Este domingo 5 de junio
Sinaloa mirará hacia otro lado. Con la elección del nuevo gobernador, aunque
tome posesión hasta el último día de diciembre, las fuerzas políticas y la
gente de a pie estará fincando su futuro bajo nuevos escenarios. Gane quien
gane, se modificará la correlación de fuerzas políticas, con un partido
emergente, el Sinaloense (PAS) que, con seguridad, al menos se consolidará en
el electorado, ya sea como segunda o tercera fuerza política.
A partir de ahora se imponen
los balances. Ya con un gobernador electo (salvo que el proceso se vaya a
tribunales si los resultados fuesen muy cerrados) y las pasiones en cauce,
habrán de valorarse los aciertos y los errores de cada quien, de cada partido,
de los candidatos…
Sinaloa, a partir de este
domingo, empezará a configurarse de otro modo, aunque los cambios sean mínimos.
Empezará a quedar atrás el
malovismo, que no alcanzó a consolidarse como corriente en ningún lado. En el
PRI ven a los hombres cercanos a Mario López Valdez como apestados y en el PAN
empiezan a sangrar apenas las heridas de la traición. Del resto de los partidos
que lo apoyaron ni hablar. No existen. Así que será muy difícil que Malova se
consolide como líder político.
Y, por el contrario, el
gobernador empezará a recoger los palitos a partir de ahora. Terminó la fiesta
para él y gane quien gane la elección de gobernador, el poder se le esfumará de
las manos. Es una regla de la política, casi una ley. Y en su caso particular,
la retirada puede ser muy tortuosa. No tendrá el total apoyo de su partido, el
PRI, ni el de los que lo llevaron al poder y que terminó abandonando a su
suerte. Ahí está el caso del PRD, reducido a desecho.
Fue un mal sexenio para
Sinaloa. En Ríodoce documentamos por más de cinco años el desastre de esta
administración desde la falta de pericia de los que la formaron en un
principio, hasta la gran corrupción que ha imperado, pasando por la violencia
galopante, los crímenes ominosos hasta de las madres que buscan a sus hijos, el
cinismo, la frivolidad, la burla.
Y esto se acentúa si pensamos
en la esperanza que despertó Mario López Valdez. Nunca en Sinaloa, después de
una historia de gobierno priistas, alguien había despertado una expectativa
así. El Maquío excitaba pasiones, encendía a la gente, harta del PRI, pero le
acortaron demasiado la cancha con mil chapucerías.
El discurso de Malova fue
perfecto y eso conmovió a los electores. Luchar contra la corrupción y combatir
la violencia, los problemas más sentidos en ese momento. Pero detrás del
discurso estaba el embuste. El candidato del cambio ya había hecho pactos con
el diablo. Por eso la gran contradicción de aquel proceso fue que mientras
Malova restregaba a Jesús Vizcarra su compadrazgo con Ismael Zambada, éste le
echaba la mano.
Lo documentamos con números,
casillas, votos en el Valle de San Lorenzo. Pero no se ocupaba tanto para el
buen entendedor. El día de la elección Ríodoce visitó El Álamo —el pueblo donde
nació el Mayo Zambada—como parte del recorrido que hicimos durante la jornada
electoral, y pudimos ver que todos los vehículos que circulaban en el pueblo
traían calcomanías de Malova.
Los síndicos recorrieron los
pueblos con una encomienda: “El señor nos está pidiendo que votemos por
Malova”.
En cuanto a la corrupción fue
el mismo desenlace. Desde el primer día el gobernador del cambio dijo lo que
iba a ser. Él y los suyos. Él y su gabinete. Él y sus cuates. Nunca un gobierno
le rindió tanto culto a la rapiña. Nunca. Pero nunca, tampoco, hubo tanta
impunidad y tanto cinismo.
Por eso la decepción. La
gente está hasta la madre de la política, de los políticos, de los partidos, de
los discursos, del robo, de que la engañen. Lo deseable es que esto no se
refleje en las urnas, pero no hay que esperar que se abarroten las casillas.
Hay mucho voto universitario que estaba muerto y que hoy se activará siguiendo
la figura de Melesio Cuen. Y eso puede abatir un poco el abstencionismo que
acecha. Pero esto es solo una conjetura. Ya se conocerán los números.
BOLA Y CADENA
LA VIDA TIENE SUS VUELTAS. En
el mitin de cierre de campaña de Quirino Ordaz Coppel en Las Coloradas, habló Juan
Millán. Hacía mucho que no tomaba un micrófono. Habló de la política, de los
políticos, de los candidatos de su partido… y de Jesús Vizcarra, del que, dijo
acordarse cuando le ayudaba a su padre Chabelo a colocar productos en los
mercados de Culiacán y ahora abre mercados en el mundo. Razón por la cual,
dijo, es un orgullo para Sinaloa. Si es o no compadre del Mayo, eso no importa
ahora.
SENTIDO CONTRARIO
¿Y A QUIÉN SE VAN ADJUDICAR
los crímenes cometidos para resolver un secuestro en El Fuerte? ¿A la policía
estatal o a la Unidad Especializada Antisecuestros? ¿A la Policía Ministerial o
a nadie del Gobierno? Esa zona, desde Los Mochis hasta Choix, se ha convertido
en un corredor de la muerte. Y muchos de los crímenes los han cometido los
cuerpos policiacos, eso es evidente. ¿Tiene fin este valle dantesco?
HUMO NEGRO
ADEMÁS DE SINALOA SE PONEN en
juego once gubernaturas más y la constituyente de la Ciudad de México. Los
resultados prefigurarán una plataforma importante con miras a las elecciones
presidenciales de 2018. Aquí caerán figuras y emergerán otras, se posicionarán
partidos y algunos tendrán serios aprietos para llegar bien a la justa. Partido
nuevo, Morena puede ser, parece que será, la gran sorpresa. Y con el partido,
su líder, Andrés Manuel López Obrador. El presidente Enrique Peña Nieto, un
lastre.
(RIODOCE/ COLUMNA “ALTARES Y SÓTANOS” DE
Ismael Bojórquez/ 5 junio, 2016)
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