Al menos media docena de mujeres han
sido identificadas como el alma de los negocios criminales del Cártel Jalisco
Nueva Generación. Les acusan de dirigir empresas fachada para blanquear el
dinero ilícito del narcotráfico y de pelear en tribunales contra multas,
permisos e impuestos. Las esposas del “Mencho” y “El Cuini” solicitaron amparos
en Guadalajara para no ser detenidas. El poder que ostentan estas damas del
narco no las excluye de la victimización social y familiar de género, señalan
expertos
(EDICIÓN IMPRESA) Fuerza,
inteligencia, ambición y poder de decisión, son las características que poseen
las mujeres que hoy dirigen las riendas del lavado de dinero del Cártel Jalisco
Nueva Generación (CJNG). Contrastan con su delicadeza y la preocupación de
enviudar, ser abandonadas o desplazadas por sus parejas.
Mientras que los hombres del
narcotráfico se dedican al trasiego de drogas y al ejercicio de la violencia
contra rivales y representantes de autoridad, las féminas se han convertido en
el alma de las empresas, a través de las cuales los recursos financieros de
procedencia ilícita se convierten en dinero “legal”.
Así lo ha probado la historia
en las organizaciones criminales convencionales mexicanas, como los cárteles de
Sinaloa o de los hermanos Arellano Félix, donde las mujeres cumplen roles
fundamentales en el blanqueo de capitales y la gerencia de las compañías que
manejan grandes flujos económicos inyectados no solo del tráfico de drogas,
sino producto de otros delitos.
Figuras en el bajo mundo,
como Enedina Arellano Félix, que dirigió empresas en Jalisco y Baja California
para la mafia más poderosa de América Latina en los años ochenta y noventa;
Sandra Ávila Beltrán “La Reina del Pacífico”, de la dinastía de la familia de
los Beltrán Félix; y Guadalupe Gastélum Payán, esposa del narcotraficante Juan
José Esparragoza Moreno “El Azul”, prominente empresaria del mundo
inmobiliario, fueron los ejemplos a seguir.
Todas ellas mencionadas en
investigaciones ministeriales y judiciales mexicanas y norteamericanas, han
encontrado impunidad, pues han sido más difíciles de rastrear, detener y
enjuiciar, que los propios hombres de sus respectivos clanes. Con excepción de
“La Reina del Pacífico”, que fue juzgada en México sin éxito y en los Estados
Unidos, donde fue condenada a 70 meses de cárcel por asesorar a un traficante
de cocaína.
Hoy los nombres que saltan a
la luz pública en las pesquisas del narcotráfico y lavado de dinero son los de
las mujeres ligadas con los grupos delictivos del Cártel Jalisco Nueva
Generación y Los Cuinis, calificados estos últimos -hermanos de apellidos
González Valencia de Michoacán- como los narcos más ricos del planeta, quienes
no solo inundan el mercado americano de las drogas -cocaína y metanfetamina-,
sino que llevan su producto ilícito a Europa.
LAS QUEENAS
Al menos media docena de
mujeres dirigen los destinos de las finanzas del CJNG a través de empresas operadoras de turismo,
inmobiliarias, restaurantes, clínicas de belleza y boutiques, de las cuales el
gobierno de los Estados Unidos ha detectado por lo menos 15 compañías en
Jalisco, Quintana Roo y el Estado de México.
Con la información del
Departamento del Tesoro norteamericano y pesquisas propias, las autoridades
mexicanas han identificado a estas mujeres, familiares y personas cercanas a
las dos familias que encabezan las organizaciones del CJNG y Los Cuinis:
* Rosalinda González Valencia. Michoacana, esposa de
Nemesio Oseguera Cervantes, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. Ama de
casa, con domicilios en Zapopan y Puerto Vallarta, Jalisco.
* Jessica Johanna Oseguera González. Michoacana, hija
de Nemesio y Rosalinda, hermana de Rubén Oseguera González “El Menchito”,
actualmente preso en el CEFERESO 3 en Matamoros, Tamaulipas. Dirige los
restaurantes Mizu Sushi en Zapopan y Puerto Vallarta.
* Jennifer Beaney Camacho Cázares. 35 años, sinaloense, esposa de Abigael
González Valencia “El Cuini”, con domicilios en Zapopan y Canadá. Dirige las
empresas AG & Carlón, S.A. de C.V. y Grupo Dijema, S.A. de C.V., en Guadalajara.
* Wendy Dalaithy Amaral Arévalo. 36 años, sinaloense,
esposa de Gerardo González Valencia “El Lalo”, con domicilio en Zapopan.
Dirigía el corporativo W&G Arquitectos en Tepatitlán, Jalisco y en el
Estado de México, así como la firma HD Collection S.A. de C.V. y el Hotelito
Desconocido, asegurado por la Procuraduría General de la República a mediados
del mes de agosto en la Costa Norte de Jalisco.
* Diana María Sánchez Carlón. 36 años, sinaloense,
vecina de Guadalajara, función gerencial y de enlace entre empresas del CJNG.
Responsable directa de las empresas Ahome Real Estate, S.A. de C.V.; Grupo
Dijema, S.A. de C.V.; Consultoría Integral La Fuente, S.C.
* Silvia Romina Sánchez Carlón. 29 años, hermana de
Diana, vive en Guadalajara. Atiende los negocios Ahome Real Estate, S.A. de
C.V.; Consultoría Integral La Fuente, S.C.; Intercop Legoca, S.A. de C.V.;
Firma Miranda, S.A. de C.V. y Xaman Ha Center en Playa del Carmen, Quintana
Roo.
* María Elena Márquez Gallegos. 29 años, originaria de
Santa María de los Ángeles, Jalisco, vecina de Guadalajara. Dirigía la clínica
de salud vaginal Dilava y Grupo Dijema, S.A. de C.V. junto a Diana Sánchez
Carlón.
Las mujeres de los líderes
del CJNG no solo dirigen las empresas, sino que se encargan personalmente de
tramitar permisos de construcción, realizar las contribuciones fiscales, pelean
los pagos excesivos de impuestos y recuperan cuentas de cartera vencida. Toda
la fachada de las empresarias preocupadas por su negocio.
EDGARDO BUSCAGLIA
Para Edgardo Buscaglia,
investigador académico principal en Derecho y Economía en la Universidad de
Columbia en Estados Unidos, “no hay que asociar solamente a la mujer con ser
esposa, pero cuando lo son, representan el canal primario por el cual se
canalizan los mecanismos de prestanombres”.
En entrevista con ZETA,
Buscaglia refirió que “las mujeres como cónyuges, como esposas de estos
delincuentes, a veces son delincuentes las mismas mujeres y son las jefas. O
sea, a través de las mujeres, y después, a través de los hijos, después a
través de socios comerciales, luego a través de fideicomisos y así, se van
generando canales para ocultar el origen ilícito de los recursos”.
El argentino, autor del libro
‘Lavado de dinero y corrupción política’ (octubre 2015, Editorial Debate), aseguró
que indagar a las mujeres de los criminales y de los políticos corruptos puede
llevar a la detección de bienes para que se les inmovilice. “Hay que expandir
la investigación a todas estas personas que Usted nombra: la señora, sus
relaciones comerciales, personales y de todo tipo, fideicomisos y todo tipo de
empresas donde estas personas han tenido alguna relación comercial durante los
últimos 10 años”.
VALOR Y MIEDO
A través de la actividad de
las narcoempresarias en los tribunales, es posible advertir la fuerza con que
han combatido resoluciones administrativas en contra de autoridades municipales
y hacendarias, obteniendo en varios de los casos resultados a su favor para
construir, abrir negocios o pelear la suspensión de servicios. Pero también, de
manera reciente, se puede ver su miedo a ser detenidas, por lo que ya tramitan
juicios de amparo.
Jennifer Beaney, la esposa de
“El Cuini”, presentó una demanda de garantías ante el Juzgado Segundo de
Distrito de Amparo en Materia Penal del Estado de Jalisco en contra de “la
ilegal detención que se pretende realizar en contra de mi persona disfrazada de
orden de citación, presentación, comparecencia, arraigo, aprehensión, reaprehensión”.
Antes, en 2014, la señora
Camacho Cázares se amparó en Juzgados administrativos en contra de una orden de
demolición de una finca en el fraccionamiento Los Gavilanes, en Tlajomulco de
Zúñiga, y en contra del corte del suministro de agua potable en una de las
empresas del cártel en la Zona Metropolitana de Guadalajara debido a adeudos
con el organismo que dota del líquido.
Por su parte, su concuña
Wendy Dalaithy Amaral, esposa de Gerardo González Valencia, no ha interpuesto
amparo en materia penal. Sus antecedentes la ubican en Juzgados
administrativos, donde obtuvo un fallo en 2010 en contra del Ayuntamiento de
Guadalajara para que se autorizara el dictamen de trazo, uso y destinos
específicos de la obra de una unidad plurifamiliar vertical en la zona del
Bosque de Los Colomos, a pesar de la incompatibilidad con el uso de suelo.
Amaral Arévalo también
resultó beneficiada en 2013 en amparo contra la Ley de Ingresos del Estado de
Jalisco por impuestos relacionados con la compraventa de un inmueble.
La esposa de Nemesio
Oseguera, mandamás del CJNG, Rosalinda González Valencia, tramita un juicio de
derechos fundamentales para no ser aprehendida ante el Juzgado Primero de
Distrito de Amparo en Materia Penal del Estado de Jalisco. Fue presentado el 22
septiembre de 2015 y se resolverá a finales de año.
Jessica Johanna Oseguera
González, hija del “Mencho”, también hizo lo propio ante el Juzgado Quinto de
Distrito de la misma materia y ciudad. La veinteañera pidió protección ante una
posible “orden de aprehensión, detención, citación, presentación,
comparecencia, arraigo o reaprehensión”. Causó sobreseimiento el 13 de octubre
por no existir el acto reclamado.
Sin embargo, Jessica Johanna
advirtió que su cuenta bancaria en una sucursal de Banco Mercantil del Norte
(Banorte), S.A. fue inmovilizada desde octubre pasado, por lo que promovió otro
amparo ante el Juzgado Octavo de Distrito en Materia Administrativa del Estado
de Jalisco, reclamando “la orden de embargo precautorio, congelamiento o
inmovilización de la cuenta bancaria, su ejecución y sus consecuencias”.
Oseguera González pretendía
se le concediera la suspensión provisional para el efecto de que las cosas se
mantengan en el estado en que se encontraban antes del aseguramiento y se le
permitiera la libre disposición, manejo y uso de las cuentas bancarias de su
propiedad, pero el juez le negó la medida cautelar.
Las hermanas Diana María y
Silvia Romina Sánchez Carlón acudieron en busca de la protección constitucional
ante el Juzgado Tercero de Distrito de Amparo en Materia Penal del Estado de
Jalisco, presentado el 27 de octubre de 2015 en contra de una orden de
aprehensión. Temen ser citadas, presentadas, detenidas o arraigadas debido a
las investigaciones que realiza la Procuraduría General de la República después
de que sus nombres aparecieron en las listas del Departamento del Tesoro
norteamericano en agosto.
CRIMINALES Y VÍCTIMAS
Lydia Cacho Ribeiro,
periodista y activista de derechos humanos, aseguró que en una sociedad
machista como la mexicana se ha minimizado el papel y los roles de la mujer,
aun en las actividades criminales. “Lo cierto es que las mujeres tenemos las
mismas capacidades de inteligencia, las mismas capacidades de hacer política,
pero también para cometer crímenes, sin duda”.
En entrevista con ZETA, la
autora de los libros “Esclavas del poder” y “Los demonios del edén” aseguró que
“apenas ahora, suceden dos cosas. Apenas ahora estamos mirando a las mujeres
que están dentro de la delincuencia organizada. Yo creo que han existido
siempre. Siempre han estado ahí”.
Cacho Ribeiro destacó que las
primeras incursiones de las mujeres en ámbitos delincuenciales acontecieron en
los prostíbulos, donde ya dirigían grupos de personas. “A las mujeres en lo
positivo se les ha negado la existencia, pero también a las que están en lo
negativo. Y ahora lo que estamos haciendo es mirándolas ¿no?”.
Las mujeres siempre han
estado dentro del narcotráfico, en todos los cárteles, desde en las grandes
mafias italianas y ya no se diga en México. “Ellas son las administradoras de
las empresas, claro, las gerentas, las que están detrás, encargadas como de
toda la parte operativa de los recursos y operativas del trasiego, incluso”.
La periodista señala que
aunque estas mujeres tienen un gran poder de influencia en sus empresas
criminales, en ese propio contexto, siguen viviendo discriminación y violencia,
y violencia de pareja y violencia familiar. “Entonces no cambia nada un hecho
de que una mujer sea víctima en su contexto familiar a que crea que es bueno el
negocio de la delincuencia organizada, que no solo hablamos del narco, sino de
todas las demás actividades criminales que se han investigado a lo largo de los
años”, dijo la experta.
Un grupo de terapeutas que
han tratado con las esposas y viudas de narcotraficantes, y que por obvias
razones pidieron la reserva de su identidad, coinciden en que “las mujeres de
los criminales son muy fuertes y muy vulnerables a la vez. Saben de quiénes son
pareja y se portan como tales. Tienen que ser reconocidas y respetadas, pero a
la vez están muy asustadas”.
“Todo su mundo gira alrededor
de su pareja. Les preocupa mucho ser abandonadas, encontrarse bien o mal y
saber si su pareja les permite seguir o no. No quieren decepcionarlo. Viven muy
bien económicamente y no desean descender en su posición”, declaró una de las
profesionistas.
Otra de las psicólogas
destacó que las narcoempresarias “se sienten especiales, pero a la vez no son
felices, no están satisfechas. Es como una sensación de vacío, porque saben que
en cualquier momento pueden ser desplazadas o van a perder a ese hombre y van a
quedar desprotegidas”.
“Me ha tocado trabajar con
algunas mujeres de narcotraficantes que han sido eliminados y ellas lo toman
como muy natural, como que ya sabían que iba a ocurrir, como si estuvieran
preparadas desde el principio a esperar la muerte de su pareja. A lo que no
están preparadas es al futuro. A cómo van a salir adelante económicamente con
el ritmo de vida y la protección que tenían porque ellas presienten que una vez
que ellos mueren o desaparecen todo su mundo se derrumba. Además, pueden
terminar detenidas”, concluye otro testimonio
PRESO HERMANO DEL “MENCHO”
La operación fue sigilosa.
Fuerzas Federales detuvieron sin ruido ni aspavientos a Antonio Oseguera Cervantes
“Tony Montana”, hermano del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG),
Rubén o Nemesio Oseguera, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, la
tarde-noche del jueves 4 de diciembre.
Fueron más las movilizaciones
que realizaron las policías municipales y la estatal de Jalisco al enterarse de
la detención de uno de los hombres más importantes de la organización
delictiva, y aunque no activaron el llamado “Código Rojo”, sí se reforzaron los
patrullajes en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Sin muchos detalles, la
Policía Federal informó el viernes 5 que la captura de Antonio ocurrió cuando
conducía un automóvil en el referido municipio. El presunto narcotraficante
intentó escapar al verse descubierto, pero fue interceptado sin necesidad del uso
de las armas.
Durante una revisión al
automotor del aprehendido se localizaron dos armas de fuego largas, una corta y
un paquete con droga, por lo que fue trasladado inmediatamente a la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO), en la Ciudad de México, donde quedó a disposición de un fiscal.
El comisionado general de la
Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, calificó la aprehensión de Oseguera
Cervantes -que se hacía pasar por Joel Mora Garibay- como “un importante golpe financiero a ese grupo
criminal”.
Algunas de las funciones del
consanguíneo del “Mencho” consistían en obtener información sobre operativos
que realizaban las autoridades y conseguir armamento para el CJNG.
HISTORIAL CRIMINAL
Antonio es uno de los cuatro
hermanos de Nemesio Oseguera Cervantes. Estuvo preso en una penitenciaría de
Mississippi, Estados Unidos, donde cumplió con una condena por el delito de
daño en propiedad ajena, de acuerdo con datos de la Policía Federal y registros
de la Oficina Federal de Prisiones de la Unión Americana.
De “Tony Montana” no se
conocen antecedentes penales en México; sin embargo, se sabe de su
participación en el clan delictivo desde la década de los noventa cuando ya
colaboraba para la organización de Los Cuinis, cuñados de su hermano “El
Mencho”.
Tan es así que la madrugada
del 2 de agosto de 2006 resultó herido por las esquirlas de una de las cuatro
granadas que fueron arrojadas a un palenque del municipio de Tonalá, Jalisco,
donde brindaba servicio de escolta a los hermanos González Valencia,
originarios de Aguililla, Michoacán.
Rivales de Los Cuinis
intentaron asesinar a José Luis, Édgar y Abigael González Valencia en las
instalaciones de “El Carril”, donde éstos participaban en peleas de gallos. En
el lugar estallaron las granadas y se escucharon ráfagas de disparos. El saldo
fue de cuatro muertos y 28 personas lesionadas, entre ellas “Tony Montana”.
José Luis González Valencia
“La Chepa” resultó herido en uno de los brazos, mientras que otro familiar del
“Mencho” y de Antonio, identificado como Saúl Díaz Oseguera “El Cangrejo”, de
52 años, vecino del Naranjo de Chila, Michoacán, perdió la vida. El cuerpo de
este último fue reclamado por su prima Adela Valencia Oseguera, quien declaró
que el fallecido era agricultor.
Tanto los heridos como los
testigos de los hechos quedaron en libertad, pese a poseer vehículos blindados
y localizarse en el sitio dos fusiles AK-47, se trataba de las víctimas del
atentado. Abigael “El Cuini” se había ocultado tras la identidad de Luis Ángel
González Valencia, pero en febrero de este año fue detenido en Puerto Vallarta.
LA CONSIGNACIÓN
Antonio Oseguera Cervantes
fue internado en el Centro Federal de Readaptación Social Número 11 en
Hermosillo, Sonora, donde quedó a disposición del Juez Cuarto de Distrito en
Materia de Procesos Penales Federales de Jalisco, quien en horas recientes le
dictó auto de formal prisión por delitos contra la salud y portación de armas
de uso exclusivo del Ejército.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Investigaciones ZETA / Fotos. Cortesía/ 15 de Diciembre del 2015 a las 07:55:33)
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