Mientras escapaba
después de ejecutar a su más reciente víctima, fue detenido Daniel Alejandro
Rivas Espinoza, quien confesó ser sicario del Cártel de Sinaloa y haber
cometido, por lo menos, ocho homicidios en Tijuana. Entre ellos, el de Rogelio
Alonso Castillo González “El 300”, encontrado muerto en marzo, al interior del
Hotel Segovia en la Zona Centro.
Rivas Espinoza,
alias “El Tecato” o “El Flaco”, dijo trabajar bajo las órdenes de “El Checo”,
distribuidor de “cristal” en Mexicali y quien intentaba “ganar plaza” en
Tijuana, mediante los homicidios de narcomenudistas.
Después de disparar
en contra de Agni Ulises Tapia Navarro en el estacionamiento del centro
comercial MacroPlaza en Tijuana, Rivas Espinoza corrió hasta una camioneta
Grand Cherokee color verde, que lo esperaba sobre el bulevar Insurgentes y
conducida por Julio César Cabrera Mendoza, alias “El Cabo”, para emprender la
huida.
Sin embargo, fueron
alcanzados mientras circulaban en el puente que conecta la Avenida
Internacional con la Vía Rápida Poniente – a metros de la garita de San Ysidro
– y detenidos por la Unidad Orgánica de Homicidios Dolosos de la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE).
Los policías
ministeriales encontraron en el interior del vehículo, una escuadra calibre 9
mm y un révolver calibre .38 especial, así como dos envoltorios de droga con un
total de 46 “globos” de “cristal”.
Daniel Alejandro
Rivas, también conocido como “El Flaco”, de 30 años y originario de Tijuana,
dijo trabajar bajo las órdenes del Cártel de Sinaloa. Vehículos y armas le eran
proporcionados en puntos específicos de la ciudad, sus víctimas eran descritas,
así como los vehículos en que viajaban y los lugares donde se encontrarían para
poder ser ejecutadas.
El asesino explicó
que en cada homicidio participa una red de hasta siete “punteros”, quienes
vigilan los alrededores para alertar de la presencia de la policía o de alguna
situación que pudiera poner en riesgo, el atentado.
Por asesinar a
Ulises Agni Tapia Navarro, su última víctima, recibió 15 mil pesos. Tapia
Navarro fue identificado por
narcomenudistas detenidos en 2012 y 2013 como parte del grupo de
sicarios en el que estaban integrados los ya facecidos Felizardo Arturo Campos
Benavídez, alias “El Seven” y Rogelio Alonso Castillo González “El 300”, alias
Raúl Miranda Ordaz “El Rulas”.
El fallecido
aparecía en una de las averiguaciones previas de la PGJE por homicidio.
La mañana del 28 de
mayo de 2014, mientras Tapia Navarro se encontraba en el gimnasio, su asesino
lo esperaba sentado en una de las bancas del centro comercial. Cuando salió por
la puerta, Daniel Alejandro lo siguió hasta que se subió a su vehículo Toyota
Corolla color gris, se colocó a su costado, sacó el arma calibre .9 mm de color
negro y le disparó en más de ocho ocasiones.
Por su parte, quien
fue contratado como chofer ese día, Julio César dijo dedicarse a la venta de
droga y al cruce de personas de manera ilegal hacia Estados Unidos. El día del
asesinato, recibió indicaciones de recoger a Daniel Alejandro para trasladarse
al centro comercial donde tenían que privar de la vida a un hombre.
Entre los asesinatos
que confesó “El Flaco”, están el de Rogelio Alonso Castillo González, alias “El
300”, el 10 de marzo de 2014, en el interior del Hotel Segovia, en la Zona Centro.
También asesinó a
Cristian Ricardo Jiménez Rodríguez, el 6 de mayo de 2014, entre las calles
Coahuila y Baja California de la Zona Norte.
El 25 de mayo de
2014, ejecutó a Miguel Ángel Sánchez Rosales, en la calle 5 de mayo y Baja
California y el 26 de marzo de 2014, asesinó a Víctor Reyes Sánchez, en la
colonia Francisco Villa.
Los cuatro
asesinados son identificados como narcomenudistas de la Zona Norte en Tijuana y
las investigaciones de la PGJE, arrojan que las ejecuciones corresponden a las
intenciones del Cártel de Sinaloa por apoderarse del control de la zona.
El coordinador de la
Subprocuraduría contra la Delincuencia Organizada de la PGJE, Miguel Ángel
Guerrero, explicó que Daniel Alejandro dijo haber trabajado como sicario los
últimos cuatro años y se le investiga por cinco homicidios, además de los
confesados, entre ellos el del presunto narcomenudista “El Chuy”, ocurrido el 6
de mayo en la colonia Libertad.
El Ministerio
Público determinó el ejercicio de la acción penal en contra de los dos
detenidos por el delito de homicidio calificado en grado de coparticipación,
por lo que serán internados en la penitenciaría de Tijuana, a disposición del
juez de lo penal para que determine su situación legal.
(SEMANARIO
ZETA/ Inés García Ramos/30 de Mayo del 2014 a las 11:28:37)
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