Los menores presuntamente perdieron la
vida al meterse a un refrigerador viejo, esto fue confirmado por las
autoridades.
Sitio. Aspectos del lugar en donde
murieron los niños.
Culiacán, Sinaloa.- Los
hermanos Johana Paola “N” de 7 años y Abraham “N” de entre 4 y 5 años de edad
murieron por asfixia al meterse en el interior de un refrigerador viejo,
confirmó ayer la Procuraduría General de Justicia del Estado.
De acuerdo a Julio César
Romanillo, subprocurador de la Zona Centro, la causa de muerte quedó como
asfixia por confinamiento (lo que es falta del aire a las vías respiratorias).
Los niños al meterse a un
refrigerador viejo que estaba en deshuso este se cerró de manera hermética, por
lo que no pudieron salir.
De acuerdo al funcionario los
menores no presentaban golpes, ni otro tipo de abuso, como se estuvo informando
de forma extraoficial.
Todo indica que los niños por
juego o curiosidad se metieron al refrigerador de donde nunca imaginaron no
salir con vida.
TRISTEZA
Ayer, entre llanto y mucho
dolor sus familiares velaban los restos de estos niños a quienes catalogaron
como seres maravillosos.
A la conocida funeraria,
ubicada por el bulevar Zapata, llegaban poco a poco ramos de flores en señal de
condolencia.
“ESTABAN PRECIOSOS Y ERAN BUENOS NIÑOS, ELLA ESTUDIABA
SEGUNDO AÑO DE PRIMARIA Y ABRAHAM YA IBA A IR AL KÍNDER, DIJO QUIEN SE
IDENTIFICÓ COMO UNA PERSONA ALLEGADA A LA FAMILIA.
En la sala funeraria sólo
había rostros tristes y lágrimas resbalando por las mejillas, las voces de los
presentes eran bajas y todos mostraban un gran dolor por lo sucedido.
En la sala de velación
estaban fotografías con los rostros de los niños en vida, lo que provocaba aún
más dolor por haberlos perdido de una forma tan inesperada y trágica.
Un mujer que dijo ser cercana
a la mamá, comentó que ella al igual que cientos de madres en Sinaloa y miles
en el país, se veía en la necesidad de dejar a los niños solos en la casa para
ir a buscar el sustento.
Comentó que por su precaria
situación no contaba con recursos para llevarlos a una guardería o bien pagar a
alguien para que se los cuidara.
RECUENTO
La tragedia que le costó la
vida a estos niños ocurrió en una vieja edificación ubicada por la calle
Antonio Rosales, entre Ruperto Paliza y Jesús G. Andrade, a tan sólo unos
cuantos metros de “Catedral”.
Aunque esta madre y sus tres
hijos habitaban en el corazón de la ciudad, su vida no era fácil y por el
contrario, vivía de forma muy precaria. Aunque tenían luz y aire acondicionado
en la habitación, no contaban con drenaje.
En la vieja edificación, la
cual tiene parte en ruinas, ahí crecían tres niños de los cuales dos ya no
estarán. Personas que viven cerca del lugar de la tragedia dijeron no conocer a
las familias que ahí vivían y se decían extrañados por lo ocurrido.
Autoridades en el lugar de los hechos.
De acuerdo a lo dicho por
personas que fueron al lugar de los hechos, fue que los niños estaban solos y
cuando llegó la mamá, siendo ya noche, empezó a buscarlos por toda la
edificación y no los encontraba y fue cuando al abrir el refrigerador se
encontró con la terrible realidad de que ahí estaban, pero está versión no fue
confirmada ni por la familia ni la autoridad.
Ayer, la vieja casona la cual
en algún tiempo fue escuela, estaba completamente vacía, entre las aberturas de
las puertas se podía ver que lucía como si estuviera abandonada. De una de las
esquinas salía un olor a excremento y hasta el fondo, sólo se apreciaba una
carretilla.
Las paredes parecían como si
las estuvieran remodelando y estaba una cinta amarilla en señal de tragedia.
(EL DEBATE/ REDACCION/ 27 DE JUNIO 2016)
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