Policías denuncian hostigamiento laboral
y jornadas laborales de 20 horas diarias impuestas por altos mandos
Comandantes de la zona urbana
de Mazatlán denuncian que los altos mandos policiacos los hostigan con jornadas
de 20 horas de trabajo, no les permiten salir a comer y hasta les escamotean
las vacaciones a las que tienen derecho.
Los comandantes quejosos
recuerdan cuando el titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito
Municipal (SSPyTM), les dijo con acritud: “ustedes son los comandantes de
sector, ustedes son los encargados y yo no quiero saber si están descansando, y
no me importa si están de vacaciones. No. Yo quiero que ustedes estén al
pendientes de todo”.
Tampoco olvidan el día en que
el director de la Policía Preventiva, Alfonso Melgoza Millán, les advirtió que
“todo aquél comandante que quiera las vacaciones, que venga, yo se las voy a
firmar, pero también le voy a firmar su cambio”.
“¿O sea que no podemos salir
ni de vacaciones?, Melgoza Millán nos está amenazando, si nosotros queremos
exigir nuestros derechos laborales, gozar de nuestras vacaciones, no podemos
pedirlas, porque nos va a cambiar”, cuestionan.
“Oigan, ¡pues qué negocio!,
es una tortura sicológica, denuncian, estar trabajando sin que nos den las
vacaciones a las que tenemos derecho, no sabemos qué sigue y qué va a pasar,
porque el acoso laboral ya es de más”.
Cuando Juan Antonio Murillo
Rojo, recién tomó el mando de titular de la SSPyTM, sus subalternos sabían que
traía credenciales a nivel de doctorado en leyes y confiaban en que respetaría
sus derechos laborales.
Pero los comandantes
sostienen que luego se darían cuenta de que no sólo recibirían hostigamiento
laboral, sino un trato impropio de un letrado jurídico, porque en cada junta
laboral, de “pendejos” y de otros calificativos no los baja.
Es por ello, agregan, que
cuidando su anonimato para evitar mayores represalias, hartos de soportar en
silencio el abuso laboral, decidieron buscar a Ríodoce y expresar la
inconformidad que mantienen con los altos mandos.
Los inconformes argumentan
que su entrada a laborar es a las 7 de la mañana, pero que si en el transcurso
de las 15:00 a las 18:00 horas, que es su horario de comida, hay una balacera,
por órdenes de Murillo Rojo no les permiten salir a comer, obligándolos a
trabajar hasta 20 horas.
Aseguran que tienen año y
medio sin convivir un domingo con sus familias, pues desde una balacera
ocurrida hace 18 meses, el titular de la SSPyTM les suspendió los descansos,
pasando por encima de sus derechos laborales.
“¡Ya no me descansan ningún
domingo los comandantes, porque no tienen ningún control!”, recuerdan que dijo
Murillo Rojo, aquél domingo de la balacera, cuando los comandantes descansaban
y los hizo regresar a trabajar.
Critican que pese a que las
jerarquías tienen sus responsabilidades, los altos mandos no las asumen
cabalmente, porque empezando por Murillo Rojo, haya o no balaceras, él se va
todos los sábados a jugar béisbol, su deporte favorito.
Afirman que mientras el
secretario juega a la pelota, le deja la responsabilidad al director Alfonso
Melgoza Millán, y éste se va a convivir con los suyos, no sin antes ordenarle
que se haga cargo al subdirector, Juan Ramón Alfaro Gaxiola.
“¿Y qué hace el subdirector
Alfaro Gaxiola?”, se preguntan los comandantes a sí mismos, para luego
responder con impotencia y coraje que “se va los domingos a echarse unas
ballenitas bien heladitas en plan familiar”.
“Se supone que el domingo
entramos a las cuatro de la tarde, que
era un descanso de nosotros, porque el sábado entramos a las seis de la
tarde, y salimos hasta el domingo para amanecer a las cuatro de la mañana”,
señaló uno de los inconformes.
“Salimos el domingo, vamos y
dormimos un rato, y tenemos que regresar el mismo domingo a las cuatro de la
tarde; ahora, si hay barco (crucero) el lunes , le seguimos de frente, cuando
es de ley que nos deben respetar el día de descanso, porque ya nos chingamos
toda la semana”, lamentó.
Los comandantes confiesan que
hasta cierto punto, ellos mismos han tenido la culpa de que Murillo Rojo los
trate como máquinas y no como personas, pues primero dejaron que se les subiera
a las corvas, luego a la espina dorsal y ahora que ya lo tienen encaramado en
el cuello no se lo han podido bajar.
“Primero empezó con que
tuviéramos pendientes de los radios, en la hora de comida, después ante
cualquier hecho de alto impacto ordenando no van a comer, y ahora si roban un
carro en sus áreas, los suspendo, que una semana no vayan a comer”, informan
que ordena el alto mando.
“Oigan, pues cómo que en una
semana no vamos a comer, que coman en sus áreas, ya lo traemos bien trepado en
la espalda y ya no nos lo podemos bajar”, señalan.
“Poco a poco hemos llegado
hasta el tope de hartazgo, andamos tragando café con papitas; ya hay compañeros
que han chocado, con sus vehículos,
porque están cansados y se duermen en el volante”, relatan.
—¿Cuál es la petición central
que ustedes hacen al secretario Murillo Rojo? — se les pregunta a los quejosos.
—Que el secretario considere
las horas que nos hace trabajar, que no son las correctas. Creemos que en
ninguna secretaría de todo el estado de Sinaloa han de trabajar los horarios
que trabajamos nosotros. Si él viene impuesto de un horario de la Policía
Ministerial, aquí no es la ministerial.
Aquí la ministerial trabaja
en el día, y en la noche, ellos van y se quedan en su base todos pendientes, si
hay algo salen, si no duermen toda la noche, muy a gusto.
(RIODOCE/ Cayetano Osuna/Mazatlán en 13
marzo, 2016)
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