Joseph
Blatter maneja miles de millones de dólares sin ningún tipo de vigilancia e
impone su voluntad por encima de cualquier gobierno. Él y los demás directivos
enfrentan acusaciones de corrupción y malversación de fondos
FIFA obliga a los países anfitriones a modificar su
legislación, por ejemplo, con la creación de cortes especiales o el permiso de
venta de alcohol donde no se permitía
La FIFA manda en
todo el mundo y su palabra es literalmente la ley.
Cualquier país que
quiera ser anfitrión de la Copa del Mundo debe prometer de antemano que no
cobrará impuestos a la FIFA ni a ningún organismo que actúe en su nombre.
Este privilegio
coloca a la federación por encima de la ley y priva a los países de miles de
millones de dólares en ingresos.
Mientras que los
anfitriones gastan fortunas en infraestructura, la FIFA gana sin invertir.
De acuerdo con
reportes de la BBC, los ingresos que tienen los jugadores profesionales por
motivo del Campeonato Mundial también se encuentran exentos de cualquier
gravamen.
Además existen
especificaciones legislativas concretas a las que se obligan los países
anfitriones.
Brasil, quien
durante años mantuvo una restricción a la venta de alcohol en los estadios por
la alta tasa de muertes durante los partidos, se vio forzada a cambiar su ley
por la FIFA.
La enmienda fue
bautizada por los medios como la “Ley Budweiser”, ya que la empresa que vende
cervezas es uno de los principales patrocinadores del organismo futbolístico.
De manera similar,
durante la contienda mundialista del 2010 en Sudáfrica, la FIFA obligó a la
creación de cortes especiales para resolver delitos cometidos a los turistas o
reporteros durante el evento.
La impartición de
justicia por estas cortes fue polémica pues, en su afán de impresionar,
impartía con celeridad severas sentencias por robos menores cometidos contra
extranjeros. Por ejemplo, por robar un celular a un turista, un joven fue
condenado a cinco años de prisión tras dos días de juicio.
El mensaje es
contundente, la FIFA manda en todos lados.
MILLONARIOS SIN FINES DE LUCRO
La FIFA se
autodetermina como una organización sin fines de lucro. Esto complica explicar
cómo es que en su fondo de reservas tiene más de mil 432 millones de dólares.
Este tipo de
cantidades exorbitantes y los pocos gastos en los que incurre el organismo es
lo que ha llevado a la mayoría de los analistas a cuestionar su administración.
Al no contar con un
órgano de vigilancia, nadie conoce con certeza los volúmenes de dinero que
entran y salen de la FIFA.
Este año, de acuerdo
a la revista Forbes, los ingresos de la FIFA rebasan los 4 mil millones de
dólares.
De esta cantidad,
mil 700 millones provienen únicamente de la venta de derechos de transmisión de
los partidos.
Con un margen de
utilidad del 50 por ciento, la FIFA recibirá 2 mil millones de dólares por un
evento en el que no tuvo que hacer una gran inversión, mientras que Brasil ha
gastado más de 11 mil millones de dólares en infraestructura.
El dinero y la
corrupción van de la mano, por lo que difícilmente se puede acusar a la FIFA de
no tener un organismo perfecto.
El problema es que
sus directores pretenden hacer creer que no hay problemas y se niegan a aumentar
la vigilancia.
Mientras tanto, su
estatus de organización sin fines de lucro le otorga más libertad para sus
negocios en Suiza, país donde mantiene su sede oficial, y que se caracteriza
por ser laxo en su vigilancia a las empresas.
Los únicos que pueden
realizar una presión verdadera sobre la FIFA son sus patrocinadores oficiales,
quienes hasta el momento son los más beneficiados de la falta de transparencia.
SOBORNOS PARA TODOS
El escándalo de la
FIFA que más polémica ha causado en la comunidad internacional es la elección
de Catar como la sede de la Copa del Mundo del 2022.
Si en algo destaca
el país árabe, es en su inviabilidad como sede del evento deportivo. Las
temperaturas extremas superiores a los 50 grados celsius en verano provocan
voces de protesta.
Para cumplir como
sede, Catar está obligada a invertir millones de dólares en infraestructura que
no tiene. Además, reportes de trabajadores forzados que mueren en las
construcciones aparecen constantemente en los medios.
Con tantos factores
en contra, los patrocinadores oficiales y diferentes asociaciones de futbol
alrededor del mundo se preguntan cómo pudo ganar la propuesta de Catar por
encima de la que realizó Estados Unidos.
Desde el 2012 se
acusó al organismo presidido por Joseph Blatter de aceptar sobornos para elegir
como sede a Catar.
En medio de la
polémica, la FIFA contrató la ayuda de un exfiscal estadounidense para
investigar el caso.
A pesar de que los
resultados de la averiguación se darán a conocer al finalizar el Mundial en
Brasil, el sentimiento generalizado es que los altos ejecutivos de la FIFA
deben ser removidos de sus puestos y se debe aumentar la vigilancia en los
métodos de elección.
Algunos han sugerido
que la sede del Mundial sea permanente o que se rote entre las mejores
selecciones de futbol del mundo.
Con esto se
elminaría el problema de las inversiones multimillonarias que se deben realizar
en nuevos estadios, que usualmente terminan abandonados.
Sin embargo,
aficionados afirman que dejar de rotar la Copa por todos los países otorgaría
una ventaja a las grandes selecciones futbolísticas.
(REPORTE
INDIGO/ Alejandro Dabdoub / Viernes 13 de junio de 2014)
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