Saltillo,
Coah.- Autoridades ministeriales “reventaron” dos centros de rehabilitación que
dirigía Hipólito Vásquez Pérez, “papá Polo” –acusado de violar a al menos tres
menores de edad– y rescataron a 42 jovencitos que permanecían en condiciones
infrahumanas en el centro de internamiento para adictos.
Tras
la detención de Vásquez Pérez, a la investigación en torno al ataque sexual se
sumaron otras dos denuncias, en las que también se involucra al subdirector de
la Clínica de Atención para Jóvenes y Adolecentes en Situación Crítica y
Prevención Social, Benito Juárez García, por lo que serían tres varones de
entre 15 y 16 años las víctimas de abuso sexual.
Personal
de la Procuraduría asignado en áreas de Delitos Familiares, de la Agencia
Receptora de Denuncias y de la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la
Familia, llegaron a la casa marcada con el 2800 de la calle Correo Mayor, en la
colonia Postal Cerritos, aseguró a 35 menores, quienes en el transcurso de este
jueves y viernes fueron entregados a sus familiares.
Minutos
después, bajo el mismo operativo, se arribó a otro de los centros que dirige
“papá Polo” en la colonia Antonio Cárdenas, donde rescataron a siete niños de
entre 10 y 16 años que estaban en proceso de recuperación.
LAMENTOS AHOGADOS, MALTRATOS SIN PIEDAD
En
condiciones infrahumanas se encontraban 42 jóvenes hacinados en centros de
rehabilitación que operaba Hipólito Vázquez Pérez. Su rescate sacó a la luz una
serie de irregularidades que ya se investigan.
El
hombre, que en un principio enfrentaba una denuncia por violación, suma dos
expedientes más en su contra. Las voces maltratadas ya se hacen escuchar,
claman justicia.
Elementos
ministeriales procedieron al cierre de dos de los centros, allí se encontraban
los menores. Sus familias exigían acciones inmediatas para arrebatárselos al
sufrimiento.
“Sí,
maltrataban a los muchachos, disimulaban el ruido con música cristiana cuando
había visitas, pero en días normales ponían cumbias y lo que fuera. Había
borracheras y todo, no dejaban ni dormir”, dijo un vecino de una de las casas
de rehabilitación para menores adictos.
Tres
de los cuatro centros de rehabilitación que operaban bajo la dirección de
Hipólito Vázquez Pérez y Benito Juárez García, director y subdirector del
Centro de Rehabilitación Fundación Jóvenes Saltillo, no estaban registrados
ante la Secretaría de Salud, ni siquiera con un aviso de funcionamiento.
En
la clínica de la colonia Postal Cerritos, que en su oficina sigue la luz
prendida y un pequeño gato gris en el sillón que se alcanza a ver desde la
ventana, que se ostenta como clínica de rehabilitación para varones, había
hasta mujeres internas, que vivían toda clase de vejaciones, según vecinos del
lugar que prefirieron mantenerse en el anonimato.
De
este lugar fueron rescatados 35 jóvenes, mientras que siete más estaban en el
centro ubicado en el sector de Antonio Cárdenas.
Esta
acción se realizó como parte de las investigaciones por la denuncia
interpuesta, optando por asegurar a los jóvenes debido a que ésta es una
situación ilícita, ya que en este tipo de lugares se prohíbe tener a niños para
cualquier fin.
“Por
si eso fuera poco, los mismos asegurados indicaron que eran sometidos a
situaciones extremas como castigos corporales severos, comer desperdicios o
estar parados durante horas, argumentándoles que eran correctivos que se les
daban para que se recuperaran en todos los aspectos”, mencionó una fuente
allegada a la investigación.
“Los
golpeaban en un pasillo, se escuchaban los cintarazos y los tablazos… siempre
oíamos lloriqueo de muchachas y muchachos.
“Cuando
se les escapan, salen a perseguirlos, rodeaban todo en carros y a pie, y los
regresan a golpes”, dijo.
ÚNICO REGISTRO
En
Saltillo, de manera regular operan 16 centros con aviso de funcionamiento y
suman 75 los registrados por la Secretaría de Salud en el estado, de los que
operan en el clandestinaje y bajo el amparo de barrios populares con alta
demanda de estos servicios, nada se sabe.
Según
datos de la dirección de Regulación y Fomento Sanitario de la Secretaría de
Salud, sólo el sitio ubicado en la colonia Postal Cerritos al oriente de la
ciudad se encontraba en el registro de la dependencia y con una revisión en
noviembre de 2013, misma que según los reportes, se hizo a petición del propio
Hipólito Vázquez y de la cual no resultó observación alguna.
Esto
es, que el lugar del que se rescataron a 35 jóvenes adictos en recuperación,
muchos de ellos menores de edad, operaba con regularidad y sin faltar a las
normas sanitarias.
Un
aviso de funcionamiento implicaría también, la existencia de un permiso de la
Dirección de Desarrollo Urbano para operar como tal, en particular porque la
mayoría de estos establecimientos corresponden a viviendas de uso habitacional.
ABUSOS Y MUERTE
Aunque
en más de una ocasión se pidió la presencia de la Policía por lo insostenible
del ruido, “de hecho sí llegaban, pero nomás entraban y luego luego se iban,
eran municipales por lo general”.
En
la clínica de la calle Manuel Hernández, de Landín, la situación no era tan
diferente. Vecinas recordaron que a los internos los tenían trabajando en la
obra, de hecho, ellos fueron quienes levantaron buena parte de la construcción
en el segundo piso.
“Arreglaron
todo eso porque estaba bien feo. Se levantaban temprano y barrían todo aquí
afuera, pero estaba bien raro porque pues fumaban y tomaban en las noches…
ellos tenían como un bazar, y pues se veía”, dijo.
Recordaron
el caso de una señora que tenía a un hijo internado ahí, mismo que hace poco
falleció. Duró cerca de un año internado y presuntamente murió en esas mismas
instalaciones.
Una
vecina que dijo llamarse María de Jesús, comentó que cuando ella pasaba a dejar
a su hija al kínder, siempre estaba un hombre barriendo afuera, y un compañero
de su trabajo que tenía un hijo internado, nunca manifestó que el menor fuera
maltratado.
Las
autoridades confirmaron que desde hace tiempo, el acusado tomó como negocio
familiar el rubro de “rescate” de adictos, al tener hasta la fecha cuatro
centros de reclusión bajo el nombre de Clínica de Atención para Jóvenes y
Adolescentes en Situación Crítica y Prevención Social.
Dichos
lugares se encuentran enclavados en colonias como Saltillo 2000, Landín,
Antonio Cárdenas y Postal Cerritos, donde se desencadenó el ataque que develó
la serie de agresiones y abusos.
ESCAPATORIA
Vecinos
de la colonia Postal Cerritos señalaron que el centro ya fue deshabitado. Uno
de los residentes de la colonia comentó que la casa ha permanecido en silencio.
“Ayer
se vio como que se estaban cambiando, había bastante movimiento pero no sabemos
a qué se deba, en ese lugar siempre ha habido mucha actividad porque es un
albergue de rehabilitación, pero no sabemos en verdad qué fue lo que pasó.
“Lo
único cierto es que lo que vimos ayer (jueves) estaba como raro, porque no eran
movimientos como los de siempre, sino parecía que ya se iban”, dijeron.
Por
su parte, otros resientes de la calle Correo Mayor coincidieron al señalar que
en la casa la actividad es extraña.
Durante
toda la jornada de este viernes, el inmueble marcado con el 2800 permaneció
cerrado y bajo candado, sin que nadie respondiera a la puerta.
IRREGULARIDAD
La
norma de salud, exige que haya un supervisor del programa de rehabilitación; la
Fundación Jóvenes Saltillo acreditó a una persona de nombre Gerardo Hernández
Tamayo, quien ni siquiera aparece como profesionista en el ramo a pesar de que
se reportó con cédula y título profesional.
La
Secretaría de Salud supervisa el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana
NOM-028-SSA2-2009 para la prevención, tratamiento y control de las adicciones.
Mismas
que marcan pautas en cuanto a la infraestructura, instalaciones y equipo
apropiado para el desarrollo de sus funciones, de acuerdo con el tipo de modelo
de atención que brinden, estableciendo divisiones de acuerdo con su grupo de
edad y sexo.
Establece
las características del personal en cuanto a capacitación, número y funciones,
y define el programa de atención integral para los usuarios, el ambiente y la
alimentación que deben observarse.
Asimismo,
establece que el ingreso de los usuarios a los establecimientos especializados
en adicciones con modelos profesional y mixto podrá ser voluntario,
involuntario u obligatorio, y en el de ayuda mutua será estrictamente
voluntario, pudiendo darse el ingreso obligatorio en los establecimientos que
operen bajo este modelo que estén reconocidos por el Conadic (Comisión Nacional
contra las Adicciones).
Y
especifica que tratándose de un menor de 16 años, sólo se le ingresará cuando
existan programas y espacios adecuados e independientes, de acuerdo con la edad
y sexo, de lo contrario deberá ser referido a los establecimientos encargados
de la atención a menores.
(ZOCALO/
Texto: Claudia Olinda Morán / Edith Mendoza / Rosendo Zavala / Luis Durón/ Redacción/
20/09/2014 - 03:00 AM)
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