Son tan
notorios los excesos de quienes controlan el negocio del alcohol en Sonora, que
hasta se atrevieron a “tocar” Hermosillo a través de “arreglos” con los
propietarios de los antros nocturnos y “aguajes”, situación que nunca había
ocurrido en sexenios anteriores, debido a que esta Capital es la “caja de
resonancia” de cualquier evento que suceda en el Estado.
La Dirección de
Alcoholes pudiera estar envuelta en un escandaloso caso de corrupción nunca
antes visto debido a supuestas “mochadas” que reciben sus inspectores a cambio
de dejar operar con total libertad y completa impunidad a negocios de diversos
giros de la frontera sonorense que venden bebidas alcohólicas y a numerosas
prácticas de extorsión a pequeños negocios que cuentan con una licencia de este
tipo, de acuerdo a información proporcionada por una fuente que,
justificadamente, pidió no ser identificada por temor a represalias.
Según nuestro
informante, funcionarios de primer nivel en el organigrama de esa dependencia
estatal atentan continuamente contra los ingresos y el patrimonio de esa
importante institución en ciudades como Puerto Peñasco, San Luis Río Colorado
(SLRC), Nogales y Agua Prieta al privilegiar los “arreglos” en vez de aumentar
la recaudación vía multas.
En el gobierno de
Eduardo Bours y en sexenios anteriores, la recaudación por multas rondaba el
millón 200 mil pesos en forma sostenible, asegura el confidente, pero cuando
llega Francisco “Paco” Bueno al cargo al momento de llegar Guillermo Padres a
la gubernatura este concepto se demerita y baja a un mínimo de 300 mil pesos
mensuales, lo que indica que se optó por la componenda para obtener entradas de
dinero indebidas y golpear los ingresos de esa dependencia.
Agrega que son tan
notorios los excesos de quienes controlan el negocio del alcohol en Sonora, que
hasta se atrevieron a “tocar” Hermosillo a través de “arreglos” con los
propietarios de los antros nocturnos y “aguajes”, situación que nunca había
ocurrido en sexenios anteriores, debido a que esta Capital es la “caja de
resonancia” de cualquier evento que suceda en el Estado.
Ha sido en el actual
gobierno, revela el informador, cuando se ha disparado la corrupción a niveles
nunca antes vistos; tan es así que según cifras oficiales en 2013 apenas se
rehabilitaron dos bibliotecas públicas en toda la entidad y en contraparte se
revalidaron alrededor de 5 mil 300 licencias de alcohol, lo que de una u otra
forma dimensiona la magnitud del problema.
Por ejemplo, se
señala que en SLRC operan cinco casinos de juegos de azar, en cuya totalidad se
vende bebidas alcohólicas sin contar con la licencia respectiva a cambio de 130
mil pesos mensuales de cuota por todos estos giros.
En ese centro de
población el subdirector es Fernando Salazar Ortega, quien según nuestra fuente
también permite la venta diaria de actas, es decir, de documentos donde se
asienta alguna irregularidad en algún negocio que vende alcohol, a cambio de
una “mochada”, lo que también es visto según la óptica de quienes laboran en la
Dirección de Alcoholes como la práctica de corrupción más corriente que en
épocas anteriores no se realizaba.
En el caso de Puerto
Peñasco, donde el subdirector es Rubén Barragán Munro, y funge como inspector
Alfredo Munro Rojo, ambos parientes directos de Ernesto Munro Palacios actual
titular de la Secretaría de Seguridad Pública en Sonora, se presenta el mismo
fenómeno de corrupción donde se permite que “table dances”, restaurantes y
taquerías sin licencia vendan alcohol hasta altas horas de la madrugada, por
mil pesos semanales cada uno, “recaudando” un total de 50 mil mensuales de
“mochada”.
En el caso de
Nogales, donde el subdirector es Manuel Ríos, se habla de que hay dos casinos
donde se cobra a cada uno 30 mil mensuales por permitirles la venta de alcohol,
además de la venta de actas, lo que cuantifica un total de 100 mil pesos que
van a parar a los bolsillos de unos cuantos funcionarios al igual que en Agua
Prieta donde se juntan 60 mil por este mismo concepto cada 30 días.
Ahora bien, y de
acuerdo a nuestra fuente, el que opera toda esta red de complicidades es Manuel
Corral, director de Inspección y Vigilancia a nivel estatal, pues por sus manos
pasan todas las “mochadas” y este las sube a otros niveles y jerarquías.
Por debajo de él se
encuentra un total de 12 inspectores a nivel estatal, que son quienes ejecutan
el “trabajo sucio”. Por ejemplo, los nombres que han tomado más notoriedad
además del citado funcionario Manuel Corral, son los de Jesús Madrid, inspector
de alcoholes en Hermosillo, quien supuestamente levanta la “mochada” de los
“antros”, al igual que Javier Álvarez, subdirector de la dependencia en esta
capital y persona muy allegada al secretario de gobierno Roberto Romero López.
Como se ve, es tanta
la supuesta corrupción que priva al interior de la Dirección de Alcoholes, por
ello el actual trabajo periodístico que aquí le presentamos es apenas la punta
de la punta del “iceberg”, pues en este primer informe recibido por Dossier
Político no figuran las grandes tiendas de autoservicio, que por supuesto,
también le entran al juego de la “danza de los millones” para robustecer los
bolsillos de los funcionarios del Nuevo Sonora en una oscura relación de componendas,
que representan “una raya más al tigre”.
Por ello, en los
próximos días le presentaremos información reveladora de cómo trabajan los
empleados de la Dirección de Alcoholes no sólo en esta capital, sino en el
resto de los municipios grandes del Sur del Estado; para ofrecerle un análisis
más amplio y detallado de esta lamentable situación que enciende nuevamente los
“focos rojos” y pone bajo la lupa al actual gobierno estatal que culminará su
sexenio el próximo año, marcado por las irregularidades financieros, los
desfalcos y la ominosa corrupción ya por todos conocida.
(DOSSIER
POLITICO/ Claudio Tiznado / 2014-05-25)
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