XALAPA, Ver. (apro).- Carlos
Fernando Hernández Domínguez, de 16 años de edad, perdió la vida el sábado por
la noche cuando un comando intentó secuestrar a su papá, el empresario Carlos
Hernández Marín, dueño de “Pollos el Campirano”.
Fernando Hernández recibió
tres balazos de fusiles AR-15 que lo privaron de la vida a un costado de la
camioneta en la que los delincuentes intentaron “levantar” al empresario
xalapeño. Hoy familiares y amigos del menor protestaron con su ataúd frente a
Palacio de Gobierno, donde despacha el priista Javier Duarte.
Ahí gritaron consignas contra
la inseguridad y la ola de violencia que sacude a la capital del estado.
“¡Ya estamos hasta la madre.
Mataron a mi hijo, él me salvó la vida. Los malosos me lo arrebataron!” grito
Carlos Hernández.
Los hechos ocurrieron el
sábado por la noche en la avenida Villahermosa de la colonia Progreso, un
asentamiento ubicado en las faldas del Cerro del Macuiltepetl, donde la
delincuencia común, asaltos a casa habitación, con mano armada y extorsiones
han sido frecuentes pese a la reciente creación de la Policía Estatal
Acreditable (PEA) a mitad de este sexenio.
Carlos Fernando Hernández
perdió la vida minutos después del ataque en un hospital privado de esta
ciudad. Su familia fue atacada al salir del negocio donde despachaba comida
todos los días.
Ahí fueron interceptados en
dos vehículos: una Cheyenne y un Jetta gris con reporte de robo. Los vehículos
fueron hallados metros más adelante, se desconoce porque vías huyeron los
presuntos delincuentes.
En entrevista con reporteros,
el dueño de “Pollos Campirano” aseguró que no va a descansar hasta dar con los
responsables de la muerte de su hijo y de paso exigió a la Fiscalía General del
Estado (FGE) agilizar las investigaciones.
Otros xalapeños que
acompañaron el cortejo fúnebre se dijeron hartos de la inseguridad y de las
extorsiones que día con día sufren empresarios de la región.
(PROCESO/ NOÉ ZAVALETA ,14 MARZO, 2016)
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