La Viña del Señor
En su novela “La fiesta del
chivo” Vargas Llosa, pone en boca del dictador dominicano Rafael Leónidas
Trujillo, “El Jefe” o “El Benefactor”, la memorable frase de que “la política
es abrirse paso entre cadáveres”.
La estrepitosa derrota del
PRI el 5 de junio, no le fue perdonada a su presidente Manlio Fabio Beltrones,
quien no alcanzó a cumplir el año frente al partido en el gobierno, parece
confirmarla.
Como a la selección de
futbol, le metieron siete, dice la voz popular y no la aguantó. Si el equipo
pierde, el entrenador anda mal. Como Juan Carlos Osorio, Manlio es señalado
como director técnico fallido.
Su renuncia era necesaria
para el presidente Enrique Peña Nieto. Alguien debía cargar con la culpa de la
debacle. Su poder de “encantador de serpientes” no le alcanzó esta vez.
UN PASO ADELANTE, DOS ATRÁS
Forjado a la vera del jefe
del policía político del régimen priísta Fernando Gutiérrez Barrios, Manlio
entregó su cabeza por presión de los grupos priístas ligados a precandidatos y
funcionarios pertenecientes a los clanes de Atlacomulco y la Familia Real de
Hidalgo, lideradas por Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong,
respectivamente.
Durante el salinato fue
legislador haciendo mancuerna con Luis Donaldo Colosio, gobernador de Sonora,
interrogó a Mario Aburto en playas de Tijuana el mismo 23 de marzo de 1994 y
videodestapó a Ernesto Zedillo como candidato sustituto por órdenes de Carlos
Salinas.
Con Zedillo en la presidencia
pasó a la congeladora durante todo el sexenio. Durante el foxiato su pleito con
Elba Esther Gordillo, por la coordinación de los diputados del expartidazo fue
de antología. En 2011 se hizo a un lado ante la cargada a favor de la
candidatura presidencial de Peña en el PRI.
La noche de la elecciones de
este año en el programa de Joaquín López Dóriga, el “Joven Maravilla” del PAN
Ricardo Anaya lo hizo ver como aprendiz de la grilla. Los que lo conocen
consideran que su oportuno alejamiento de los reflectores y del golpeteo es una
retirada táctica para reinventarse, como tantas veces lo ha hecho el sonorense.
“Un paso adelante, dos
atrás”, recomendaba Lenin, el líder de la Revolución Rusa.
Un día después a su renuncia
afirma que no piensa en una candidatura, que tomará una pausa en su vida
política, que se dedicará a la reflexión, que para el 2018 el PRI debe definir
primero su proyecto y después con quien va.
Respetado y temido, el
exgobernador de Sonora, era el único precandidato ajeno al círculo peñista con
bastión en el Estado de México. En la entidad su enfrentamiento con el entonces
gobernador Eduardo Bours, cercano a la maestra Elba Esther Gordillo, fue de
antología, a grado tal de que “El Chapo” llegó a hablar de “La Manlio negra”,
cuando algo le movía el tapete.
Como coincidencia, Agustín
Basave, renunció a presidir el PRD. Su ADN nunca compaginó con el de las tribus
solaztequinas. El riesgo es que ese partido termine siendo una especie de PVEM
del PAN, en un escenario en donde MORENA es para el PRD lo que PODEMOS es para
el PSOE en España.
El deslinde necesario: El
gobierno actúa y el partido resiente
“Lo que los gobiernos hacen,
sus partidos lo resienten” dijo al presentar su renuncia, recalcando la frase
de Luis Donaldo Colosio, como deslinde del gobierno federal.
Y si dentro del PAN, al grupo
de Gustavo Madero luego de la derrota de 2012 le urgía tomar distancia del
calderonismo, lo cual recomendó Vicente Fox hasta para Margarita Zavala, en el
PRD a los Chuchos de la Nueva Izquierda, como tribu dominante, también les
apuraba hacerlo del Peje y Cuauhtémoc Cárdenas y todo lo que oliera a
nacionalismo revolucionario y neocardenismo.
Esa toma de distancia, dice
el analista Jesús Silva Herzog Márquez, hizo posible llegar a acuerdos con Peña
Nieto, lo que se reflejó legislativamente en las reformas impulsadas desde el
Pacto por México.
A cuatro años de distancia de
esa componenda, al estilo de las “concertacesiones” salinistas que hicieron
posibles las primeras gubernaturas panistas en Baja California y Guanajuato, el
Pacto ya no existe y las mentadas reformas son fuente de conflicto. La fiscal
puso en alerta a buena parte del empresariado, la energética deja muchas dudas
ante la quiebra de Pemex, la laboral no significó ningún avance, la de
telecomunicaciones favoreció a Televisa y encabritó a Carlos Slim, el mexicano
más rico del mundo y la educativa tiene en llamas al país.
La soberbia de Aurelio Nuño y
los que le siguen el rollo, ensangrentaron la plaza pública. Nochixtlán es una
nueva derrota del presidente Peña.
El desencanto provocado por
todo ello, aunados a los escándalos de corrupción y la imparable violencia,
evidenciaron la debilidad de la presidencia y tiene a Peña entre los
presidentes con más baja popularidad y convertido en un lastre para el PRI, de
ahí que para sus candidatos en la elección de 2015 fue un innombrable.
En 2016, aunque pesaron más
que el factor Peña, la mala imagen y gestión de gobernadores como Javier
Duarte, César Duarte, Roberto Borje y Edigio Torres, la división interna, el
activismo del Clero, la imposición de candidatos, la guerra de lodo y el fuego
amigo, el paquete arrasó al de Villa Juárez.
Lejos habían quedado los días
de gloria de 2015 cuando recuperó Sonora con Claudia Pavlovich o a principios
de año el triunfo en Colima, ambas elecciones operadas por Manlio.
¿FIN DE LA DUPLA DEL PODER?
Beltrones había llegado a
conformar con su compadre Emilio Gamboa Patrón, quien se inició en la política
como secretario particular de Miguel de la Madrid, una dupla eficiente en
materia de operación política. Fue tanta su importancia que en un momento se
intercambian el rol que ejercían y si uno coordinaba a los diputados federales
tricolores y el otro a los senadores de su partido, en la siguiente elección
uno pasaba a ocupar el cargo del otro.
Y si a Gamboa, identificado
como un bróker del poder, le tocó encarar a la clase empresarial con motivo de
la reforma anticorrupción y justificar la inclusión en la 3 de 3 a quienes
hagan negocios con el gobierno, a Manlio le tocó rendir cuentas por el
descalabro electoral de un PRI que se había convertido en el partido del
presidente, un papel que con Ernesto Zedillo dejó de jugar, con la rebelión
priísta de Roberto Madrazo Pintado, a quien decidió sacrificar para calmar las
aguas en la elección de Tabasco, el fin de la línea en 1997 con la sana
distancia entre el aprtido y el gobierno y por haber operado al margen del
exinvencible en la elección de 2000, según Francisco Labastida Ochoa, quien
sucumbió ante Vicente Fox.
Si la derrota de Madrazo en
2006 catapultó a Beltrones a desempeñar una cartera de vicepresidente de facto
en el gobierno de Calderón como elemento de gobernabilidad, una década después
deja los primeros planos de la política “por la puerta de atrás” y ante el
regocijo del grupo político peñanietista.
La misma noche del 5 de junio
en las oficinas del gabinete económico hubo festejos y aplausos por el
resultado, reportan algunas crónicas.
Sus quejas ante Peña fueron
que se castigaran a los traidores dentro del PRI, como Videgaray y José Antonio
Meade, por operar en contra y en beneficio del PAN y procesar a Javier Duarte
por corrupto.
El desenlace estaba más que
escrito.
Suenan para sucederlo Emilio
Gamboa, el secretario de agricultura José Calzada y Osorio Chong, a quien la
CNTE goleó en Oaxaca y le urge iniciar el diálogo.
REACOMODO EN SONORA: EL FIN DE UNA ERA
Todavía está por verse como
repercute en Sonora, la caída en desgracia del padrino de la gobernadora,
cuando gente de su entorno ocupan algunas de las principales carteras, como su
asesor financiero Raúl Navarro, en la Secretaría de Hacienda.
Cuenta Manuel Espino que en
1996, Felipe Calderón entonces jefe del PAN nacional, lo envió a Hermosillo a
rescatar al partido, entonces controlado por el gobernador Beltrones Rivera.
“El mobiliario y los carros eran del gobierno del estado y hasta en la nómina
había panistas incluidos”, sostenía. De ese tamaño fue su poder y su encanto
hasta con la oposición.
“Es suave en sus formas, está
siempre impecablemente peinado y arreglado. Exuda confianza”, decían los cables
del departamento de Estado filtrados por Wikileaks.
Varias preguntas son las que
rondan las mesas de café en el estado y entre los propios seguidores de
Beltrones: ¿Se acabó el proyecto de Manlio para Sonora?, ¿Finalizó la carrera
política de su hija Sylvana?, ¿Quedó huérfana la gobernadora Claudia Pavlovich?
Por lo pronto, en el sur del
estado brincan de alegría ante el reacomodo obligado de fuerzas, pues los
grupos de aquella región se adjudican haber dado la batalla contra el
padrecismo a través del Movimiento No al Novillo y ya se promueve Ricardo Bours
Castelo, para una candidatura al Senado.
¡El rey ha muerto, viva el
rey! Que siga la fiesta….
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL
SEÑOR/ COLUMNA /22 Junio 2016)
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