La declaración de Reyes Landa es clave
para el gobierno porque fue uno de los primeros que confesó haber matado a los
estudiantes y quemado sus cadáveres en n basurero de Cocula
México.- La agencia de
noticias The Associated Press (AP) pudo documentar 10 casos de presunta tortura
contra sospechosos de haber participado en la desaparición de los 43 normalistas
de Ayotzinapa.
En las semanas siguientes a
la desaparición de 43 estudiantes universitarios en septiembre de 2014, las
autoridades mexicanas detuvieron a decenas de sospechosos y dijeron que habían
resuelto el caso.
En documentos obtenidos por
la AP, a los que no se había dado difusión hasta ahora, 10 de los sospechosos
relataron un guion casi idéntico: primero vinieron los interrogatorios, después
los golpes, las descargas eléctricas, asfixias parciales con bolsas de plástico
y finalmente amenazas de que matarían a sus seres queridos si no hacían
confesiones que sustentasen lo que decía el gobierno.
Algunos dijeron incluso que
les dieron evidencia preparada o les indicaron lo que tenían que decir.
Informes médicos publicados
el mes pasado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) parecen
confirmar las versiones de que hubo torturas. De los diez archivos conseguidos
por la AP, la organización revisó cinco y encontró pruebas verosímiles de
torturas en todos ellos.
“EN EL TRANSCURSO DEL CAMINO ME IBAN DANDO
ELECTRICIDAD EN LOS TESTÍCULOS Y EN TODO EL CUERPO”
Declaró uno de los sospechosos, Patricio Reyes
Landa, quien fue detenido un mes después de la desaparición de los estudiantes.
“En todo ese tiempo, que fue
como dos horas y media de camino, llevé los ojos tapados y me fueron golpeando
todo el camino”, dijo Reyes Landa a un juez, de acuerdo con los documentos.
“Recuerdo que se acercó una persona y me quitó la venda de los ojos y me mostró
una fotografía de mi familia, de mis dos niñas, de mi esposa y mi hermano, y me
dijo que si no hacía todo lo que me dijeron iban a violar a mis niñas… Le dije
que yo iba a hacer lo que ellos me dijeran”.
La declaración de Reyes Landa
es clave para el gobierno porque fue uno de los primeros que confesó haber
matado a los estudiantes y quemado sus cadáveres en un basurero de Cocula, para
luego arrojar los restos al río San Juan.
Aparte de esas confesiones y
de un fragmento de hueso perteneciente a uno de los estudiantes, según se
comprobó mediante análisis de ADN, los fiscales casi no tienen otras pruebas.
Bajo las leyes mexicanas, las
confesiones obtenidas mediante torturas no son admisibles.
En relación con los
estudiantes desaparecidos, las denuncias de torturas involucran a los miembros
de la policía federal y las fuerzas armadas que arrestaron a individuos
sospechosos de tener vínculos con el sanguinario cartel Guerreros Unidos.
La Procuraduría General de la
República (PGR) asevera que miembros de esa banda mataron a los estudiantes
después de que fueron entregados por la policía, que los había arrestado en la
ciudad de Iguala.
Hay evidencias médicas que
corroboran las denuncias de torturas.
Según un informe de médicos
de la fiscalía mexicana, preparado dos meses después de la detención de Reyes
Landa, este tenía moretones, rasguños y “lesiones puntiformes semejantes a las
ocasionadas por la aplicación directa de dispositivos eléctricos (como picanas
o “chicharras”) en abdomen y muslos”.
Igual de escalofriante es el
testimonio del supuesto líder de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, quien
dijo que un detective de la PGR abusó de él horas después de su detención en
febrero del 2015.
“El señor aquí presente fue
un uno de los primeros que me torturó y se sentó en mi estómago, y fue el que
me asfixió con bolsas negras de plásticos, y además me violó con una pieza
metálica“, dijo Casarrubias mientras apuntaba hacia el detective Gabriel Valle
Campos, según los documentos.
“ME AMENAZÓ CON QUE IBA TORTURAR A MI FAMILIA, A MIS
HIJOS DE LA MISMA FORMA EN QUE LO ESTABA HACIENDO CONMIGO”.
Eber Betanzos, subprocurador
que supervisa el caso del gobierno, dijo que no puede comentar respecto a las
denuncias de torturas y que le corresponderá a los jueces analizar una serie de
evaluaciones físicas y mentales que se le está haciendo a unos 90 sospechosos
que dicen haber sido torturados.
Betanzos indicó que 32
detenidos dicen que fueron torturados. Las denuncias involucran
“mayoritariamente a agentes aprehensores distintos a la PGR”.
Señaló que la Procuraduría
General inició nueve investigaciones de torturas y que la mayoría de las
denuncias abarcan “heridas que dejan huella”, como moretones, cortes y
equimosis (moretones).
Recientemente la atención se
enfocó en Agustín García Reyes, el primer sospechoso que identificó el sitio
donde los restos de los estudiantes incinerados habían sido presuntamente
tirados al río San Juan y donde se encontró la única evidencia vinculada con
los estudiantes.
El Grupo Interdisciplinario
de Expertos Independientes (GIEI) de la CIDH, expresó dudas sobre el testimonio
de García Reyes luego de que circularan fotos y videos en los que aparece
caminando junto al río con Tomás Zerón, investigador jefe de la PGR, un día
antes de que los fiscales dijeran que habían sido hallados fragmentos de
huesos.
Eso hizo pensar que la
evidencia había sido colocada allí. En medio de acusaciones de manejos
irregulares, Zerón dio a conocer un video propio en el que aparece en la escena
del crimen con García Reyes, pero no se le ve escarbando la tierra ni
encontrando huesos. Eso daría crédito al argumento de los procuradores, que
dicen que los restos fueron encontrados al día siguiente por buzos.
En los documentos obtenidos,
García Reyes dice que fue torturado por horas, durante las que se le dijo lo
que tenía que confesar cuando fue llevado al río aproximadamente un mes después
de la desaparición de los estudiantes.
“Me pusieron la bolsa en la
cabeza y me comenzaron a pegar; yo les dije que no sabía nada”, relató García
Reyes.
“ME DECÍAN MÁS VALE QUE ME DIGAS A DÓNDE ESTÁN PORQUE
SI NO VAMOS A MATAR A TU ESPOSA Y TU HIJO Y A TI TAMBIÉN“.
“Me siguieron pegando hasta
que les dije que yo les iba a decir lo que ellos quisieran”, agregó. “Me llevan
al río y me dicen en la camioneta ‘ahorita tú vas a hacer como si tú hubieras
tirado las bolsas al río y si no lo haces te vamos a seguir golpeando’.
Llegamos a ese lugar y estaban grabando ellos y yo hice como si tirara las
bolsas al río y me llevaron enseguida donde ya tenían una bolsas de plástico,
las señalé como diciendo que yo las conocía”.
A pesar de la denuncia de que
fue torturado, no obstante, se puede ver a García Reyes, en un video de la
fiscalía, aparentemente caminando normalmente, sin signos visibles de haber
sido maltratado.
Según Denise González,
especialista en derechos humanos y derecho internacional de la Universidad
Iberoamericana de México, es posible que algunos sospechosos inventen historias
sobre malos tratos.
Pero agregó que, “en el
contexto de México, donde la tortura es generalizada… toda denuncia debe ser
investigada, y a partir del contexto, es muy posible que sea cierto”.
(Con información de AP).
(EL DEBATE/ REDACCIÓN/ 11/05/2016 -
10:00 HS)
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