“Nosotros somos gente
de familia, tranquila, no tenemos rencores, no queremos nada, sólo seguir
haciendo lo que siempre hemos hecho: trabajar y estar juntos como familia”,
expresó Cayetano Méndez Barranco, uno de los detenidos en el año 2012 por
policías municipales y quien esta semana recibió una sentencia absolutoria
junto con su hija Angelina Méndez Vázquez y dos herreros.
Angelina, quien
prefiere no hablar de los objetos que posiblemente aseguraron los policías
municipales en la vivienda que ella arrendaba y de los que no tenía
conocimiento o que fueron “sembrados” por los agentes, dice que están
endeudados por los gastos en abogados e impuestos que no pagaron durante los
dos años de encarcelamiento, pero al igual que su padre ha decidido no demandar
a ninguna autoridad a pesar de la injusta detención.
La aprehensión de
padre e hija, así como de los herreros Javier Escalante y Fernando de Santiago,
ocurrió el 18 de abril del 2012 afuera de una casa ubicada en la calle Bélgica
número 724 de la colonia Santa Rosa, cuando los dos hombres estaban reparando
una puerta e irrumpieron los elementos preventivos y se los llevaron junto con
15 personas más. Cinco días antes Angelina había rentado la vivienda.
“Lo peor era que
nosotros allá adentro ‘tábamos (sic) encerrados y sabíamos que los familiares
andaban haciendo algo, algo para que nos dejaran libres y uno ahí sin poder
hacer nada. Ni tienes información, no hay nada, nomás (sic) encerrado y con el
apoyo de los compañeros que no nos dejaban solos”, señala Cayetano Méndez sin poder
contener las lágrimas, mientras permanece sentado a la cabecera de la mesa del
comedor de su casa en la colonia Santa Rosa.
El jueves pasado
Angelina fue puesta en libertad y la noche del jueves Cayetano salió del
Cefereso 9 Norte. Desde entonces, ambos casi no han dormido pues han recibido
decenas de llamadas telefónicas para felicitarlos por haber obtenido la
libertad, así como la visita de familiares, amigos y vecinos quienes aún ayer
por la tarde llenaban de algarabía los espacios comunes del inmueble.
“Fueron dos años
perdidos y esos ya no se recuperan. Lo que queremos ahorita es retomar otra vez
nuestras vidas y como dice mi papá seguir haciendo lo que nosotros hacíamos,
trabajar y seguir siendo rectos, vivir tranquilos, disfrutar nuestra familia,
amigos”, dice Angelina.
Agredeció a todos
los que los han apoyado “porque sí fue una situación muy difícil en la que nos
vimos involucrados y pues ni hablar nos pasó a nosotros lamentablemente, pero
estamos con salud y ganas de disfrutar el estar aquí afuera, ya con libertad”,
indicó Méndez Vázquez quien es madre soltera y se reencontró con su hijo de 14
años.
Cayetano y Angelina
señalaron que lo más difícil de la reclusión fueron los tratos humillantes, el
sometimiento que sufrieron como si fueran los peores criminales y los cargos
atribuidos por el Ministerio Público de la Federación: delitos contra la salud,
portación de armas y delincuencia organizada
“Todo pasó a raíz de
que yo arrendé una casa, al momento que yo fui a cobrar un pago pendiente la
persona a la que le renté me solicitó un trabajo de herrería. A mi vez yo le
solicité el apoyo a mi padre para que llevara a los soldadores; al momento que
ellos estaban haciendo su trabajo llegaron las autoridades y nos vimos
involucrados en una situación donde estaban relacionadas 19 personas a quienes
no conocíamos”, recordó Angelina quien laboraba en los medios de comunicación en
las áreas de mercadotecnia y publicidad.
“Lo que yo pido es
una oportunidad de trabajo… ahorita no podría decir si existe un daño moral
porque hemos recibido el apoyo de muchos compañeros y amigos pero mi padre
decía que él se sentía avergonzado de estar en un lugar así porque uno no
deberíamos haber estado ahí porque somos inocentes,” dijo.
“Hasta el momento
hemos recibido muchas muestras de apoyo”, agregó. (Blanca Carmona/El Diario)
(Blanca
Elizabeth Carmona/ El Diario | 2014-04-05 | 23:19)
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