Con la huida
de los hermanos Arzate a Baja California para evitar ser detenidos,
disminuyó su control criminal, creció el
tráfico de drogas y llegaron traficantes michoacanos; ahora como parte del
reordenamiento delictivo -según investigaciones policíacas-, arrecian las
matanzas entre células que antes delinquieron juntas. Existen grupos de
homicidas al servicio de criminales, y vuelven a amenazar a policías
municipales
La explicación para
las recientes ejecuciones sucedidas en Tijuana y Rosarito, es que René Arzate
García (31 años), a quien autoridades ubican como brazo armado del Cártel de
Sinaloa -que encabeza criminalmente su hermano, Alfonso Arzate “El Aquiles”-,
regresó a Baja California.
Eso sucedió hace
aproximadamente un mes, según “datos confirmados por el Gobierno Federal”, y
las autoridades integradas al Consejo Estatal de Seguridad consideran que
regresó para encabezar una “limpia” al interior del Cártel de Sinaloa, “porque
las células se estaban saliendo de control”; a eso adjudican la violencia de
las últimas semanas.
Los asesinatos
también se atribuyen a la aparición en el organigrama delictivo bajacaliforniano
de “otro hermano de ‘La Rana’”, un personaje del que se había hecho mención en
abril de 2013; sin embargo, desde 2008 se sabe que Los Arzate no tienen otro
fraterno varón, solo una hermana mujer llamada Catalina.
Hoy las autoridades
saben que se trata de un socio delictivo apodado “El Tosco”, quien comparte los
apellidos Arzate García, aseguran los agentes, sin tener parentesco de sangre,
como “El Aquiles”. Nació en 1973, tiene 41 años, se llama Abelardo y está metido
en el mundo de la droga desde los 20 años, tiempo en el que ha sido herido y
rescatado en varias ocasiones por sus socios criminales.
De acuerdo a la
investigación, fue uno de los que se quedó a cargo de vigilar a los líderes de
célula cuando Los Arzate abandonaron Tijuana para dirigir el tráfico de droga a
distancia desde Sonora y algunos estados del sur del país, por teléfono o
radio.
De la ausencia de
mando criminal que terminó en enfrentamientos internos, las declaraciones de
Juan Valencia Cáliz alias Jesús Ismael González Larrañaga “El Pelos” o “El
Rocky”, lo confirman. Este hombre, a quien ubican como uno de los operadores
importantes de “El Aquiles”, fue detenido por la Policía Municipal la noche del
29 de mayo de 2014, en el Bulevar Casa Blanca del fraccionamiento Guaycura de
Tijuana, en posesión de diez armas, chalecos antibalas, cargadores y
proyectiles. Declaró:
“Todos trabajan sin
pagarle a nadie… si llega uno y se me pone al pedo, me lo chingo”.
Recordó que un
tiempo estuvo entre los más buscados por las fuerzas del orden locales, al
encontrarse muy bien ubicado en el organigrama, pero hacía como medio año que
se volvió adicto al “cristal” y Los Arzate “lo abrieron”.
Debido a su
historial delictivo, el matón fue requerido y remitido a la Subprocuraduría
Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde no se
ha especificado si lo consignaron o arraigaron. Sin embargo, cuenta con dos
órdenes de aprehensión pendientes en Baja California: una emitida por el
Juzgado Cuarto Penal, expediente 514/2010, del 12 de febrero de 2010; y otra
del Juzgado Primero de lo Penal, del 30 de enero de 2014, con número de control
133547.
Otra detención que
arrojó luz respecto a los pleitos entre células sinaloenses, fue la de Daniel
Alejandro Rivas Espinoza “El Tecato” o “El Flaco”, el 28 de mayo de 2014,
mientras huía tras asesinar a plena luz del día, en el estacionamiento de
Macroplaza, a Agni Ulises Tapia Navarro, otro supuesto operador de Alfonso Lira
“El Atlante”; topó con una patrulla de la Policía Ministerial que salía de una
oficinas cercanas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Rivas Espinoza
confesó haber asesinado a ocho personas, pero la Procuraduría solo pudo
ubicarlo en cinco homicidios: el de Tapia, el de Rogelio Alonso Castillo
González “El 300” (el 10 de marzo de 2014) en el Hotel Segovia de Zona Centro,
Cristian Ricardo Jiménez Rodríguez (6 de mayo) en la Zona Norte; Miguel Ángel
Sánchez Rosales (25 de mayo, en la calle Baja California de la Zona Centro) y Víctor Reyes (26 de marzo) en la colonia
Francisco Villa.
Aseguró haber estado
en por lo menos tres reuniones, a las que acudieron seis lideres de células de
tráfico de droga -el Grupo Coordinación intenta ubicarlos- que tienen dividida
la ciudad de Tijuana, y junto a él, asistieron otros cabecillas de grupos
dedicados a matar y levantar para cobrar deudas de droga o robo de enervantes.
Informó que los
cabecillas decidían juntos las muertes y le proponían los asesinatos, y si por
alguna razón él no podía aceptar -lo que sucedió en una ocasión-, le daban la
orden a otro sicario. También, que como querían a sus enemigos muertos,
enviaban a más de un asesino para asegurar que la ejecución se llevara a cabo.
Asimismo, el matón
informó que armas y autos requeridos para los asesinatos les eran
proporcionados por estos mismos hombres.
Según la declaración
de “El Tecato”, cuando mató a Ulises Tapia se dio cuenta que además de los seis
punteros que vigilaban la zona, había otros dos sicarios en el área, por si él
fallaba, lo remataran: “… por eso me aseguré, le descargué la pistola”.
Daniel Alejandro
Rivas Espinoza “El Tecato” o “El Flaco” confesó que delinquía para Cenobio
Flores Pacheco alias Luis Fernando Castro Villa “El Checo”, algo que -según
investigadores- hacen todos los delincuentes metidos en el tráfico de droga en
Baja California desde 2003, año en que informan, se alió a Gilberto Higuera “El
Gilillo”, quien controlaba Mexicali. A la captura de Higuera en 2009, el control total fue para “El Aquiles”, antes
de ser enviado a Tijuana para negociar durante la pugna interna del CAF de
2008.
LOS MUERTOS DE ROSARITO
La aparente calma
del municipio turístico de Rosarito, se vio nuevamente turbada la tarde
del lunes 2 de junio de 2014, por el
estruendo de balazos y el intenso ulular de patrullas. La balacera inició poco
antes de las cinco de la tarde y fue prolongada, por eso generó denuncias en el
lugar de la matanza, en una casa a medio construir sobre la calle Miguel Silva
de la colonia Reforma.
Los forenses
localizaron 26 casquillos de cuerno de chivo, ocho de 9 milímetros y 13 calibre
223, balas con las que asesinaron a José Noé Jiménez Ramírez, Andrew Jiménez,
Alfredo Pintor Esquivel y un hombre apodado “El Cubano”. En el mismo lugar
quedó herido el joven Alejandro Jiménez.
Preocupado por los
balazos y porque su hijo Alejandro de 19 años estaba en la casa con sus amigos,
Arnoldo Jiménez, acompañado del menor de edad “Ángel”, quienes había salido a
comprar frutas en un negocio ubicado a menos de tres cuadras de la escena del crimen, abordaron el auto
Versa que traían y se dirigieron al lugar del ataque a toda velocidad.
De acuerdo a sus
dichos, aproximadamente a tres cuadras de llegar se toparon con la Cherokee
blanca. Ahí hubo otro enfrentamiento a balazos, sin embargo, es en ese punto
donde el expediente se complica. Primero, los sobrevivientes negaron que
hubieran disparado en esa segunda balacera, pero después, el Servicio Médico
Forense encontró balas en la zona del enfrentamiento y otras dentro de la
Cherokee blanca de los homicidas que, evidentemente, también fue atacada a
tiros.
En una segunda
etapa, los sobrevivientes se responsabilizan mutuamente de haber disparado a
los de la Cherokee, pero el arma no aparece y, extrañamente, ambos salen
negativos a la prueba de rodizonato de sodio.
Las inconsistencias
continúan. Minutos después de las balaceras, la camioneta de los atacantes fue
localizada a dos kilómetros al norte de la matanza, sobre la carretera de
cuota, frente al Centro de Convenciones, pero en los carriles que regresan de
Tijuana a Rosarito, cuando la primera alerta de la Policía Municipal había sido
que huían con rumbo a Tijuana, por la carretera libre.
Tras una reunión
urgente del Grupo Coordinación, las áreas de inteligencia informaron que los
adultos muertos ya habían sido ubicados en uno de los tres grupos delictivos
que operan en Rosarito. Según el reporte, presuntamente traficaban para un
hombre identificado como “El Trufa”, y/o “El Cheke”, que sirven a otro sujeto
de apellido Aguirre, quien tiene negocios y permisos de taxis.
De alguna manera
quedaron en medio de la pugna, en la que
también participa Javier Flores Hernández “El Javi” y/o “El Lentes”, quien ha
salido ileso de dos atentados cometidos en su contra entre enero y abril de
2014, uno en Rosarito y otro en Tijuana. En abril, “El Javi” también resultó
extrañamente limpio en la prueba de rodizonato, después de disparar un arma.
Fue liberado.
Al tercero en
discordia, la Policía Estatal Preventiva
lo capturó el 3 de junio. Se trata de Hipólito Meza Delgadillo “El Pariente”,
sin embargo, aunque este hombre fue ubicado en el organigrama criminal desde
2008, incluso en los tiempos en que “Los Teos” controlaban esa zona y se le
consideraba operador independiente del lado
de los Uriarte (primos de Raydel Uriarte “El Muletas”, que controlan la Zona
Este), al momento de ser detenido aseguró que era operador de Javier
Flores.
“El Pariente” fue
capturado en la calle Privada del Cerezo, Colonia Rancho Chula Vista, Delegación
Primo Tapia de Rosarito, por portación de arma de fuego calibre .44 Magnum
abastecida, delito por el que es posible salir con el pago de una fianza.
LOS EJECUTADOS DEL 2000, DE “EL CHAPITO”
El marte 3 de junio
de 2014, aproximadamente a las 5:30 horas,
el Centro de Comunicaciones, Cómputo, Control y Comando del Gobierno (C4) recibió la denuncia: cuatro cuerpos al
parecer sin vida habían sido abandonados en el Bulevar 2000.
Con señas de
tortura, golpes y maniatados con mecates, dos varones y dos mujeres habían sido
abandonados en el Kilómetro 28 de esa vialidad. La Policía Ministerial se dio
cuenta que uno de los hombres estaba con vida, a pesar de que todos los cuerpos
habían recibido el tiro de gracia en la nuca. El sobreviviente estaba prácticamente
en estado vegetal, fue traslado al hospital y, como a sus compañeros, se le
tomaron huellas.
En los teléfonos que
portaban y que aún se están investigando, se localizaron números que podrían ligar a los muertos con grupos
delictivos de la Zona Este, controlados por
Javier Mendoza Uriarte “El Chapito”,
y a los muertos como parte de la purga criminal.
Sin embargo, a pesar
de la toma de huellas, no han podido identificarlos, lo que resulta extraño
porque desde 2004, todos los delincuentes que son detenidos portando droga por
la Policía Municipal, están en una base de datos “…y ellos no brincaron, lo que
resulta extraño si son narcomenudistas”.
Al que tampoco han
podido identificar con las huellas en la base de datos, es al hombre
estrangulado de 40-45 años, cuyo cuerpo fue abandonado a la altura del campo de
beisbol de la Vía Rápida Poniente, a la altura del área identificada como
Proyecto Morado. Fue encontrado el lunes 2 de junio, le dejaron los pantalones
a la altura de la rodilla y un narcomensaje inscrito en una cartulina:
“ESTO LES VA A PASAR A TODOS LOS MICHOACANOS
KE ANDAN JALANDO EN TIJUANA Y NO PAGAN PLAZA”.
DE POLICÍAS
Esta misma semana,
el 4 de junio, Melgoza, jefe de escolta del comandante de turno Aguirre en la
Policía Municipal de Tijuana, recibió una amenaza. Por la madrugada, alguien
dejó frente a la reja de su casa un ramo de flores, que simulaba ser la mitad
de una esfera, claveles blancos con un listón morado en el que se leía:
“Descanse en Paz Melgoza” escrito con diamantina.
Y aunque el agente
no ha estado involucrado en ninguna detención, ni de bajo ni de alto impacto,
la Secretaría de Seguridad Pública inició un protocolo de protección y se hizo
la denuncia.
Consideraron tomar
medidas de seguridad, debido a que tienen el reporte que aún están
investigando, que dos ex policías municipales previamente identificados como no
confiables, a quienes solo mencionan como “Celis” y “Marco Tulio”, han
contactado a varios uniformados activos con la finalidad de reclutarlos y
amenazarlos, si no aceptan integrarse a un equipo que presuntamente se
dedicaría a “hacer bajes de droga”.
LA INSEGURIDAD
EN MEXICALI
Cuestionado sobre el
número de homicidios ocurridos en Mexicali, el subprocurador contra la
Delincuencia Organizada, José María González Martínez explica que menos de una
docena están relacionados con narcomenudeo y no hay casos de delincuencia
organizada.
Apenas el viernes 30
de mayo se presentó una balacera entre policías y delincuentes en el Valle de
Mexicali, persecución que duró varios minutos y kilómetros, para terminar en el
Ejido Guanajuato con la detención de dos sujetos.
El conductor, Marco
Antonio Cázares, tenía orden de aprehensión por el delito de portación ilegal
de armas, mientras que Manuel Lugo contaba con una orden pendiente por robo de
vehículo.
Horas antes,
elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal atendieron un reporte
realizado por un ciudadano que, al estar realizando labores de limpieza en su
domicilio, encontró la mano de una persona.
Los hechos
ocurrieron en el Ejido Hermosillo, al sur del Valle de Mexicali, donde hace una
semana se reportó la desaparición de Humberto Hernández Fernández, vinculado
con varios robos en la zona, pero hasta el momento los análisis periciales para
confirmar si se trata o no de la misma persona, no han dado mayores resultados.
El lunes 2 de junio
se presentó el homicidio de Jorge Huerta Molina, en Calle de las Granjas número
106, Ejido Choropo, en el Valle de Mexicali. Presentaba varios impactos de
bala. Los reportes preliminares señalan que la vivienda era rentada por una
mujer de nombre Judith desde el mes de diciembre, y habría sido ella quien mencionó
que su acompañante era un ex Army.
Asimismo, el ex
policía municipal de Tijuana, Daniel Ortiz Amador, de 41 años de edad, fue
atacado a balazos el 23 de mayo, cuando
visitaba a su familia en el Ejido Islas Agrarias, a las afueras de la ciudad.
Ortiz Amador se
encontraba en su vehículo, un Ford
Mustang modelo 1998, cuando fue atacado por dos personas que le dispararon en
tres ocasiones, provocándole varias heridas.
Fuentes
extraoficiales señalan como principal sospechoso a un concuño del agente, luego
de que tuvieran una fuerte discusión por un terreno en la ciudad.
El 21 de febrero de
2010, el ex agente fue detenido por elementos de la Policía Estatal Preventiva
en poder de un arma de fuego, insignias policiales y un pasamontañas.
Ortiz se encontraba
afuera de un negocio llamado The Rock Disco en la ciudad de Tijuana cuando
inició una riña, amenazando con un arma de fuego a su oponente, cuando llegaron
los estatales preventivos se identificó como agente municipal; sin embargo, al revisar
su historial había causado baja con anterioridad.
Entre sus
pertenencias se encontró un tolete y una camiseta de la Policía Municipal de
Tijuana.
El ahora ex agente
municipal dio alta en la corporación en 1994, pero en 2006 se interpuso una
denuncia en su contra ante Sindicatura por abuso de autoridad, cuando Ortiz se
desempeñaba como agente “A”, asignado a La Presa.
DECOMISOS MILITARES
La Secretaría de la
Defensa Nacional informó del decomiso de sustancias prohibidas y armas en la
2/a. y 45/a. Zona Militar durante mayo de 2014.
Entre ambas
jurisdicciones de la II Región Militar, destacan 73 toneladas de marihuana
incautada.
En el caso de la
Segunda Zona, se reportaron 40 toneladas 47 kilos y 300 gramos de la hierba, 95
kilogramos de cocaína, 87 kilos con 500 gramos de heroína, 355 de
metanfetaminas, 24 mil pastillas psicotrópicas, 15 armas largas, tres cortas,
mil 200 cartuchos, siete vehículos y una aeronave.
Además, fueron
asegurados aproximadamente 10 mil dólares americanos y 200 pesos, moneda
nacional.
Durante el mismo
mes, elementos del Ejército lograron localizar y destruir ocho plantíos de
marihuana con una extensión total de 700 metros cuadrados, y dos tramos de
terreno que presumiblemente se usaban como pistas de aterrizaje.
Además, se detalló
que durante el quinto mes del año, se llevó a cabo la incineración de 43
toneladas de marihuana, 318 kilogramos de metanfetaminas, 72 kilogramos de
heroína, 101 kilos de cocaína, entre otras sustancias.
Por su parte, la
45/a. zona militar logró el aseguramiento de 33 toneladas de marihuana, 50
kilos con 600 gramos de metanfetaminas, 2 kilos 300 gramos de cocaína, dos
armas largas, 17 cortas, 103 cargadores, 11 mil cartuchos de diferentes
calibres, una granada, un bien inmueble; así como 359 mil 970 pesos, mil 770
dólares americanos y 36 vehículos.
MONTERO CUESTIONADO
Durante la
Decimoprimera Sesión Ordinaria del VI Ayuntamiento de Playas de Rosarito,
celebrada el 4 de junio de 2014, el presidente de la Comisión de Seguridad
Pública, Jorge Arévalo, propuso la invitación del titular de la Policía
Municipal, Eduardo Montero Álvarez, para una sesión extraordinaria, y así,
hablar sobre el tema que “es urgente tratar, ante los recientes
acontecimientos”.
Aprobado
unánimemente, el alcalde Silvano Abarca Macklis se encargaría de invitarlo para
revisar el plan de trabajo, conocer diagnóstico y estrategias en la materia.
Sin embargo, por un
supuesto malentendido en la convocatoria, el militar solo llego armado con una
presentación digital y sus palabras, ante un Cabildo necesitado de respuestas.
Convocados a las
12:00 horas del 5 de junio, los funcionarios públicos de Rosarito llegaron
tarde 40 minutos posteriores a la hora citada. Ante la tardanza y mientras
esperaba, Montero Álvarez alcanzó a rociarse un poco de su loción, la cual sacó
de entre su portafolio.
La sesión inició con
la ausencia de los regidores Raúl Peralta, Lilia Huerta y Rosa María
Plascencia, siendo esta última la única justificada. El alcalde cedió la palabra al director de la Policía,
aclarándole que podía responder las preguntas surgidas conforme a la “charla”.
Con presentación de
fondo y visiblemente nervioso, el militar no inició de la mejor manera para
ganarse al auditorio. “Este plan de trabajo ha venido generando cierta polémica
y ciertos cuestionamientos. A lo mejor yo tuve una falta de atención para este
Cabildo, por no haberlo hecho de manera oficiosa”, expuso.
Posteriormente,
comentó haber preferido tocar el tema en privado, debido a la inclusión de
cierta información que “debe ser reservada y no podemos estar ventilando ante
todo mundo”.
De igual manera,
exhibió las carencias de la corporación a su llegada, destacando, entre otras,
la falta de internet para acceder al Sistema de Inteligencia del Gobierno del
Estado, y así poder realizar los informes policiales homologados.
Además, citó que la
delincuencia cambió: “Ya no nada más es el raterito de esquina o de la tienda.
Nos enfrentamos a delincuencia organizada, que tiene recurso, tecnología,
contactos e influencias”. Por ello, aseguró se les debe cambiar el chip a los
policías, para que realicen su trabajo por convicción y no por necesidad.
Su discurso no duró
más de 17 minutos, cuando la regidora Fátima Manríquez lo interrumpió para
preguntarle cómo iba a resolver. A ella se unieron los regidores Maximiliano
García, Sulda Beltrán, Carlos Ortega e inclusive, el síndico procurador, Tomás
de la Rosa.
Así inició la guerra
de cuestionamientos, donde los funcionarios pedían los objetivos, plazos y
estrategias. Mientras, el regidor Eligio Valencia López, con nombramiento
reciente, solo miraba de un extremo de la sala a otro, sin opinar al respecto.
El militar se
justificó asegurando que la invitación requería la presentación del plan, y no
de lo solicitado por regidores.
Fue entonces que el
alcalde Abarca Macklis invitó a realizar una mesa de trabajo a la Comisión de
Seguridad Pública, para determinar las estrategias y así dar respuesta a las
preguntas que tanto los funcionarios solicitan, y la ciudadanía demanda.
Sin embargo, la
retahíla de cuestionamientos contra el director de Policía seguía, y por
órdenes del primer edil, inesperadamente el secretario de Gobierno, Fernando
Serrano, suspendió la sesión.
Se informó que en un
plazo no mayor a cinco días, se llevará a cabo la asamblea de la Comisión en la
materia, donde se establezcan las maniobras a realizar para, posteriormente,
presentarlas públicamente.
Homicidas
Carlos Alberto
Vázquez Saldaña y Arturo García Rodríguez, fueron detenidos después de disparar
contra Francisco Torres en el interior del restaurante Verde y Crema, de la
colonia Neidhart, a un costado del Bulevar Agua Caliente.
Torres departía con
una mujer cuando Vázquez y García ingresaron, disparándole en el cuello y pecho
a quemarropa.
El reporte del C4
fue atendido por el Grupo de Operaciones Estratégicas y del Operativo Tijuana,
los cuales interceptaron el taxi en que huían los implicados, en la esquina de
Bulevar Agua Caliente y Sonora.
En un primer
interrogatorio, tanto la víctima como los victimarios refirieron algunos
homicidios y haberle disparado por asuntos de drogas.
(SEMANARIO
ZETA/ Investigaciones ZETA/ 12 de Junio del 2014 a las 09:24:00)
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