viernes, 11 de abril de 2014

CHOQUES EN EL GABINETE PRESIDENCIAL

Raymundo Riva Palacio
En la Reforma Energética se abrió un nuevo frente de batalla, inesperado, inusual y bastante extraño, donde en el cómo y cuánto, tomaron bandos diferentes la Secretaría de Energía y Pemex, cuyas cabezas, Pedro Joaquín Coldwell y Emilio Lozoya se conocen desde la campaña presidencial, cuando eran parte del cuarto de guerra del candidato Enrique Peña Nieto. Durante el sexenio han trabajado en coordinación, pero en las últimas semanas, dos funcionarios de la Secretaría de Energía, la subsecretaria de Hidrocarburos Lourdes Melgar, y el presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, comenzaron las hostilidades.
Fue durante la llamada Ronda Cero, donde Lozoya acudió a Energía para solicitar las áreas que quiere mantener para explorar y producir hidrocarburos –el objetivo de reservarlas es para garantizar las metas del Plan de Negocios-, y planteó que Pemex se quedara con el 97% de las reservas probadas, el 83% de las probadas y probables (“2P”), y el 71% de las probadas, probables y posibles (“3P”), así como con el 31% de los recursos prospectivos, que son las áreas por desarrollar a futuro que aún no han sido clasificadas como reservas, cuyos recursos significarían dos terceras partes de los recursos totales de México.

Pero casi en simultáneo, la subsecretaria transmitió a inversionistas extranjeros y mexicanos un mensaje antagónico. En una entrevista publicada a finales de marzo en el diario londinense “Financial Times”, Melgar dijo que el Gobierno consideraba entregar pozos petroleros en aguas profundas a inversionistas privados. La subsecretaria precisó que esos campos incluían lotes del altamente codiciado Cinturón Plegado de Perdido, un yacimiento de crudo ligero descubierto en 2012.

Melgar descartó a priori a Pemex en esa entrevista, donde anticipó que habrá solicitudes que le nieguen a la empresa nacional. “En algún momento habrá que decirles ‘esto no va o no puedes tener estas dos cosas’,”, dijo. “Es simplemente de qué tanto pueden abarcar. La decisión final está en la Secretaría de Energía”. La subsecretaria sugirió que Pemex podría carecer de argumentos técnicos, operativos y financieros suficientes para quedarse con yacimientos en aguas profundas. En la misma línea de argumentación se encuentra Zepeda, quien es uno de los principales opositores a que Pemex incursione en aguas profundas.

Los antecedentes señalan que Pemex sí tiene capacidad técnica para explorar en aguas profundas. Ha explorado 31 pozos de aguas profundas, donde el llamado éxito geológico es de 64%, mientras que su éxito comercial llega al 45%. Estas tasas, de acuerdo con fuentes de la industria, están por encima del promedio internacional en aguas profundas, donde los porcentajes están en el rango de 45 y 30%, respectivamente. Bajo estos criterios, la postura de la Secretaría de Energía no tendría el sustento que afirmó Melgar.

En el cronograma de la apertura del sector energético, se calcula que las primeras ofertas a inversionistas para incursionar en aguas profundas saldrán en junio del próximo año, y la Secretaría de Energía tiene como fecha máxima para decidir qué será reservado para Pemex el 17 de septiembre. Pero las declaraciones de Melgar han generado un mal ambiente para Pemex entre los inversionistas. Por una parte, los mexicanos consideran que Lozoya quiere que los mejores contratos sean para los extranjeros, mientras que extranjeros en algunas de las capitales petroleras, han expresado sus dudas sobre si la reforma energética realmente abrirá el sector.

Las posiciones de Melgar y Zepeda han despertado sospechas sobre sus motivaciones. Zepeda, que respalda totalmente a Melgar, fue protegido de dos secretarios de Energía del gobierno de Felipe Calderón, Georgina Kessel y Jordy Herrera, mientras que Melgar trabajó en la Secretaría de Energía como responsable de Relaciones Internacionales cuando Luis Téllez fue el secretario de Ernesto Zedillo.

Melgar quiere sepultar las intenciones de Pemex por tener la iniciativa en la exploración y producción de crudo en aguas profundas, su parte más redituable, y dejarlo circunscrito a las aguas someras. Ahí no tendrá problemas con la Secretaría, sugirió la subsecretaria. Hasta el momento, Joaquín Coldwell no ha descalificado sus afirmaciones o la ha obligado a rectificar. Entonces, ¿la palabra de Melgar es la palabra del gobierno? Sus declaraciones al diario británico chocan con las pretensiones de Lozoya, en este duelo extraño de contradicciones que afecta los objetivos de Pemex de generar los recursos para crecer, mientras subraya una tendencia en la cabeza del sector, que apuntan la entrega de lo mejor de los recursos petroleros mexicanos, a manos extranjeras.
 
(ZOCALO/ Columna Estrictamente Personal de Raymundo Riva Palacio/ 11 de Abril 2014)


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