La Viña del Señor
Cuando
el Estado abdica de sus obligaciones, la ciudadanía ejerce sus derechos
para no salir dañada. Cuando el gobierno falla la gente busca sus
medios para subsanar las deficiencias de una autoridad incompetente. De
eso no hay duda.
Ese
es el quid que dieron origen a las autodefensas en Michoacán, en
Guerrero o en Oaxaca. En Chiapas el EZLN se alzó en armas el 1º. de
enero de 1994 exigiendo paz, justicia y democracia. Ese día el mito de
la paz social que los gobiernos priístas ofrecían como divisa se hizo
añicos.
El Barzón en su momento funcionó como una autodefensa ante los abusos de la banca usurera.
Felipe Calderón con su guerra al narcotráfico convirtió al país en una enorme fosa común ha dicho el poeta Marco Antonio Campos.
Los políticos y el gobierno son dos de las figuras que menos credibilidad tienen entre los mexicanos, según las encuestas.
El
poeta Javier Sicilia en su artículo “Esa abstracción llamada Estado”
dice que “En México, desde su nacimiento en 1824, sólo ha servido para
generar guerras intestinas y dictaduras; ha servido también como un
paraguas para la corrupción y el uso discrecional de las leyes que dice
resguardar y custodiar. Su uso patrimonialista, es decir, la utilización
de sus bienes para el intercambio de favores personales que permite a
la clase política conseguir apoyos e ingresos económicos ilegales, ha
degenerado en las redes de complicidad criminal que hoy tienen
destrozada a la gente. Esa abstracción llamada Estado es hoy un lodo que
disputan las asociaciones criminales y los mercaderes del dinero, un
lugar donde se gestiona, como traté de mostrarlo en Los administradores
del infierno (Proceso 2014), el crimen. Bajo la ilusión de su existencia
que cada día construyen sus clientes –medios de comunicación, empresas
globales, partidos políticos, poderes fácticos y politólogos que
encerrados en sus cubículos creen que existe una relación entre la
teoría y la realidad–, la gente, a la que dice servir, en realidad es
manipulada, controlada, asesinada, desaparecida, explotada y violada en
sus derechos. No en vano Hobbes lo definió con lo único que puede asir
una abstracción tan sobrecogedora, una metáfora: la del monstruo mítico
llamado Leviatán, la bestia marina que el libro del Génesis asocia con
Satanás En México, desde su nacimiento en 1824, sólo ha servido para
generar guerras intestinas y dictaduras; ha servido también como un
paraguas para la corrupción y el uso discrecional de las leyes que dice
resguardar y custodiar.
Su
uso patrimonialista, es decir, la utilización de sus bienes para el
intercambio de favores personales que permite a la clase política
conseguir apoyos e ingresos económicos ilegales, ha degenerado en las
redes de complicidad criminal que hoy tienen destrozada a la gente.
Esa
abstracción llamada Estado es hoy un lodo que disputan las asociaciones
criminales y los mercaderes del dinero, un lugar donde se gestiona,
como traté de mostrarlo en Los administradores del infierno (Proceso
2014), el crimen.
Bajo
la ilusión de su existencia que cada día construyen sus clientes
–medios de comunicación, empresas globales, partidos políticos, poderes
fácticos y politólogos que encerrados en sus cubículos creen que existe
una relación entre la teoría y la realidad–, la gente, a la que dice
servir, en realidad es manipulada, controlada, asesinada, desaparecida,
explotada y violada en sus derechos. No en vano Hobbes lo definió con lo
único que puede asir una abstracción tan sobrecogedora, una metáfora:
la del monstruo mítico llamado Leviatán, la bestia marina que el libro
del Génesis asocia con Satanás...”
Para el padre de la revolución rusa Vladimir Ilich Ulianov alias Lenin, no había duda: El Estado era un aparato de dominación.
En
un país en donde El Santo, el enmascarado de plata, encarnó la justicia
en el cine de luchadores, Tony Aguilar como El Rayo de Sinaloa y el
güerito Gastón Santos, representaban la mano de la ley y el torpe
Chapulín Colorado era el defensor de los desvalidos, quedaron grabados
en la imaginación popular por los aparatos ideológicos de la cultura y
el discurso dominante como un ideal, nade debe extrañar.
El Estado contra los ciudadanos
El
encarcelamiento del doctor José Manuel Mireles, líder de las
autodefensas michoacanas y el aparatoso operativo policiaco-militar para
detener a Rosa del Carmen Verduzco, la famosa Mamá Rosa fundadora de
albergues para niños huérfanos y descarriados en Zamora, levantaron
inconformidad en amplios sectores sociales, por ser ambos
representativos de la iniciativa ciudadana ante la ausencia estatal, el
primero en su obligación de proveer seguridad pública y la segunda
sustituyendo a la asistencia social, siendo la infancia uno de los
sectores más vulnerables en México y ahí está la crisis de los niños
migrantes centroamericanos con rasgos de humanitaria.
Durante
mucho tiempo el gobierno vendió la idea que con la creación de
organismos autónomos se ejercía un mejor control sobre diversas
instancias de su estructura administrativa bajo la óptica de que ahogado
el niño hay que tapar el pozo. Así ante el desgarriate policiaco y el
escandaloso aumento de violaciones a los derechos humanos Carlos Salinas
creó la Comisión Nacional de Derechos Humanos y puso a un prestigiado
jurista como Jorge Carpizo al frente. Después se instituyeron la
Comisión Federal de Competencia Económica para investigar y sancionar
las prácticas monopólicas; la COFETEL se creó para vigilar a los medios
de comunicación electrónica, como la televisión y la telefonía y el IFAI
para asegurar el acceso a la información y etc., etc. ¡Pura burocracia
fallida!
En
materia de justicia se habla de la implementación de los juicios orales
como la panacea que va a salvar al sistema, cuando la policía, piedra
toral del mismo, está considerada entre las diez más corruptas de
América Latina, la tortura sigue predominando y el crimen no cesa en
entidades donde dicho sistema adversarial tiene rato aplicándose como
Chihuahua y el Estado de México, a la par que crecen al denuncias de
“nepotismo judicial”, en donde la carrera judicial es sustituida por
recomendaciones, palancas y otros excesos de magistrados y jueces.
¿Hay autodefensas porteñas?
Por
eso, ante el escandaloso incremento de la delincuencia en todas sus
modalidades y la deficiencias del aparato de procuración e impartición
de justicia y de la policía encargada de prevenir e investigar los
delitos, como órgano técnico auxiliar del mismo y sin programas
gubernamentales de prevención de delitos, muchos ciudadanos a lo largo y
ancho del país vieron con simpatía el ejemplo michoacano como una forma
de tomar las riendas del problema ante la falta de solución a corto
plazo y han optado por la figura de la autodefensa, como una forma
lícita establecida como excluyente de responsabilidad en el artículo 13
del Código Penal Sonorense en sus fracciones V, VIII y XI, que a la
letra establecen:
V.
El agente obre en defensa de su persona, de su honor o de sus bienes, o
de la persona, honor o bienes de otro, repeliendo una agresión real,
actual, sin derecho y de la cual resulte un peligro inminente, siempre
que exista necesidad de la defensa y racionalidad de los medios
empleados y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte
del agredido o de la persona a quien se defiende.
Se
presumirá como defensa legitima, salvo prueba en contrario, el hecho de
causar daño a quien por cualquier medio trate de penetrar, sin derecho,
al hogar agente, al de su familia, a sus dependientes, o a los de
cualquier persona que tenga la obligación de defender, al sitio donde se
encuentren bienes propios o ajenos respecto de los que exista la misma
obligación; o bien, lo encuentre en uno de aquellos lugares en
circunstancia tales que revelen la probabilidad de una agresión;
VIII.
Se obre por la necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o
ajeno, de un peligro real, grave e inminente, lesionando otro bien de
menor o igual valor que el salvaguardado, siempre que no exista otro
medio practicable y menos perjudicial y el contraventor no haya
provocado dolosamente o por culpa grave el estado de necesidad, ni se
tratare de aquel que por su empleo o cargo tenga el deber legal de
afrontar el peligro;
XI.
Se obre en virtud de miedo grave o temor fundado e irresistible de un
mal inminente y grave en bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que
no exista otro medio practicable y menos perjudicial al alcance del
agente;
Más
claro ni el agua, ante el peligro o mal eminente en sus bienes y la
oleada de malandros que azota diversos lugares los vecinos optaron
tomar el toro por los cuernos en aras de llevar la paz a sus colonias y
barriadas. En la entidad se habló de que se formaron autodefensas en la
Colonia El Choyal en Hermosillo y en la comunidad de Agiabampo en
Navojoa surgió el grupo encabezado por el ejidatario Francisco Villa
Bustamante.
Hace
cosa de días en Hermosillo vecinos de la colonia Amapolas a las afueras
de la ciudad, se reunieron en el Santuario de San Judas Tadeo, para
organizar un grupo de autodefensas para detener a los ladrones que están
robando diariamente en la iglesia, centro de salud y las casas. Fueron
casi 40 vecinos quienes se juntaron para ponerse de acuerdo para hacer
frente a la situación de inseguridad que están viviendo en sus hogares.
Los
habitantes mencionaron que desde hace dos años comenzaron a los actos
vandálicos en la colonia, por lo que se encuentran inconformes con esta
problemática.
En
la mencionada reunión se puso a votación para conformar el grupo de
autodefensas, por lo que la gran mayoría de los presentes levantaron la
mano a pesar de que ya habían acordado trabajar en conjunto con
seguridad pública municipal.
Durante
lo más álgido de la toma carretera en Vícam, integrantes de la tribu
yaqui amenazaron con armarse y constituir una autodefensa en caso de no
resolverse el problema del acueducto Independencia, a pesar de que es
sabido que tienen permiso para portar armas, pues nunca se desarmaron y
cuentan con una guardia tradicional.
En
la escuela secundaria federal Abelardo L. Rodríguez del puerto, se
habló entre los padres de familia antes de las vacaciones de formar
brigadas de vigilancia en ambos turnos para cuidar a los chiquillos ante
la presencia de sujetos indeseables.
No
debe de extrañar que en los barrios de Guaymas la inquietud ante la
carencia de seguridad pueda llevar hacia formas organizativas que lleven
a frenar los robos a casa habitación, siendo una de las más afectadas
la Colonia Sahuaripa, lugar en donde no hace mucho una víctima hirió a
un delincuente y terminó en la cárcel, en una hecho que indignó
sobremanera a la comunidad.
En
el puerto la policía se la pasa cachetona ante las quejas crecientes de
la gente, pero no se ha llegado a extremos de linchar a los
delincuentes como en otras partes del país.
Los
vecinos cansados con la situación imperante decidieron detener a todo
maleante que saque las orejas y lo pondrán a disposición de las
autoridades. Muchos de ellos son harto conocidos y nadie les pone un
alto. Y razón no les falta.
¿Y
los muchachos del Colorado Francisco Javier Vidaurrázaga Soto, quien ha
hecho de seguridad pública un clan familiar y de Ernesto Munro Palacios
de la SSPE? Lucen rebasados por la delincuencia o tolerantes de ella.
En
tanto, el alcalde Otto Claussen Iberri, maniobra para imponer a su
lacayo el tesorero Manuel Ibarra en el la dirigencia del PRI, como un
paso para abrir camino rumbo a la candidatura a la diputación federal
por el 04 distrito electoral. Esa forma de (des)hacer política del
alemán tiene en vilo a Guaymas.
Y
ya entrados en la botana muchos se preguntan: ¿No habrá chanza de
conformar una autodefensa contra la CEA, otra contra la CFE u otra
contra Gerardo Mass en caso de llegar a la Tesorería?
¿Habrá defensa contra los pretensos?
¿La justicia por propia mano, vale o no vale?
Entrar en la ruta del no retorno tiene sus riesgos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario