La Viña del Señor
La noche de los cuchillos
largos iniciada en el PRI el mismo domingo 5 de junio, cobró la cabeza de
Manlio Fabio Beltrones, cuya defección fue disfrazada de renuncia y denuncia.
Mientras caían los resultados del PREP que confirmaban la derrota, Luis
Videgaray hizo una llamada: “Se acabó el mito de Manlio Fabio”. La “democracia
dirigida” había arrollado al sonorense. En el estado la orfandad se presiente.
En el PRD, la depuración
llevada a cabo por las corrientes y tribus que hacen ingobernable al partido y
más cuando el árbitro no pertenece a alguna de ellas, expulsó a Agustín Basave
de su dirección.
Dentro del PAN, su presidente
Ricardo Anaya, consolidó su liderazgo con el triunfo en 7 gubernaturas y lo
metió de lleno en carrera por la candidatura presidencial que ya sentía en la
bolsa el grupo calderonista en la persona de la ex primera dama Margarita
Zavala.
Ese resultado y la obvia
fortaleza del “Niño Maravilla”, de rozón benefició a su segundo de abordo en el
CEN panista Damián Zepeda Vidales, fallido candidato a la alcaldía de
Hermosillo en 2015, quien de la noche a la mañana se convirtió en uno de los
sonorenses mejor posicionados en el ámbito nacional, mientras que otros con
aspiraciones de convertirse en factores dentro del partido, como el
exgobernador Guillermo Padrés o el ex candidato a gubernatura Javier Gándara,
deben de cargar con la cruz de la derrota y los señalamientos de corrupción.
Una eventual obtención de la
candidatura presidencial por Anaya, para posteriormente abanderar una alianza
PAN-PRD que casi lo pondría en las puertas de Los Pinos en 2018, colocaría a
Zepeda en los cuernos de la luna.
LA RUTA AL PODER: DE LA SENADURÍA A LA GUBERNATURA
Así como la carrera de Padrés
se fincó en la senaduría y de donde brincó a la gubernatura, Damián, finca sus
esperanzas en conducirse por ese mismo recorrido.
Cuauhtémoc Galindo, el
alcalde de Nogales y uno de los panistas invictos en cuanto a candidaturas ha
disputado, es otro de los serios aspirantes de buscar una curul en el Senado en
2018.
La ruta que deberá seguir “El
niño teleférico” comprende como primera aduana conquistar la presidencia del
Comité Directivo Estatal del PAN para David Secundino Galván.
Lograr lo anterior implica
dejar en la lona al candidato de Guillermo Padrés, el ex secretario general del
partido Adrián Espinoza, quien vuelve de un exilio dorado en España, país en
donde terminó luego de ser apabullado por el ex secretario de gobierno del
Nuevo Sonora Roberto Romero López.
SE ATRINCHERAN LAS TRIBUS AZULES
A estas alturas del partido
se da por hecho una posible renuncia de las aspiraciones de Ernesto Munro a
dirigir al panismo y sumarse a Espinoza, llevando detrás a David Figueroa,
Enrique Torres y a Pancho García Gámez, sus aliados en la aventura.
Con Galván, están el CEN
panista y la mayoría de los alcaldes blanquiazules. Javier Gándara, Gildardo
Real y los suyos están con él.
Uno de sus detractores más
aferrados es Francisco Bueno Ayub, pues a David le tocó destapar la cloaca que
el Paco dejó en la dirección de Alcoholes cuando lo sustituyó a su salida de la
dependencia.
Adrián Espinoza, juega su rol
de oposición a la imposición de Galván y ya le dio por denunciar la línea a su
favor y los dados cargados.
Afines a él se destaparon los
diputados locales azules, apartados de la fracción en el Congreso del Estado,
Carolina Lara y Lisette López Godínez, mientras Manuel Villegas Rodríguez, por
no militar en el PAN, solo le brindó su apoyo moral, o sea casi nada.
En Guaymas, el grupo de Paco
Bueno, que incluye a Omar Núñez Caravantes, Francisco Manzanares, Santiago
Samaniego, los ex alcaldes César Lizárraga y Bernardino Cruz, Javier “Tacitas”
Peralta y otros, apoyan a Espinoza.
Con Munro están el ex secretario
Alonso Arriola, quien coordina su campaña, además de Luis Felipe Valenzuela.
LA FANTASIOSA CONSTRUCCIÓN DE UNA CANDIDATURA
Por cierto a “El
Villeguitas”, después de apoyar el paquete financiero de Claudia Pavlovich, lo
ven con “sospechosismo” en Acción Nacional, lo que le valió ser apartado de la
fracción panucha, lo que aunado a su cercanía con el coordinador de la fracción
tricolor Epifanio “Pano” Salido Pavlovich, desde que ambos integraban la Sub 17
al lado del “Maloro” Acosta, Ernesto “El Pato” de Lucas Hopkins, Antonio
Astiazarán, Natanael “El Pitillo” Guerrero y una pléyade de entonces jóvenes
priístas liderada Juan Carlos “El Chino” Lam, en el gobierno de Eduardo Bours,
lo mantiene bajo vistilla y la desconfianza. Y ahora, le urge ser adoptado por
algún grupo panista en Guaymas, para de ir catapultarse a la candidatura a la
alcaldía, una vez desechada la idea de buscarla como independiente.
Zorruno, pero con fama de
mentiroso incurable, ve conveniente rifársela con alguno de los suspirantes a
suceder a Leonardo Guillén, mientras espera la ocasión de saltar a la palestra,
pues dentro de sus cálculos están que la figura de Susana Corella no despega y
de que Alfredo “El Chapo” Suárez, se encuentra impedido, para ser candidato a
la alcaldía por el PRI.
A eso le apuesta y a la
desmemoria, las ambiciones y las necesidades de los panistas del puerto.
Su base de despegue comprende
desde los seccionales priístas, los cuales conformó cuando fungió como
secretario en la administración del Toño Astiazarán, algunos trasnochados
miembros del MAS como Víctor Marín, su suplente y parte de la disidencia
blanquiazul, que lo mira como posible mecenas ante la ruina.
En 2015, dicha plataforma comprobó
su eficacia cuando lo llevó a agenciarse por primera vez en la historia del PAN
la diputación por el XIII distrito local, hazaña que Alfredo Ortega López, no
logró en 2009, a pesar de su pasado rojo y ni César Lizárraga alcanzó en 2012,
por los 89 votos escondidos en el closet del Consejo Distrital Electoral, que
los mapaches que mandó Sergio Alexanders, a despanzurrar los paquetes
electorales no encontraron.
El 2018, no será para el PAN
como el 2015 de pesadilla. En un año el partido tiene un nuevo posicionamiento
a nivel nacional. El beltronismo sonorense está herido y los tiburones
blanquiazules ya olieron la sangre.
Lo bueno de todo, es que la
política tiene sus fuertes dosis de ficción… y de adicción.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/
COLUMNA INVITADA / 23 Junio 2016)
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