento “La muerte tiene permiso” lo llamaba
“paisano” cuanta vez se le atravesaba.
Ante la llegada del nuevo
gobierno claudillero Manríquez publicó una columna titulada “¿Y la cultura
apá?”, en donde disecciona la cultura sonorense y cuyo título, la neta lo robó
a esta Viña, cuando analizó el tema, pero en Guaymas.
EL IMCA NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA
Contra su costumbre –de no
ser llorón, ni belicoso--, el poeta, ensayista y columnista del portal Dossier
Político de Oscar Castro, en su última entrega para dicho portal “Postales
guaymenses”, en donde recrea su vida de infante y joven en La Perla del Mar de
Cortés, eleva su voz –o su escritura— para señalar que el director del IMCA
Ariel Noriega Carrasco, lo dejó colgado de la brocha.
En su referido texto dice el
autor de “Zarabanda”, libro con el que obtuvo el premio del Concurso del Libro
Sonorense 2009 en el género de poesía: “4: El 30 de Marzo leí con gusto que el
Instituto de Cultura de Guaymas invitaría a escritores guaymenses a dar charlas
y lecturas. El Director, Ariel Noriega, lo anunciaba. Buena idea, me dije. A
pesar de que mi nombre no aparecía, me comuniqué. La respuesta fue lenta pero
entusiasta: “Le saludo con gusto y le comento que este ciclo lo tenemos
contemplado en dos etapas. La primera arranca este 31 de marzo, hasta culminar
en el mes de junio la primera etapa; reanudándola en agosto. Dentro de ese
horario tenemos disponible el 16 de junio a las 6:00 pm. ¿Qué opina? O usted
díganos si lo podemos contemplar en el segundo ciclo que inicia en agosto hasta
diciembre. Por supuesto que reconozco su gran trayectoria. Me tocó estar
presente en esos Juegos Florales del Carnaval en el 2006. Saludos y mis
respetos y por supuesto; a la orden. Director General, Ariel Noriega Carrasco”.
Mi respuesta fue el 4 de
abril y decía que “el 16 de junio se me acomoda bien. Tengo el compromiso con
la Universidad de XXXXXXX por esas fechas, pero luego de agosto a diciembre
andaré fuera del país”. Daba mis datos para localizarme. Después de ese
comunicado: sólo silencio. No obstante: lo programé. Siguió el silencio. El
porteño funcionario nunca más se comunicó conmigo. Sólo me queda una pregunta al
Presidente Municipal, Lorenzo De Cima Dworak y la escribiré en guaymense: “¿fue
puro cuento de pescadores? O ¿su funcionario no funciona?”.
5: Lo dicho: “nadie es
profeta en su tierra”.
CADENA DE POETAS
Para los que no saben, Miguel
Manríquez Durán, Doctor en Literatura por la Universidad de Guadalajara, es
junto Gilberto Gastélum Orduño y Alejandro Ramírez Arballo, uno de los tres
poetas mayores de la poesía guaymense actual y porque no?.. hasta de la
sonorense.
Según el también poeta local
Jorge Santamaría, autor del ensayo “Cómo pez en el agua. (Descifrando el linaje
poético guaymense)” ese trío es digno heredero de plumas como las de Alfonso
Iberri, nuestro poeta mayor, a quien se considera el fundador de la poesía
sonorense, Francisco Avilés (Mosén Francisco de Avila), según Alonso Vidal es
el fundador de la poesía sonorense contemporánea, Leopoldo Ramos y el doctor
José Gómez García, estos dos últimos guaymenses por adopción.
Resulta pues extraño que
siendo Ariel Noriega, un elemento serio en su trabajo y un reconocido promotor
cultural, se le haya chipoteado convocar y programar al Oso. Es de humanos
errar, pero también hay que corregir.
La idea de dar voz a los
escritores guaymenses es buena, no la echemos a perder con fallas infantiles.
POETA EN SU TIERRA
No se olvide que Guaymas es
tierra de poetas, tan prolíficos como el compositor Hilario Sánchez Rubio, el
profesor Ramón Santoyo, “La Chepina” Josefina Saucedo y su marido Bruno
Hernández, por citar algunos y en donde incluso un personaje tan extrovertido
como Rogelio Hugo Castro Montijo, publicó su libro “Sonata a la locura”, el
libro más vendido según Vicente Castanedo, heredero de la Librería Bohemia
Amado Nervo, por obvia razones que solo los guaymenses de algunos años saben.
Y quizá el autor de
“Tetabiate en el exilio” no llegue a ser profeta en su tierra, pero lo de poeta
nadie se lo quita.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/COLUMNA
INVITADA/ 16 Junio 2016)
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