En
entrevista, el periodista italiano revela una conversación en la que El Mayo
propuso a Joaquín Guzmán ceder el mando
NUEVA YORK, 10 de
marzo. – Para el escritor italiano Roberto Saviano, la mano de Ismael El Mayo
Zambada está detrás de la caída de Joaquín El Chapo Guzmán.
“O lo entregó o no
lo protegió más”, afirmó contundente el autor que saltó a la fama en 2006 con
Gomorra, el libro con más de 10 millones de copias vendidas en el que describe
los negocios de la Camorra y que le valieron amenazas de muerte por parte de la
mafia italiana.
Saviano considera a
El Chapo como el Steve Jobs del mundo del narco y por ello le cuesta admitir
que su persecución y captura se haya debido a un simple descuido.
Su señalamiento
contra El Mayo se basa en una infidencia a la que tuvo acceso tras siete años
de investigación: una conversación en la que los dos principales líderes del
cártel del Pacífico se hablaron como siempre, a la cara, pero de manera
inusualmente dura.
En el testimonio
recogido por Saviano, El Mayo le pidió a El Chapo apartarse, lo que él mismo
haría, para dar paso a las nuevas generaciones: “Si no lo hacemos, si no les
cedemos el control, ellos lo tomarán por su cuenta y riesgo”, habría dicho
Zambada.
Y le advirtió: “Si
no te vas, habrá una guerra civil dentro de nuestra organización”.
“EL CHAPO, EL STEVE JOBS DEL NARCO" ROBERTO
SAVIANO, ASEGURA QUE EL MAYO TIENE RELACIÓN CON SU CAPTURA
El periodista
italiano asegura que “la liberación de caro quintero mandó un poderosísimo
mensaje al gobierno de Obama: quien ordenó la muerte de Kiki Camarena está
libre”.
Tiene la certeza,
que no las pruebas en la mano, pero lo dijo convencido: Joaquín El Chapo Guzmán
Loera es, así en presente, el Steve Jobs del mundo del narco. De ahí que a
Roberto Saviano le cueste admitir que su persecución desde Culiacán hasta la
torre Miramar, en Mazatlán, se haya debido a un simple descuido. La mano de
Ismael El Mayo Zambada está ahí. “O lo entregó o no lo protegió más”, afirmó
contundente.
El escritor y
periodista italiano sostuvo su afirmación en una infidencia a la que tuvo
acceso tras siete años de investigación. Se trataría de una conversación en la
que los dos principales líderes del cártel del Pacífico se hablaron como
siempre, a la cara, pero de manera inusualmente dura.
La advertencia para
El Chapo no dejó lugar a dudas. Al menos no para el autor de Gomorra.
En el testimonio
recogido por Saviano, El Mayo Zambada le pidió a El Chapo Guzmán Loera
apartarse, lo que él mismo haría, para dejar paso a las nuevas generaciones.
“Si no lo hacemos, si no les cedemos el control, ellos lo tomarán por su cuenta
y riesgo”.
Y más. Le habría
dicho: “Si no te vas habrá una guerra civil dentro de nuestra organización”.
La entrevista con
Saviano transcurre ya entrada la noche en el sótano de uno de los hoteles del
barrio de Chelsea.
¿Pero por qué en un
sótano? Saviano es un hombre amenazado, cuya cabeza tiene precio. La mafia
italiana lo condenó desde la aparición de su primer libro. Hoy vive escoltado
las 24 horas del día.
La temperatura
afuera es apenas testigo del invierno más duro que ha vivido Nueva York en 118
años. Ahí, frente a las cámaras de Cadena Tres y Excélsior TV, Saviano fue
cálido, se dio tiempo para sonreír, no pareció ser nunca el “muerto que habla”,
como se describe en CeroCeroCero, su más reciente obra, publicada bajo el sello
de Anagrama.
Saviano presentó recién
el viernes su nuevo libro-ensayo sobre los secretos del imperio de la cocaína
en América Latina y sus múltiples conexiones. CeroCeroCero, el libro que lanzó
al mundo “como una venganza personal”, para demostrar “que no han podido
callarme, que mi música sigue sonando”, y que está llamado a convertirse en un fenómeno
editorial, como lo fue Gomorra en 2006, del que vendió 10 millones de
ejemplares y que se tradujo a 55 idiomas.
En CeroCeroCero,
Saviano relata en detalle el acuerdo en los años 80 entre los líderes del
narcotráfico de Colombia, encabezados por Pablo Escobar y Miguel Ángel Félix
Gallardo, su contraparte mexicana. O, mejor dicho, la entrega de la estafeta,
la capitulación de los más grandes líderes del narcotráfico colombiano a manos
de los mexicanos. Nacieron así los reyes del imperio, del bajo mundo, del
mundo.
“En el caso de El
Chapo me impactó mucho su arresto. No he podido descifrarlo del todo. ¿Fue
traicionado? ¿Se entregó?”, se preguntó Saviano a sí mismo.
Así que no tiene
problema en desenredar esta complicadísima maraña: “La declaración de El Mayo,
de la que estuve enterado unos meses antes, me deja grandes dudas. ¿Por qué
hizo esa declaración, por qué permitió que alguien más la escuchara?
“Prácticamente le
dijo: ‘O te vas o habrá una guerra civil dentro de nuestro grupo’. Para mí, El
Mayo tuvo responsabilidad en la captura de El Chapo. No sé si lo vendió, pero
lo que es un hecho es que no lo protegió más. Lo dejó a su suerte.
“Me resulta muy
extraño que El Chapo Guzmán cometiera una imprudencia como la que cometió”.
Saviano se refiere,
claro, a que después de salir indemne en Culiacán de una cacería feroz por
parte de efectivos de la Marina mexicana y de los servicios de inteligencia
estadunidense, que le pisaban ya los talones y estuvieron a escasos ocho
minutos de atraparlo, el narco haya optado por tomarse un respiro para visitar
a su esposa y sus dos gemelitas en un edificio cualquiera de departamentos,
frente al mar.
“Me da la impresión
que se sentía seguro. Un jefe, un capo, un boss como El Chapo, sólo se siente
seguro cuando le dan garantías sobre su seguridad”.
¿LO ENTREGARON O SE DEJÓ ATRAPAR?
Al principio pensé
que se habría dejado atrapar, que sabía que era la única forma de mantenerse
con vida, pero de verdad que me resulta extraño. Estoy seguro que vivió
situaciones similares (a las de Culiacán e incluso a la de Mazatlán) y se salió
siempre con la suya, salió de ellas. ¿Por qué esta vez no?
Saviano cree con
firmeza que si El Chapo se hubiera entregado se arriesgaba a ser extraditado,
de acabar sus días en alguna prisión de Estados Unidos. Que habría tenido, sin
remedio, que capitular. Que entregar lo más valioso de su botín: la capacidad
de mandar. Su poder. El poder.
Pablo Escobar, el
más grande y sanguinario narcotraficante de todos los tiempos, dijo alguna vez
que prefería una tumba en Colombia que vivir en una prisión en Estados Unidos.
Claro, también
Salvatore Mancuso, El Triple Cero, Cero, Cero (que da nombre al más reciente
libro de Saviano y es, además, el grado de mayor pureza de la cocaína). Cuando
fue extraditado a Estados Unidos se convirtió en un arrepentido, en un sapo (lo
que sería en México un informante del gobierno, un delator o un traidor para
los narcos) porque aquí, en Estados Unidos, se interrumpió su posibilidad de
mando, de poder. Ésa es la diferencia. Si eres condenado en Estados Unidos no
volverás a mandar. Quedas aislado. Estás acabado. Y debes estar callado aunque,
a veces, en cierto punto, tengas que colaborar, de manera necesaria, con las
autoridades, así sea para salvar a los tuyos, a tu dinero.
“EL GOLPE DE ESTADO”
“El Chapo Guzmán,
explicó Saviano, sabía perfectamente que si llegaba a una prisión en Estados
Unidos tendría que hablar si quería salvar una parte de su dinero, de sus
rivales, porque quien ocupa ya el puesto que dejó vacante en el cártel del
Pacífico se quedará con todo. Con el dinero que de seguro Guzmán Loera tiene en
muchos países, en México, en EU, en Suiza, en Andorra, en Belice, en Panamá, en
todas partes. “Por eso no creo que se haya entregado”, remató.
Hace unos meses un
juez de Guadalajara le abrió la puerta a Rafael Caro Quintero y quedó libre.
Pensarán que
exagero, pero la liberación de Caro Quintero fue peor que si hubiera ocurrido
un golpe de Estado en México. Desde mi perspectiva, sólo desde mi análisis, y
quiero remarcarlo, fue algo así como si los narcos le hubieran dicho al gobierno
mexicano “hazte a un lado. Esta lucha es entre nosotros y Estados Unidos”. Su
liberación mandó un poderosísimo mensaje al gobierno de Obama. ¿Cuál es el
mensaje? Es claro, contundente: “Vieron,
Caro Quintero ordenó la tortura y muerte de Enrique Kiki Camarena (el agente de
la DEA) y ahora está libre”.
El mensaje, insisto,
no fue al gobierno mexicano, no fue para los cárteles, ni siquiera para el
pueblo de México. El mensaje fue directo a Washington.
Saviano insiste en
su hipótesis. No deja nada suelto, como hace en sus libros, como hizo en
Gomorra, cuando se convirtió en película de la mano de Matteo Garrone y que la
llevó a ser galardonada con más de una veintena de premios internacionales,
entre ellos el gran premio del jurado del Festival de Cannes en 2008. El
mensaje del mundo del narcotráfico a Estados Unidos fue, siempre según Saviano:
“Nosotros aquí mandamos y hacemos lo que queremos”.
Entonces, Caro
Quintero regresará a sus actividades.
No lo creo. Caro
Quintero estará fuera de cualquier operación. Se hará a un lado. Él ya ganó.
Tuvo su victoria personalísima con su liberación.
El gobierno de
México no está convencido en entregar a El Chapo Guzmán a Estados Unidos.
¿Quiere de esta forma evitar quedar fuera de esta trama, no sentirse doblegado,
retomar la iniciativa para que esta lucha no sea de dos?
Para mí sería
riesgoso no hacerlo. Después del episodio de Caro Quintero el gobierno mexicano
no quiere extraditar a El Chapo porque quiere demostrarle al mundo que la suya
es una democracia capaz de administrar sus problemas.
Creo que se
equivoca, no debería ser así. Después que El Chapo gobernó durante ocho años
desde la cárcel, después que El Chapo hizo de la cárcel una más de sus
propiedades, después que se escapó hace trece años, qué garantía da hoy el
gobierno mexicano. ¿Cree que El Chapo contará todo lo que sabe? Puede que sí.
¿Dirá todo? Veremos.
Saviano está
convencido que en los 80, una vez que los cárteles colombianos cedieron a los
mexicanos la distribución de la cocaína, los grandes capos de la droga, entre
ellos Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, los Carrillo Fuentes, Juan García Ábrego, los
Arellano Félix, El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, entendieron que con
reglas, con las reglas que hicieron los mafiosos italianos, incluso antes de la
unidad de ese país, serían los amos. Se distribuyeron las rutas, las plazas,
pero siempre bajo códigos de “honor”.
En el capítulo Big
Bang, Saviano cuenta que “Los colombianos (los productores de la cocaína)
tenían la costumbre de pagar cada cargamento en efectivo. Medellín pagaba y los
mexicanos hacían el transporte a Estados Unidos a cambio de pesos. Luego de
dólares. Sin embargo, al cabo de un tiempo Félix Gallardo intuyó que el dinero
podía devaluarse y que la cocaína resultaba más conveniente: Distribuirla
directamente en el mercado norteamericano sería un gran golpe.
“Cuando los
colombianos empezaron a encargar más cargamentos, Félix Gallardo quiso que le
pagaran en mercancía. Los colombianos no tenían alternativa y aceptaron, así
que, de golpe, los mexicanos pasaron de ser transportistas a distribuidores”.
Funciona, dijo
Saviano, hasta en las grandes empresas. “A menudo el distribuidor se convierte
en el mayor competidor del productor, y los ingresos de la actividad superan a
los de la casa madre”.
REVOLUCIÓN JUDICIAL
Saviano encuentra en
la detención de Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante más importante del
mundo, una ocasión inmejorable para dar un vuelco a la historia.
“Si en verdad El
Chapo Guzmán se arrepiente y está dispuesto a hablar, el gobierno de México
tendrá que ir a fondo y desentrañar las relaciones del narcotráfico con los
políticos; investigar el dinero que llega a los grandes partidos políticos por
parte del narcotráfico. De todo esto se sabe hoy poquísimo.”
Para ello, dice, es
necesario tejer toda una estructura nueva, porque jueces con ganas de ir a
fondo hay pocos, policías con coraje y valor hay pocos, están solos.
“Si México quiere
quedarse con El Chapo debe entonces emprender una revolución judicial que le
permita a la ley indagar en la política. Si esto no ocurre en México no habrá
un renacimiento”.
Pintas un panorama
negro.
Se vislumbra un
futuro negro, pero hay que tener el valor de decirlo. México es un país joven
que cuenta mucho en la manija del desarrollo del país más poderoso del mundo:
Estados Unidos. Ésta es una buena oportunidad para cambiar la historia.
MÉXICO, EN EL CENTRO DEL UNIVERSO
El escritor italiano
de 35 años, por quien la mafia puso precio a su cabeza hace ya nueve años,
analiza de manera crítica, como casi nadie se atreve a hacerlo en México, los
asuntos del narco.
“Quien no conoce hoy
México no puede entender el mundo actual. Suena crudo, pero es así. Hoy México
es el centro del Mundo.”
Y México está ahí
por no muchas razones, sino por una principal. Los cárteles de la droga, los
grupos criminales del mundo, controlan, mandan hoy en el mercado de la cocaína.
Para Saviano, como
explica en CeroCeroCero, es justamente la cocaína la que gobierna el mundo.
Sus descripciones
van más allá de una simple reseña policiaca. El mundo de la literatura lo tiene
atrapado. Así que combina el dato duro, que tanto gusta a los periodistas, el
dato objetivo, con la literatura. No es fácil, pero lo resuelve.
“La coca la consume
quien ahora está sentado a tu lado en el tren y la ha tomado para despertarse
esta mañana; o el conductor que está al volante del autobús que te lleva a casa
porque quiere hacer horas extras sin sentir calambres en las cervicales. Consume
coca quien está más próximo a ti. Si no es tu padre o tu madre, es tu hermano,
si no es tu hermano entonces es tu hijo. Si no es tu hijo, es tu jefe, o su
secretaria, que esnifa sólo el sábado para divertirse. Si no es tu jefe, es su
mujer, que lo hace para dejarse llevar. Si no es su mujer es su amante, a quien
él se la regala en lugar de pendientes y aún mejor que diamantes… Quien la
consume está contigo… Pero si, pensándolo bien, crees que ninguna de esas
personas puede esnifar cocaína, o bien eres incapaz de verlo, o mientes o, bien, sencillamente, la persona que la
consume eres tú.”
Saviano lo subraya
con énfasis. “En el tema de la droga, de la economía mundial, México no es hoy
algo periférico. Es el centro, el corazón pulsante del mundo.
“Estoy convencido de
una cosa: Si Europa, si Estados Unidos y muchos otros países no se dan cuenta
que deben empeñarse en contrarrestar los flujos financieros del narcotráfico,
un sólo país no podrá hacerlo solo. Lo digo claramente. Ni México ni Italia por
sí solos podrán conseguirlo. Tampoco lo logrará España, Grecia o incluso
Portugal. Todos estos países fueron invadidos por recursos criminales, cuando
no por los cárteles mexicanos, por los rusos. Me preocupa que de eso no se
hable, o se hable poco. Este tema debería ser un asunto de primerísimo interés
para la autoridad, para la opinión pública común. Miles y miles deberían de
denunciar lo que está ocurriendo frente a ellos.
“Creo que la crisis
económica que se vive en muchos países ha engrandecido la imagen de los
cárteles de la droga. Por ejemplo, muchos dirán que El Chapo hacía su tarea,
que la Camorra hace lo suyo, que el problema son siempre los políticos, los
trabajos mal pagados, que la culpa es de los ricos, de la falta de trabajo: La
culpa hoy es de todos. Es un problema global que debe atenderse de manera
global. México no podrá solo.”
PERO EN MÉXICO HAY MUCHOS PERIODISTAS PRESIONADOS,
AMENAZOS POR EL NARCO.
Sí, lo sé. ¿Y sabes
por qué han muerto tantos? Porque el tema del narcotráfico no ha sido visto más
que como una macabra anécdota. Las historias del narco en México se han contado
poco. Los periódicos del mundo, los periodistas del mundo, deben centrarse hoy
en lo que pasa en México más allá de la crónica de una masacre. Deben
interesarse en esas historias que, cuando lo entiendan, estarán en sus países,
a su lado. Entre más se cuenten las historias de lo que pasa hoy en México,
cuando haya más atención en el mundo, habrá entonces menos muertes de
periodistas. A ellos, a los grupos criminales, les costará mucho más trabajo,
se la jugarán cada vez que atenten contra un periodista mexicano, porque la
mirada del mundo estará en su contra.
LA LEGALIZACIÓN, EL CAMINO
En México existe hoy
un debate sobre la legalización de la mariguana. Es un debate que no todos
creen útil, conveniente.
Detesto cualquier
droga. Ni siquiera de jovencito las probé. Y como yo odio las drogas,
justamente por eso pediría su legalización. No se trata de incentivar el
consumo de la mariguana o de otras drogas. Legalizándolas puedes hacer una
campaña en su contra.
Aquí de lo que se
trata es de arrancárselas, de quitárselas a los narcos. Para mí ése es el único
camino. Si mañana se legalizaran todas las drogas en México, las
metanfetaminas, el ice, la mariguana, la coca... los cárteles de la droga se
derretirían como nieve bajo el Sol.
Los grupos
criminales —dijo Saviano— buscarían otros caminos, el contrabando, la
prostitución, los juegos de azar, pero no tendrían la fuerza de ahora con la
liquidez que les da el narcotráfico.
“Tengo que decir que
José Mujica, el presidente de Uruguay, cuando impulsó la legalización de la
mariguana, lo hizo para contener en su país a los cárteles mexicanos que habían
llegado. Los cárteles mexicanos estaban ya ahí presentes con el dominio de la coca
y la mariguana. Ahora, al menos, les quitarán una rebanada a ese pastel, se
evitará que sigan con sus ganancias millonarias.
“Entiendo que
legítimamente, quien me oiga, quien me lea, pueda decir que no, que es injusto
que pueda venderse cocaína en una farmacia. Lo entiendo.
“El tema moral, es
más, lo comparto, pero creo que no hay alternativa. Hay que considerar que el
capitalismo está en crisis y que por eso el sistema financiero necesita del
dinero del narcotráfico. Sigo pensando que la legalización de todas las drogas,
fundamentalmente de la cocaína, el motor del mundo, es el único camino por
dramático que así suene. En medio de todo está un mercado que sólo en México
deja ganancias de entre 25 mil y 50 mil millones de dólares al año”.
LA INDIFERENCIA
En los últimos seis
años se contabilizaron, algunos dicen que 70 mil muertos, otros que 100 mil
muertos, en la lucha de los cárteles mexicanos por controlar el mercado de la
droga y el combate del Estado para frenarlos, pero la realidad es que a pocos
les interesa ese número, si acaso cuando hay alguna víctima colateral.
Esto que dices es
muy interesante. Ese mismo error se cometió en su tiempo en Italia. La gente
pensaba que los muertos que aparecían en la calle eran asuntos entre criminales
de barrios pobres, de la selva o de campesinos violentos. Lo que no
entendieron, y me doy cuenta que ocurre en México y que quiero que los lectores
entiendan, es que lo que están viviendo ahí son historias que tienen que ver
contigo, con tu vida, con tu familia, con tus hijos, con tus elecciones morales
y personales. No entiendo por qué el mundo mexicano, la burguesía mexicana,
considera estas historias de masacres, sí, graves, pero lejanas. La economía
mexicana de hoy está condicionada totalmente por el narcotráfico; los
beneficios del narcotráfico están a tu lado, en tu banco, con el lavado de
dinero; con el tráfico de personas, pero está también en las descargas tóxicas
ilegales, el trabajo en las fábricas donde se explota a los trabajadores, en la
industria alimentaria. En la ropa que visten tus hijos. Está en todas partes.
Hay que entender algo: Quienes deciden quiénes somos nosotros y quiénes son
ellos lo deciden siempre ellos, los narcos. En vez de matarse entre ellos,
matan entre nosotros. No habría que serles indiferentes”.
¿QUIÉN ES ROBERTO SAVIANO?
Nacido en Nápoles,
el 22 de septiembre de 1979, es un periodista y escritor italiano por quien la
mafia puso precio a su cabeza. A Saviano le fascina que los periodistas se
refieran a él como escritor y que los escritores hablen de él como periodista.
Se siente feliz en esa calidad de “híbrido”. El caso es que Saviano cuenta
historias y de manera descarnada habla de la realidad económica y territorial
de la Camorra en Italia y del crimen organizado a escala mundial, pero se
detiene en México, donde los cárteles de la droga son algo así como los
campeones del mundo.
Estudió filosofía
moderna en la Universidad de Nápoles Federico II y saltó a la fama en 2006 con
la publicación de Gomorra, en el que describe los negocios de la Camorra. La
gran repercusión del libro —con más de un diez millones de copias vendidas—
provocó una reapertura del debate sobre el crimen organizado en Italia y le
valió a Saviano amenazas de muerte de las familias camorristas. Desde entonces
el gobierno italiano le proporciona una escolta permanente.
Es calificado por
Umberto Eco como héroe nacional. Saviano decidió abandonar Italia después de
que la prensa reveló el 14 de octubre de 2008 que el clan de los Casalesi, a
cuyos integrantes señaló directamente por sus crímenes, tenía previsto
asesinarlo a él y a su escolta en un atentado espectacular antes de Navidad.
Roberto Saviano
colabora desde el exilio con el periódico La Repubblica y el semanario
L’Espresso. En Estados Unidos lo hace con The Washington Post y The New York
Times. En España, con El País; en Alemania, con Die Zeit y Der Spiegel; en
Suecia, con Expressen y en Inglaterra, con The Times.
(DOSSIER
POLITICO/Excélsior/ 2014-03-10)
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