domingo, 22 de noviembre de 2015

GUERRA SUCIA


La carrera de los aspirantes a la nominación priista para el gobierno del estado toma un curso muy trillado como lo es la guerra sucia. Y es que luego de que el gobernador Malova anunciara hace unos cuantos días que venía un tsunami de guerra sucia, y alguna información debe poseer, se rompieron las buenas maneras, y los pasivos de cada uno de ellos, hoy son o podrían ser utilizados para un ataque que los descalifique ante quien o quienes vayan a tomar la decisión sin que parezca importar a la todavía dirigente estatal y el delegado del CEN del PRI.

Así, los ataques contra la senadora Diva Hadamira Gastélum, vinculados a las propiedades que ha estado construyendo en Guasave —una de ellas violando la reglamentación ambiental—, y que por cierto mucho antes de las publicaciones de El Debate, está la investigación y entrevista a la senadora de Ismael Bojórquez, Director de Ríodoce.

De aquella publicación en las páginas del semanario, sus críticos se han agarrado para exhibirla como un personaje insensible al entorno social donde construye sus “mansiones” y muy alejada de llevar beneficios a su comunidad.

Al también senador Aarón Irízar no le ha ido mejor, con un despliegue en su contra tanto con encartes difamatorios en El Debate, como mensajes en las red digital y de telefonía.

Heriberto Galindo ha recibido varios ataques desde el diario digital Proyecto 3, vinculado al diputado Héctor Melesio Cuen, acusándolo prácticamente hasta de que haya nacido en Guamúchil o estar en compañía de Ruiz Massieu el día en que fue acribillado.

A Sergio Torres, el alcalde de Culiacán, no le ha ido mejor con la resolución de los magistrados del Tribunal de lo Contencioso Administrativo, donde estos solicitan juicio político para el alcalde culichi.

Y, curiosamente, muchos intuyen que los ataques que reciben es “fuego amigo” que baja desde el tercer piso del Palacio de Gobierno. Más específicamente, desde la oficina de Gerardo Vargas, el secretario de Gobierno, quien al ser interrogado sobre su responsabilidad en esos ataques y si se lavaría las manos en estos casos respondió enfático: No pienso lavarme las manos, porque no las tengo sucias.

Al margen de la utilidad de las campañas sucias para neutralizar o definir quién será el candidato priista, en lo personal me parece que su efecto si lo tiene es mínimo; la definición del candidato se resuelve de otra forma y en ello influyen consultas a los poderes fácticos, dirigentes políticos, ex gobernadores, incluidos a quienes están en funciones, todo ello soportado en sondeos y encuestas de percepción, y en última instancia, quién de todos ellos garantiza el triunfo.

Esto ya no es como en el pasado, cuando el dedazo resultaba imperturbable ni antes ni después de la decisión. Y si esto ya no es así, la explicación de esta guerrita entre priistas obedece a otras motivaciones que buscan mover las fichas del tablero político.

Y, no puede ser otra, que no sea la que resulte del cálculo sobre los efectos de la polarización entre Jesús Vizcarra y Gerardo Vargas, y es que a una mayor confrontación mediática que susciten ambos personajes, se traduce en mayores posibilidades a un tercero en discordia.

En esta hipótesis, a los priistas que veo mejor posicionados son a Diva Hadamira, Heriberto Galindo y Aarón Irízar, entonces, no es aventurado señalar que se les ataca como una palanca para levantar a otro posible candidato.

Y de resultar exitosa esa guerra de lodo, podrían verse favorecidos Oscar Lara o Enrique Chuchiqui Hernández.

Si es así, estamos que la lucha por la nominación abrió un tercer círculo entre los pretensos que hasta ahora en los hechos reconocía a dos de ellos, o que de plano estemos ante un acto desesperado de los malovistas que tampoco hay que descartarlo.

Y esto pasa por el descarte paulatino de Vizcarra y Vargas porque polarizan y hasta pueden romper al partido; los ataques que estamos viendo en el segundo círculo y ante un vacío de aquellas figuras dar visibilidad a un tercer círculo emergente.

Se podrá discutir la racionalidad de este razonamiento, pero en política no hay nada escrito en forma definitiva y todo, todo enroque es posible.


(RIODOCE/ Ernesto Hernández Norzagaray/ 15 noviembre, 2015)

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