El narcotraficante mexicano tiene a su
servicio a 13 letrados que lo han ayudado a evitar la extradición, pero también
envueltos en polémicas
Joaquín El Chapo Guzmán ha
reclutado a un grupo de especialistas en materia penal para que lo defiendan.
Desde que fue capturado de nuevo en febrero de 2014, el líder del cartel de
Sinaloa ha pagado los honorarios de al menos 13 abogados que lo han ayudado a
evitar la extradición. Uno de ellos lo apoyó en la logística de su segunda fuga
de un penal federal y otro lo guió en sus negociaciones para el filme de una
película sobre su vida. Aunque no todos le han servido como quisiera, la
mayoría de ellos ahí sigue: operando en la oscuridad o denunciando que su jefe
está sujeto a excesivas medidas de seguridad.
Uno de los primeros abogados
que se le conocieron a Guzmán Loera es Óscar Quiriarte. En febrero de 2014,
tras su recaptura en Mazatlán, Sinaloa, el litigante se acreditó ante el
ministerio público como defensa del narcotraficante. A su llegada al penal del
Altiplano, no hizo declaraciones a los medios y salió con dos cajas que
contenían los expedientes judiciales sobre su cliente. Quiriarte es quien habría
facilitado el ingreso de la diputada Lucero Guadalupe Sánchez López al penal
utilizando documentos falsos.
Su defensor más antiguo es un
hombre de 74 años. Juan Pablo Badillo defendió al sinaloense en 1993, poco
después de su primera detención en Guatemala. Tras su recaptura en febrero de
2014 y hasta antes de que huyera por segunda vez, lo visitó en unas seis
ocasiones. Era el encargado, dentro del amplio equipo legal del
narcotraficante, de evitar su extradición a Estados Unidos.
Tras su segunda fuga del
penal del Altiplano en julio de 2015, Badillo dijo que no sabía que su cliente
planeaba huir de prisión, pero que temía ser extraditado. En una entrevista
radiofónica en agosto de 2015 señaló que Guzmán temía ser abatido, torturado o
masacrado por algún otro cartel o por las autoridades. Ahora afirma que cuenta
con seis amparos para evitar ser extraditado a Estados Unidos.
Otro de sus abogados no sólo
le sirvió de defensa, sino que participó activamente en el plan de fuga del
Altiplano. Óscar Manuel Gómez Núñez fue señalado por la Procuraduría General de
la República (PGR, la Fiscalía mexicana) de ser el enlace entre el
narcotraficante y los encargados de construir el túnel por donde escapó por
segunda ocasión de un penal de máxima seguridad. El litigante fue el encargado
de recibir órdenes de Guzmán, dar instrucciones a los participantes en el plan
y de pagarles a los trabajadores que realizaron la obra. La titular de la PGR,
Arely Gómez, dijo en octubre de 2015 que Gómez Núñez fue el principal operador y
organizador de la fuga. Actualmente está preso en el penal del Altiplano, de
donde ayudó a escapar a su jefe en julio de 2015.
José Luis González Meza, otro
miembro de su equipo legal, no cobra por defender al capo. Su perfil es un
tanto polémico: se define como izquierdista, preside una ONG que “defiende a
los más pobres” y tiene diversos libros sobre el ex presidente Carlos Salinas
de Gortari, a quien acusa de asesino y narcotraficante. Además el año pasado
defendió al ex director de la normal rural de Ayotzinapa tras ser citado a
declarar sobre la desaparición de los 43 estudiantes. El abogado, de 73 años y
originario de Tamaulipas, ha denunciado que no lo dejan ver a El Chapo: “No
tiene acceso a su familia, no tiene acceso a sus abogados, está incomunicado
las 24 horas”.
El litigante afirmó que era
vigilado hasta para comer y que no podía dormir. En un escrito elaborado por el
capo y fechado el 16 de enero, Guzmán dice: “Me levantan a pasar lista en el
día cada hora y en la noche cada dos horas, y hay un perro al lado que ladra
mucho y también me espanta el sueño”. El documento fue repartido a los medios
de comunicación por el abogado.
Según las autoridades
mexicanas, El Chapo tiene tres abogados que recientemente han estado presentes
en dos audiencias. Eduardo Guerrero, el encargado de administrar los penales,
negó que Guzmán Loera estuviera incomunicado y dijo que las notificaciones
hechas por la autoridad las han recibido sus abogados José Refugio Rodríguez
Núñez, así como Cynthia y Carlos Castillo Castillo.
VIGILADOS
Rodríguez Núñez no es un
improvisado. Fue quien defendió a varios de los implicados en el llamado
Michoacanazo, un operativo realizado en 2009 por el Gobierno de Felipe Calderón
donde se detuvieron a una decena de alcaldes y funcionarios locales de
Michoacán acusados de estar coludidos con el narcotráfico. Sin embargo, los
involucrados, algunos de los cuales defendió Rodríguez, fueron dejando la
prisión por falta de pruebas sólidas.
Otro de los abogados que
aparecieron en la escena pública tas la recaptura del delincuente más buscado
es Andrés Francisco Castillo Flores. Desde que Guzmán fue aprehendido por
tercera vez, el 8 de enero, el litigante presentó ante un juzgado una demanda de
amparo que protegiera a su cliente de la extradición.
La defensa más controvertida
del narcotraficante es Andrés Granados Flores. El abogado quien ha estado desde
hace semanas en el ojo público, fue quien sirvió a las autoridades para
localizar al capo. Los aparatos de inteligencia lo siguieron durante meses y
descubrieron que era el contacto entre Guzmán Loera y la actriz Kate del
Castillo. El litigante también sostenía conversaciones con la mexicana y era
quien supervisaba los planes para rodar una película sobre la vida de su jefe.
(DOSSIER POLITICO/ Tomado de: Zorayda
Gallegos / El País/ 2016-01-28)
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