Lo mismo
policías criminales, que lugartenientes del Cártel Arellano, o narcomenudistas
y matones de colonia, todos gozan de las deficiencias y corruptelas en las
procuradurías, estatal o federal, y del Poder Judicial. Las policías operativas
los capturan para que ministerios públicos o jueces los liberen en un círculo
vicioso que debilita y expone la debilidad del Estado
Impunidad
judicial
A Fernando Ávila
Valenzuela “El Tío”, el gobierno de Estados Unidos lo expuso como lugarteniente
criminal de Cártel Arellano Félix, encabezado por el sobrino Fernando Sánchez
Arellano “El Ingeniero”, en enero de 2009.
Sin embargo, hace
cinco años, después de que se dio a conocer el cartel de “Se Busca
Información”, al ser cuestionadas respecto a las órdenes de aprehensión en
contra de Ávila, señalado como protagonista del “tráfico de droga y lavado de
dinero de la organización Arellano Félix”, las autoridades norteamericanas
dijeron que no existían.
Del lado mexicano la
respuesta fue la misma: Ávila estaba imputado públicamente pero judicialmente
impune, pese a que desde 2007, ZETA tuvo acceso a informes de la Procuraduría
General de la República, donde su nombre ya era mencionado como operador del
CAF.
Las fuerzas del
orden no lo buscaban, pero los grupos criminales sí. Y por los movimientos que
hizo antes de ser asesinado, Ávila lo sabía.
En un nuevo ataque
del cártel sinaloense a los residuos del CAF, pasadas las 2:00 pm del miércoles
5 de noviembre de 2014, cuatro homicidas esperaban que Ávila saliera de un
taller ubicado sobre la calle Kepler en la colonia Postal, los usuarios de ese
espacio le debían 100 dólares de renta y lo citaron para pagarle 60, fue en
auto, aunque su domicilio no está lejos de la zona.
Al salir enfiló el
carro hacia la calle defensores de Baja California, la vialidad principal de la
vieja colonia. Unos 20 metros adelante del taller, se topó de frente con sus
homicidas y le empezaron a disparar.
“Testigos mencionaron cuatro hombres en un sedán gris que le disparan con el
auto en movimiento”, informaron las autoridades.
La víctima intentó
huir dando vuelta en “U” para ir en sentido contrario -de la calle principal
hacia al taller-, pero los balazos le hicieron perder el control a la mitad de
la maniobra y se estrelló contra una barda. Herido, se aventó al lado del
copiloto e intentó salir por la puerta derecha del pick-up Tacoma que manejaba.
“Por los balazos
suponemos que el atacante, tuvo que
bajar y seguir disparando, tiene una herida en la nalga de espaldas”, hecha
mientras se arrastraba para bajar del auto.
Le descargaron una
pistola calibre 9 milímetros, 14 casquillos quedaron en la escena del crimen y
el cuerpo presentaba “… entre 10 y 12 orificios de entrada y salida, tenía
heridas en cuello, espalda, brazos, glúteos”.
Pese a ser una calle
con varios establecimientos comerciales, “nadie escuchó nada”, el ataque fue
denunciado a los números de emergencia por sus renteros, quienes salieron a la
calle por razones del trabajo, y se dieron cuenta que el carro estaba
estrellado. “Se había despedido de ellos aproximadamente siete minutos antes”.
“Yo creí que eran
martillazos y por eso salí a ver, no se escucharon como balazos”, comentó un
hombre mayor. Otros vecinos aseguraron: “No se oyó nada, nos dimos cuenta
cuando salimos y vimos los policías”.
Estaba arribando a
la escena la segunda patrulla municipal cuando la familia de la víctima llegó
al lugar: “Esos son su hijo y su mamá”, advirtieron quienes los conocían, y los
uniformados empezaron a preguntarles de la identidad.
Para entonces, el
cuerpo no tenía encima ni identificación, ni los 60 dólares que había cobrado
de renta. Los agentes ministeriales no saben quién despojó al cadáver de sus
pertenencias, si fueron los asesinos, o quienes encontraron el cuerpo, los
municipales o la familia.
Visiblemente molesto
y consternado, el presunto hijo se negó a hablar, instruyó a la mujer (madre)
que tampoco lo hiciera, los policías los siguieron con preguntas pero se
metieron en un domicilio.
La camioneta Tacoma
en que viajaba Ávila estaba a nombre de Israel García Galindo, un albañil cuya
dirección fue rastreada por los ministeriales, en las primeras horas no
pudieron localizar al hombre, pero sí a su familia, que informó a la autoridad
que el trabajador de la construcción jamás ha tenido un auto con las
características mencionadas. “Es posible que hayan usado documentación falsa
para registrarlo”.
Para entonces,
enlaces del lado americano habían informado a elementos del Grupo Coordinación
de Baja California, que el fallecido era
Fernando Ávila-Valenzuela, miembro del Cártel Arellano Félix, “al
parecer encargado de lavado de dinero”.
La tarde del mismo 5
de noviembre, un abogado se presentó en la Procuraduría para verificar qué
debía hacer para recuperar el cuerpo, le informaron que debía ir su familia a
identificarlos, trámite que se cubrió el jueves 6 de noviembre.
Los investigadores
ya habían verificado en la base de datos de licencias la identidad de Ávila, y
la familia confirmó que se trataba del hombre boletinado por la DEA y el FBI en
enero de 2009.
El señalado
lugarteniente de Fernando Sánchez Arellano, residía sin problemas en la calle
Kepler de la colonia Postal, y junto a uno de sus hermanos (desde finales de
los años noventa y hasta 2001) se convirtieron en dueños de prácticamente toda
la calle Kepler en la colonia Postal, más de 2 mil metros cuadrados en
propiedades que obtuvieron comprando, pero en la mayoría de los casos,
tramitando prescripciones positivas en contra de antiguos dueños.
También registran la
propiedad de lotes, casas o departamentos en la zona de Otay Universidad y el
Infonavit Presidentes en Tijuana.
Así como Ávila no
era buscado por las autoridades, Raymundo Corona Bartolomé, otro de los hombres
expuestos en aquel cartel de enero de 2009, goza de impunidad. En fechas recientes,
lectores de ZETA denunciaron su ubicación en La Paz, Baja California Sur-
estado donde asesinaron a Francisco Arellano Félix, el 18 de octubre 2013- como
dueño de negocios en conocidas plazas comerciales. La información se corroboró,
y se informó a los denunciantes que se consultaron autoridades y no tienen
cargos en su contra.
A partir de febrero
de 2014, otro de los protagonistas del mencionado cártel, comparte la impunidad
judicial: Manuel Ivanovich Zambrano Flores, detenido el presunto operador del
CAF con droga y armas en un taller de su propiedad en la Zona Norte de Tijuana
el 7 de agosto de 2009, recuperó su libertad hace ocho meses.
De ese grupo del CAF
encabezado por Fernando Sánchez rellano, están presos “El Ingeniero, capturado
el 23 de junio de 2014; Armando Villarreal, detenido 10 de julio de 2011; Isaac
Manuel Godoy Castro, apresado el 21 de abril de 2009; Melvin Gutiérrez Quiroz,
aprehendido el 15 de marzo de 2013;
Eduardo García Simental “El Teo”, interno desde el 12 de enero de 2010;
Raydel López Uriarte, capturado el 2 de febrero de 2010; y José Filiberto Parra
Ramos, asegurado el 10 de junio de 2009.
En aquel enero 2009,
policías de Tijuana y San Diego refirieron que en esa la lista del CAF faltaban
cuatro lugartenientes: Ángel Jácome “El Kaibil”, detenido en marzo de 2009,
y Crescencio Murillo Beltrán “El
Chenco”, un hombre de apodo “El Charro” y otro “Aquiles”. Los tres siguen
delinquiendo, y después de cinco años, el último, de nombre Alfonso Arzate
García, controla criminalmente la plaza de Tijuana para el Cártel de Sinaloa.
POLICÍAS SECUESTRADORES
Otro caso en el que
las autoridades locales ya fueron informados que “siempre no” se ejecutarán
órdenes de aprehensión porque los jueces las negaron, es el de la banda de
policías secuestradores del CAF
capturados el 25 de septiembre de 2014 en Tijuana, relacionados con el
secuestro de un empresario, ocurrido el 18 de septiembre, y por lo menos otros
tres delitos similares.
En aquella fecha,
fueron detenidos el ex ministerial Jose Daniel Canales Rodríguez -que se había
ofrecido del testigo protegido-, César Ayala, miembro del Barrio Logan y
Armando Angulo junior.
Según los primeros
dichos de Canales, había 24 elementos policiacos de los tres órdenes de
gobierno involucrados en las actividades ilícitas de esta célula, y estos
agentes corruptos se llevaban el 30 por ciento de las ganancias de los rescates
cobrados.
También señaló como
presunto líder criminal a Lorenzo
Hernández García “El Viejón”, y como operadores, al ex ministerial José Luis
Chávez “Ramiro” y el ex policía
municipal Luis Jaime Verduzco Delgado “El Lic”.
Sin embargo, desde
México ya informaron a las autoridades locales, que se negaron todas las
órdenes de aprehensión solicitadas por el Ministerio Público de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO),
incluso las de los tres detenidos.
“Nos dijeron que ya
iban a quedar libres, si no es que ya estaban de regreso en Baja California,
que tiene visas para cruzar a Estados Unidos y las usan sin problemas. En el
caso del ex policía Verduzco, hasta nos advirtieron que es pariente de un
militar”, expuso molesto un miembro del Grupo Coordinación.
DEL ESTADO DE MÉXICO
Otro expediente
impune, fue el de los policías ministeriales del Estado de México detenidos el
2 de noviembre en Tijuana por la Policía Municipal, cuando atendieron el
reporte de un ciudadano que los denunció al C4 porque uno de ellos -López- le
apuntó con un arma. Los uniformados ubicaron el auto denunciado, detuvieron a
todos los que iban a bordo, los agentes Víctor Sánchez Rosas, Álvaro López
García, y el civil y ex policía de Tijuana radicado en Las Vegas, Carlos Otal
León.
Entre la captura, la
presentación al juez, ante el médico legista y la elaboración del parte
policiaco, pasaron tres horas, “es lo que tardamos con todas las detenciones”,
argumentó un jefe policiaco.
Cuando los
municipales llegaron a la PGJE con los detenidos, los funcionarios de la
Procuraduría ya estaban atendiendo al padre de unos de los presentados, el ex
director de la Policía de Tijuana, Carlos Edmundo Otal Namur -detenido y
liberado en 2002 por presuntas ligas con el crimen organizado-, y según los
oficiales municipales, los ministeriales no les quisieron recibir los papeles
inmediatamente. Los tuvieron desde las 2:00 pm hasta las 8:00 pm en la sala de
espera. En la Policía Municipal, suponen que hicieron tiempo para declarar
ilegal la detención, que fue lo que ocurrió al final.
“El representante
social calificó de improcedente su detención” porque “… en el parte informativo
de la Policía Municipal se encontraron inconsistencias respecto a lo señalado
por los agentes y lo declarado por la parte ofendida, asimismo, hay un desfase
evidente de horas en la narración de los hechos, respecto a cómo ocurrieron la
incidencias, así como del certificado de integridad física.
“En la presentación
hecha ante el Ministerio Público se hizo un señalamiento a solo uno de los
agentes, pero el señalamiento fue muy ambiguo y contradictorio”, puntualizó la
PGJE a través de un boletín.
Los nuevos matones,
también impunes
La ausencia de
justicia también cobija sin problemas a los delincuentes de menor poder
criminal.
La última semana de
octubre se dieron las capturas y liberaciones de los presuntos homicidas y
líderes del narcomenudeo en Tijuana, Luis Toscano Rodríguez “El Mono” y Óscar
Ricardo Becerra Rizo, Sicario de Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas”,
quienes ya han sido liberados en otras ocasiones.
Además, esta semana
la Procuraduría emitió dos boletines anunciando la solución de tres homicidios
(uno hombre muerto el 12 de junio de 2014, y una pareja asesinada el 28 de
agosto de 2013) con la captura de los
respectivos homicidas.
Pero resulta que los
cinco criminales implicados, ya están internos desde el mes de julio de 2014,
es el mismo grupo entregado por miembros del crimen organizado a elementos de
la PGJE en un hotel de la Zona Norte.
Los matones habían
asesinado la madrugada del 9 de julio, en la colonia Obrera, al bebé de 2 años,
Juan Carlos Cruz Ramos, a su madre Saraí Ramos, dejando herido a Eligio Martínez, quien era el
objetivo del atentado.
El 4 de noviembre
anunciaron la captura de Jesús Atilano Jiménez Martínez “El Guacho”, quien también había participado
en el homicidio del bebé, pero no fue capturado en julio.
El más impune en
estos expedientes, José Julián López “El Chino”, señalado como jefe de este
grupo de homicidas, sobre quien pesan cuatro órdenes de aprehensión sin
ejecutar, por homicidio, incluido el de Arturo Hachadur Kaloyán, mientras se
desempeñaba como director del Instituto Municipal del Deporte, ocurrido el 16 de diciembre de 2013.
Como “El Chino” en
Tijuana, las autoridades ministeriales y operativas tienen pendientes de
ejecutar por lo menos 200 órdenes de aprehensión en contra de la misma cantidad
de homicidas, todas otorgadas en los primeros diez meses del año 2014. El
problema es que en la mayoría de los casos, lo único que tiene la autoridad para
ubicar a los delincuentes es un nombre, nada de fotografías ni direcciones.
CAMBIAN SUBPROCURADORES DE JUSTICIA
Perla del Socorro
Ibarra, Procuradora General de Justicia del Estado de Baja California, realizó
–a un año del inicio de su gestión– cambios en las subprocuradurías de Tecate y
Playas de Rosarito.
A partir del 5 de
noviembre de 2014, las fiscalías de Rosarito y Tecate son ocupadas por Patricia
Librada Ortega Inzunza y Gerardo Sosa Olachea, respectivamente.
En el caso de Ortega
Inzunza solo se efectuó un cambio de municipio, estaba en el mismo cargo en
Tecate y la mandaron a suplir a José Antonio Chávez Hoyos, quien renunció en
Rosarito.
Mientras el recién
designado, licenciado Sosa Olachea se quedará en Tecate, que es donde reside.
Con el grado
académico de Maestra en Derecho Corporativo Internacional por la Universidad
Iberoamericana de Tijuana, Patricia Ortega se ha desempeñado como auxiliar en
la Notaría Pública número 1 de Rosarito del año 2003 al 2013. Durante 2013 fue
nombrada en tres cargos públicos distintos: Secretario de Acuerdos en el
Tribunal Superior de Justicia del Estado, asesor jurídico en la Dirección
General Jurídica del XX Ayuntamiento de Tijuana y subprocuradora general de
justicia en Tecate.
Gerardo Sosa es
abogado por la Universidad de Guadalajara, en la entidad se ha desempeñado como
catedrático de Ciencias Políticas y Derecho de la Universidad Autónoma de Baja
California, donde también ha formado parte de su patronato. Como servidor
público ha ocupado el puesto de director
general de Policía y Tránsito de Tijuana y como delegado de la Oficialía Mayor
del Estado. También fue candidato a la alcaldía de Tecate por el Partido de la
Revolución Democrática. Desde 1989 es Notario Público y durante su trayectoria
ha sido presidente del Colegio de Notarios de Baja California, del Consejo
Coordinador Empresarial de Tecate, así
como coordinador estatal de Consejos
Coordinadores Empresariales.
En las comandancias
de las policías ministeriales de ambos municipios también hubo nuevos
nombramientos. José Estrada Pérez llegó a Rosarito y Sergio Romero Jaime a
Tecate.
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA/ 12 de Noviembre del 2014 a las 17:23:00)
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