En los años anteriores y
posteriores a la Revolución Mexicana inició el proceso de explotación del río
Colorado, lo que derivó en una reducción acelerada del hábitat para los
indígenas cucapás de Sonora, según historiadores.
También coinciden en que tras
el inicio del siglo pasado, ante el desarrollo agrícola de esta región
sonorense-bajacaliforniana, el México pre y posrevolucionario significó el
deterioro del espacio vital para esta etnia.
En opinión de Tonatiuh Castro
Silva, sociólogo de la Universidad de Sonora, el sitio más importante para los
cucapás, ubicados en la región, siempre fue dicho cauce natural.
"Pues sus actividades
agrícolas, e incluso la denominación del grupo, originalmente kuapak (que
viene, que llega), se derivaron del curso cambiante del río Colorado, y por lo
tanto del lugar de residencia del grupo", destacó.
Asumió que la disolución del
espacio cucapá comprende un proceso lento y gradual, pero el cual sólo hasta el
siglo XX se puede considerar definitivo y contundente.
En los siglos de la etapa
colonial, la presencia humana foránea se restringió a las exploraciones
esporádicas realizadas por los europeos, principalmente españoles, refirió.
Durante la segunda mitad del
siglo XIX comenzó la navegación comercial del río Colorado y el desarrollo
agrícola en la región, aunque en esa época se dio una alternancia territorial
entre esas actividades y la tradicional agricultura cucapá, afirmó.
El cauce natural empezó a ser
navegado para surtir de mercancías al fuerte Yuma, fundado por el gobierno
estadunidense en 1852 para establecer un puesto militar en la nueva frontera
con México, después de la guerra entre ambos países.
Sin embargo, el uso del agua
del río Colorado para la agricultura moderna se inició entre los años porfiristas
de 1900 y 1901 con las obras de la Imperial Land Company, según el historiador
bajacaliforniano José Alfredo Gómez Estrada.
También participaron en
dichas obras, en una región más común en ese entonces, las empresas iniciadas
por las concesionarias California Development Company y la Sociedad de Riego de
Terrenos del Río Colorado.
De acuerdo con "Apuntes
estadísticos de la tribu cucapá", de la Universidad Autónoma de Baja
California, hacia 1909 el empadronador de la Tercera Sección del censo de dicho
estado contabilizó 700 indígenas cucapás diseminados en varias comunidades.
Entre dichos asentamientos
estuvo la colonia Lerdo, pero quedaron deshabitados debido a la lucha armada
pre y posrevolucionaria, ya que los residentes mestizos y étnicos temían los
enfrentamientos entre las diversas facciones.
Ese hecho generó el
desarraigo más acentuado de los indígenas, quienes desde la segunda mitad del
siglo XIX empezaron a ver reducidos sus espacios y en forma constante migraban
en la región, refirió el historiador Gómez Estrada.
Respecto a lo que pasó
después, están los apuntes "Los cucapás que viven en el río
Colorado", del extinto gobernador tradicional de la etnia, Nicolás Wilson
Tambo, y publicados por el Boletín del Instituto Nacional Indigenista (INI) en
marzo de 1997, mencionó.
Gómez Estrada comentó que
"el gobierno mexicano, en la segunda década del siglo XX, estableció
colonias militares con la finalidad de terminar con los levantamientos de
militares disidentes y proteger a la Compañía de Irrigación de Mexicali y a la
Colorado River Land Compañy".
Para complementar dicha
postura del dirigente autóctono, el historiador afirmó que el proceso de
despojo territorial de los cucapás y la definición moderna del espacio en el
lado mexicano del río Colorado se aceleró con el Estado posrevolucionario.
Primero fue la adquisición de
tierras por la Colorado River Land Company en ambas márgenes del cauce natural,
la cual llegó a tener 118 mil hectáreas en explotación y que fueron recuperadas
por campesinos mexicanos en enero de 1937.
Tras dicha situación
denominada el "asalto a las tierras", el gobierno federal expropió
los terrenos a la compañía estadunidense y fundó 44 ejidos, mayormente
destinados a población mestiza.
Hasta noviembre de 1942 los
cucapá recibieron 900 hectáreas en el ejido Pozas de Arvizu, donde actualmente
residen al sur de este municipio.
Los historiadores
entrevistados coincidieron en que tras el inicio del siglo XX, ante el
desarrollo de estas circunstancias, el México pre y posrevolucionario significó
la reducción del hábitat para los cucapás.
(DOSSIER POLITICO/ Notimex/ 2015-11-20)
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