Con la ayuda
de un amigo, el asesino enterró a las hermanas cerca de un río, bajo cal viva,
para que los cuerpos se descompusieran lo más rápido posible
SANTA BARBARA,
Honduras, 21 de noviembre.- María José Alvarado esperaba que le hicieran
algunas preguntas difíciles sobre su país en el concurso Miss Mundo en Londres.
Así que la joven reina de belleza de 19 años, le pidió a su profesor de
Filosofía que le ayudara a prepararse.
Repasaron la
historia de Honduras, desde el golpe militar que envió a su presidente al
exilio en 2009, a las políticas del actual gobierno. Cada mañana leían los
periódicos y debatían sobre política, la violencia generada por las pandillas y
el narcotráfico, fenómenos que han convertido a Honduras en uno de los países
más peligrosos del mundo.
Era poco probable
que ganara el certamen mundial de belleza, y María José lo sabía. Pero trataba
de mejorar su inglés y soñaba con ofrecer un buen discurso de aceptación del
cetro, dijo José Eudaldo Díaz, el profesor que la ayudaba.
Sabía que las
preguntas que le harían serían sobre la inseguridad y violencia, que eso es lo
que el mundo conoce de Honduras", dijo Díaz. "Su objetivo era
explicar, cada vez que se lo preguntaran, que quería aportarle a una Honduras
en la que los jóvenes pudieran caminar por la calle, sin miedo a ser
asesinados".
Pero nadie podrá
escuchar ese discurso.
Miss Honduras no
llegará al glamoroso reinado que se celebrará en Londres.
La asesinaron a
tiros junto a su hermana y enterraron los cadáveres junto al cauce de un río.
Exhumaron los cuerpos y el jueves las enterraron en un cementerio medio
inundado y lleno de barro de una pequeña aldea del norte del país.
* * *
El asesinato sin
sentido de Miss Honduras y de su hermana mayor, Sofía, es tanto una tragedia
familiar como un hecho que generó indignación nacional en una nación que parece
caminar como sonámbulo en medio de una sangría de asesinatos. Muchos de los
muertos son pandilleros, narcotraficantes y policías. Pero también caen
taxistas, periodistas. Mujeres o niñas son violadas y un sinfín de inocentes
cae bajo el fuego de las balas.
María José hubiera
pertenecido al último grupo de no ser porque era excepcionalmente linda, y
logró surgir de un entorno humilde y de provincia para representar a Honduras
en un concurso mundial de belleza.
Si hubiera sido
cualquier otra chica, sino hubiera sido Miss Honduras, sería un crimen más en
la impunidad hondureña", dijo José Luis Mejía, rector de la Universidad
Tecnológica de Honduras en Santa Bárbara, donde estudiaba. "Habrían
utilizado la frase de siempre: un ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Y
ni siquiera hubieran empezado a investigar nunca".
La mayor parte de la
cocaína que llega a Estados Unidos pasa por Honduras y Santa Bárbara es parte
del corredor que une San Pedro Sula, la ciudad con los peores índices de
homicidios del mundo, con la frontera de Guatemala. Oficialmente, el asesinato
de Miss Honduras y su hermana de 23 años no tiene nada que ver con el
narcotráfico. La policía dice que el pretendiente de Sofía, Plutarco Ruiz,
confesó que les disparó a las chicas en un ataque de celos después de verla bailando
con otro hombre en su fiesta de cumpleaños. Mató a Sofía primero. A María José
le metió dos tiros en la espalda cuando trataba de huir.
Para la familia y
sus amigos, los asesinatos son el resultado de una mezcla de machismo agravado
por la riqueza y el poder los narcotraficantes.
Esta región está
imbuida de la narcocultura, representada por la imagen de un hombre que se
mueve en un vehículo grande, bebe, toma droga, camina armado y es el
malo", dice Mejía. "La cultura de la violencia y de la muerte".
* * *
Santa Bárbara es una
ciudad colonial española con casas de un piso y corredores sobre postes de
madera y teja roja. Una sociedad tradicionalista y católica cuyos padres llevan
y recogen a sus hijas en la universidad pues creen que las adolescentes no
deben caminar solas por la calle, donde beber y fumar en público está mal visto
y hasta en los concursos de belleza se pide que las chicas no se pongan bikini.
La ciudad está
rodeada de montañas ocultas por la niebla y rodeada de cafetales y plantaciones
de frijol. Las calles y los caminos son de puro barro por los días de intensa
lluvia.
La casa que en el
siglo XIX acogió al general y Presidente Luis Bográn es ahora el Instituto y la
Universidad en la que María José esperaba comenzar a estudiar Relaciones
Internacionales y donde el 27 recibiría su título de bachillerato, aunque a la
fecha ella estuviese en Londres compitiendo en el concurso de belleza.
En un patio cubierto
de la universidad, mientras sus amigas celebran una vigilia en su memoria a la
luz de las velas y ven un video hecho con fotos de su carrera como modelo,
Nusly Casaña, de 19 años y amiga de la Miss desde la guardería, describió la
vida difícil que las mujeres de Santa Bárbara tienen que afrontar.
Te dicen: 'No te
vistás así, no salgás, ¿qué hacés?, ¿a dónde vas?, ¿con quién vas?, ¿qué dirá
la gente''', explicó Casaña. "El hombre es libre, la mujer no; el hombre
puede elegir, la mujer no, y junto a eso, la violencia, que comienza en la casa
desde niña y sigue en la calle durante toda tu vida hasta que vuelven a meterte
en la casa", añade. "Llamar crimen pasional al asesinato de un hombre
contra una mujer, hablar de celos, es querer evadir una realidad diaria de
acoso y violencia contra la mujer".
Casaña recuerda que
María José llevaba todos los días una Barbie en la mochila de la escuela. Le
gustaban la ropa, el maquillaje. Siempre decía que cuando creciera quería ser
como una Barbie.
La menor de tres
hermanas, ella comenzó a competir en certámenes de belleza a los 13 años. La
escuela, el instituto, las ferias patronales, las festividades patrias. Lo ganó
todo. Miss Noroccidental, Miss Honduras adolescente y finalmente, Miss
Honduras, el boleto a Miss Mundo.
Después de cada
viaje, al regresar a Santa Bárbara, corría a compartir los detalles con sus
amigas, que la describen aún como inocente y generosa, una niña inocente y
llena de vida. "Sus éxitos eran los nuestros", dijo Ludin Reyes, otra
compañera de escuela. "Éramos sus amigas y sus fans".
Mientras María José
perseguía su sueño y su hermana mayor se casaba y se iba de casa, a Sofía no le
iba tan bien como explican sus amigas. Era maestra, pero se había quedado sin
trabajo y se enamoró de un hombre casado que dejó a su familia para estar con
ella y al que asesinaron en octubre de 2013.
Así que comenzó a
salir con Plutarco Ruiz, quien confesó haber asesinado ella y a su hermana.
Todo el mundo en Santa Bárbara le teme. Pertenecen a una familia de
narcotraficantes, según las autoridades. Sin antecedentes policiales, era
alguien que protegía a sus amigos y eliminaba a sus enemigos.
Este lugar es un
corredor de tránsito de droga", dijo el teniente coronel Ramón Castillo,
encargado de todas las operaciones de seguridad en el departamento. "David
Ruiz, el hermano de Plutarco, era como conocido como "El Toro", y desde
que lo asesinaron en un atentado con armas largas en febrero, Plutarco lo había
sustituido. Plutarco es un hombre violento de carácter pendenciero que lo
resuelve todo con una pistola en la mano".
Su amiga Casaña dice
que todo el mundo le decía a Sofía que su novio era peligroso y que ella no
escuchaba.
Según ella
"aquí el peor machismo es el que hay en la cabeza de las mujeres que creen
que el narcotraficante es un hombre poderoso, que la hace sentir grande, que le
da lo que no tiene, que la protege, que la hace ver bien en una sociedad que
ensalza esos valores del dinero y el poder".
* * *
Para sus amigas es
todo un misterio porque María José aceptó acompañar a su hermana a un
restaurante junto al río en el que se cree que Ruiz organizaba sus fiestas y
reuniones clandestinas de negocios. Estuvieron toda la tarde cocinando juntas
un pastel de cumpleaños para el hombre que las asesinó.
Ruiz tenía seis
guardaespaldas en la fiesta del 13 de noviembre, dijo el teniente coronel
Castillo. La policía dice que Sofía y Ruiz se pelearon porque ella bailó con
otro hombre, que él disparó a las dos hermanas y con la ayuda de un amigo las
enterró cerca de un río, bajo cal viva para que los cuerpos se descompusieran
lo más rápido posible.
Al día siguiente,
Ruiz fue a casa de las hermanas a invitarlas a almorzar y le dijo a su familia
que las chicas se habían ido de la fiesta con otro hombre. Poco después,
acompañó a su madre y a su tío a hacer la denuncia de la desaparición ante la
policía. Una semana después, los investigadores consiguieron que confesara y
los llevaran hasta el lugar donde estaban los cuerpos. Con él arrestaron a tres
personas más.
El alcalde de Santa
Bárbara, José Ramírez, dice que en una ciudad de 29 mil habitantes, todo el
mundo sabe quién es quién y a qué se dedica cada uno. Y que el sentir popular
es que la policía le dio varios días de margen a Ruiz para escapar. Pero en un
país en el que se asume la impunidad, Ruiz no lo hizo y se quedó en casa.
El se sentía tan
impune que no huyó porque confiaba en que nunca lo detendrían", dijo el
alcalde. Ahora que Ruiz está tras las rejas, según él, el ejército debería ir a
por los demás narcotraficantes de la zona. "Mientras tanto, yo, como
alcalde, recibo amenazas por cualquier cosa y necesito proporcionarme mi propia
seguridad para que no venga alguien y me pegue un tiro".
En una casa pequeña
y humilde al final de un camino sin pavimentar, la madre de María José,
destrozada, seguirá sufriendo en soledad, quizás reabriendo el puesto de
golosinas que desde hace una semana no atiende, por la pérdida de su hija Miss
y de la hermana que la condujo a la muerte.
Pobre Sofía",
gritaba Teresa Muñoz abrazada al ataúd de su hija. "Te perdono, hija,
porque fuiste la responsable de que lo que le hicieron a tu hermana, porque María
José murió también".
(EXCELSIOR/
AGENCIAS/ 21/11/2014 06:41 AP / Fotos: AP)
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