Fue
necesario que unos socios de Miguel Ángel y Omar Alejandro Treviño
Morales, capos de Los Zetas, declararan como testigos de la fiscalía en
el juicio que se sigue en Austin, Texas, contra su hermano José Treviño.
En sus testimonios salió a la luz que pueblos del norte de Coahuila
fueron tomados por Los Zetas para exterminar a todas las familias de
apellidos Villanueva y Garza, así como a sus trabajadores, con una saña
delirante. Ninguna autoridad mexicana se atrevió a informar de ello en
su momento, pero en febrero último comenzaron a encontrarse los restos
de decenas de personas que se consideraban desaparecidas.
ALLENDE, Coah. (Proceso).-
Por largo tiempo el miedo acalló a esta población del norte de
Coahuila. Ni siquiera el gobierno estatal se atrevía a indagar lo que
significó el dominio de Los Zetas en la región. Sólo ahora, tres años
después, confirma que más de 400 personas fueron masacradas en la zona
por la organización delictiva durante la “guerra” que el gobierno de
Felipe Calderón declaró al narcotráfico.
Las disputas internas del
cártel hicieron de Allende escenario de venganzas, y del Centro de
Readaptación Social (Cereso) de la vecina Piedras Negras un horno
crematorio donde incineraron aproximadamente a un centenar de personas.
Los
gruesos barrotes, las pesadas puertas y los guardias de la prisión no
impidieron que 129 zetas se fugaran por la puerta principal en
septiembre de 2012. Tampoco obstaculizaron al grupo criminal meses
antes, cuando introdujeron cadáveres al presidio para desaparecerlos,
según los testimonios recientemente obtenidos por la Procuraduría
General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC).
Al revés de lo
que ocurrió en San Fernando, Tamaulipas, donde las víctimas fueron
migrantes y jóvenes mexicanos sin recursos que viajaban en autobuses a
la frontera con Estados Unidos, la tragedia de Allende y Nava, en marzo
de 2011, fue provocada por una venganza de Miguel Ángel Treviño, líder
de Los Zetas, contra familias que prácticamente eran dueñas de esos
pueblos que forman parte de la región del norte de Coahuila conocida
como Cinco Manantiales.
Quienes desataron la ira de Miguel Ángel y Omar Alejandro Treviño Morales, Z-40 y Z-42 respectivamente, fueron sus socios Héctor Moreno Villanueva, El Negro, de aproximadamente 35 años, y José Luis Garza Gaytán, La Guichina, de unos 30.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1956, ya en circulación)
/26 de abril de 2014)
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