domingo, 10 de mayo de 2015

ES MOVIMIENTO CIUDADANO UN PARTIDO PALERO?


Entre la comentocracia tiene rato manejándose la idea de que con la creación de nuevos partidos se busca la pulverización de voto que favorece al PRI. Igual se dice del abstencionismo que se espera de un 60% del padrón.

Un panista de viejo cuño, de esos que sienten la camiseta, pero que por equis razones decidió no apoyar la candidatura a la alcaldía del PAN, comentaba con signos de interrogación al por mayor, que cuando ofreció apoyar a Marco Antonio Ulloa Cadena, con quien simpatiza, con botellas de agua para la campaña, su interlocutor, otrora panucho de hueso colorado y actualmente sumado a la campaña del Cachorro, le dijo que no ocupaban agua, pues desde el PAN estatal les iban a llegar montones del vital líquido.

Lo dicho por Martín González, el Changoleón, le dejó los ojos cuadrados y más cuando le aclaró que a él lo habían enviado a apoyar al partido naranja por órdenes superiores. ¡Orale!

DE LOS PARTIDOS SATÉLITES DE ANTAÑO A LA CHIQUILLADA ACTUAL

Verdad o mentira la versión hace recordar la existencia de aquellos partidos llamados satélites o paraestatales, que como el PPS, el PARM o el PFCRN, el ferrocarril de Rafael Aguilar Talamantes, mentor de Jesús Ortega, jefe de la corriente Nueva Izquierda del PRD, mejor conocida como “Los Chuchos”, servían para legitimar al PRI hegemónico y dar un aura de pluralidad a las elecciones.

Eran los tiempos del partido aplanadora cuya fractura vino en 1987 con la salida de la Corriente Democrática, el surgimiento del neocardenismo y la conformación un año después del Frente Democrático Nacional llevando a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial.

Pasados los comicios y puestas de moda las “concertacesiones” salinistas que hicieron posible el primer gobierno ganado por Acción Nacional por Ernesto Ruffo en Baja California en un camino abierto por Francisco Barrio en Chihuahua en 1984, siendo éste, uno de los iniciales empresarios neopanistas adheridos a Acción Nacional luego de la nacionalización bancaria, fue creado el PRD a partir del registro del Partido Mexicano Socialista y a partir de ahí se pensaba que la era de los partidos satélites había sido enterrada.

Con el tiempo fueron constituidos nuevos partidos, a la par que otros no pasaron la prueba del ácido del 2% de la votación que se exigía para sobrevivir. Así llegaron y se quedaron en el mapa político el PT, el PVEM, Movimiento Ciudadano, antes Convergencia y el PANAL brazo electoral del SNTE y desaparecieron el PSD de Gilberto Rincón Gallardo, Fuerza Ciudadana de Jorge Alcocer, el PAS y Centro Democrático de Manuel Camacho.

De nueva creación Morena, el Partido Humanista (humorista le dicen algunos) y Encuentro Social, tienen el reto de alcanzar el 3% de la votación para seguir con vida, al igual que el resto de los partidos reconocidos, en un proceso electoral costoso, con mucha desinformación consecuencia de la sobrecarga de spots que no dicen nada y cuya contribución no ha originado un vida pública sana, a pesar de la llegada de la pluralidad y la alternancia en lo que se llama gobiernos divididos a partir del voto diferenciado de los electores y cuyo uno de sus saldos fue causar parálisis legislativa tanto en el Congreso de la Unión como en el Congreso del Estado, hasta antes del Pacto por México, según explica Herman Aarón García Luna en su tesis de maestría en Ciencias Sociales del Colson.

Y son tantas las barreras que se exigen para crear un partido que solamente quienes tienen dinero o clientelas numerosas pueden hacerlo. Ahí están los ejemplos de Elba Esther Gordillo y AMLO que sí lo lograron.

En todo ese proceso han tenido que ver la reforma electoral de 1997, que conformó la primera ola reformista que incluía el respeto del sufragio y la ciudadanización de los órganos electorales y posibilitó la alternancia en 2000 y las contrarreformas de 2007 y la posterior derivada del Pacto por México.

EL JUGO DEL PARTIDO NARANJA

Francisco Kiko Soto, coordinador de Movimiento Ciudadano en el estado ha sabido moverse entre las aguas turbulentas de la política estatal y sacarle provecho al igual que Jaime Moreno Berry en el PT, el partido del tic, tac y quien hizo público el conflicto en Alejandro López Caballero y Damián Zepeda.

Y si en el PRD Guadalupe Curiel representa el pactismo con el gobierno de Guillermo Padrés y sus candidatos, Movimiento Ciudadano no se ha quedado atrás. La desbandada perredista propició que gentes como Conrado Rivera y Miguel Angel Haro y demás miembros de la Corriente Progresista identificados con Marcelo Ebrard (fallido candidato pluri de Movimiento Ciudadano por obra y gracia del TEPJF), hayan decidido apoyar a Claudia Pavlovich.

En ese circo político en que se ha convertido el proceso electoral, el PRI, PVEM y PANAL exigieron que el INE atraiga el proceso y acusan al gobierno del estado de tener las manos metidas en el IEE y de PC, cuando es Sonora el estado que más denuncias penales tiene metidas en la FEPADE por delitos electorales.

A José Ordaz Aguiar, le tocó en 2006 llegar al cabildo guaymense como el primer regidor pluri de Convergencia, un partido al que se integraron ex priístas como Francisco Chico Vázquez, fundador de la agrupación Ciudadanos Ejemplares y quien fue candidato a la diputación local en los comicios de entonces y su esposa Sara busca actualmente la diputación federal por el 04 distrito por los mismos colores.

Librado Navarro, candidato a la alcaldía en 2012 y edil del partido en la presente administración ha sabido “negociar” su apoyo en cabildo a cambio de prebendas al por mayor, incluida chamba para los suyos.

La candidatura de Marcos Ulloa a la presidencia municipal, quien de capturista de datos en Pemex emergió a la palestra política, se rumora se inscribe dentro de una estrategia del juego de espejos y las campañas negras, por eso es visto como el abanderado de un partido palero y un candidato roba votos, para favorecer al PAN y perjudicar a su ex partido el PRI, el cual dirigió localmente, siendo el único presidente emanado de un proceso interno en el cual participaron curiosamente José Ordaz, Chico Vázquez, Alfredo Ortega López (los tres fuera del partido) y el doctor Julio César Márquez, de quien se sacaba la botana aquella de que le preguntó un sagaz priísta de la vieja guardia: “¿Cómo vas médico?” y éste respondía: “Bien, bien” y luego le retrucaban “¿Y con el gobernador, cómo andas?”, “Mal” respondía; “¿Y con el presidente del PRI cómo estás?”, “Mal”, contestaba, “¿Y con el presidente municipal cómo andas?”, “Mal” repetía. “Y eso que anda bien”, se comentaba entre risas en los pasillos del edificio priísta.

DEMOCRACIA CASTRADA Y PARTIDOS TRAMPOSOS

En efecto, dentro de un escenario en donde tanto Padrés como Manlio Fabio Beltrones se juegan el resto y su futuro, a Movimiento Ciudadano le tocó desempeñar el rol de partido tramposo, lo que es permitido por nuestra democracia simulada en un contexto de proceso electoral burocratizado, ajeno a los ciudadanos, en donde el INE tiene como función contar spots y hacerla de tribunal y tribuna de los partidos.

Por eso hay voces que piden a los candidatos el 3 x 3, es decir su declaración de impuestos, su declaración de conflicto de interés y su declaración patrimonial y promueven votar por quien las haya presentado públicamente.

Lo anterior como medida mínima para evitar la llegada de tanto vándalo a los cargos públicos y cuyo prototipo más mediático es el famoso Layín, Hilario Ramírez Villanueva, el alcalde de San Blas, quien declaró que robó, pero poquito o la perpetuación en el poder de clanes familiares como el del Mijito Vicente Terán en Aguaprieta y al cual se enfrenta el exsacerdote Iván Bernal.

Así las cosas, la candidatura del Cachorro, que no es hombre de izquierda y es seguro que ni el “Marx para principiantes” de Rius ha ojeado y quien es identificado al igual que Alberto Albín Cubillas, como miembro del grupo de Germán Uribe Corona, el Chimpitas con amplios nexos con los jefes del Nuevo Sonora, se explica dentro de la lógica de quitarle votos y meterle zancadilla al candidato priísta José Luis Marcos León Perea, ahijado político de Marco Antonio Llano Zaragoza, el Morrroño, poder detrás del trono en el PRI y quien gana con cualquier candidato.

Y ha tomado rumbos tan tortuosos la campaña que se viene insinuando en los medios de comunicación por fieles creyentes en la teoría del complot, el apoyo de Alejandro López Caballero, alcalde panista de Hermosillo al Maloro Acosta candidato del PRI a la alcaldía capitalina a raíz de que Damián Zepeda cayó de su gracia o de que Otto Claussen Iberri, tiene un candidato favorito a sucederlo que no es León Perea.

En una elección sobre regulada y saturada de incertidumbre en donde no se sabe quién va a ganar la presidencia de la república en 2018, cuando hace treinta o cuarenta años atrás se tenía certeza a ese respecto, lo único cierto es el retorno de los partidos paleros o tramposos, que como el PVEM a nivel nacional o Movimiento Ciudadano y un sector del PRD a nivel estatal, se ofertan al mejor postor, en una concepción de la política como medio de vida y no como vocación.

¿O no?


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA VIÑA DEL SEÑOR/ 08 MAYO 2015, 09:07)

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