Joaquín “El Chapo”
Guzmán formó parte del grupo de hombres encargados de secuestrar al agente de
la Administración Antidrogas estadounidense (DEA) Enrique “Kiki” Camarena en
1985 en Guadalajara, según el testimonio de quien fuera el jefe de seguridad
del narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, aliado a Rafael Caro Quintero.
Desde una ciudad en
California, la mano derecha de Félix Gallardo reveló a El Diario que Guzmán,
entonces “un chavalo” que apenas se empezaba a mezclar con narcotraficantes
como Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca y Amado Carrillo, formó parte del
grupo que Quintero envió para secuestrar a Camarena tras haber destapado el
millonario rancho “El Búfalo” en Chihuahua.
“El Chapo era un
mandadero, un sicario que yo personalmente envié junto a otros 15 ó 20 hombres
por órdenes de Quintero y Gallardo”, relató el hombre con la condición de que
su nombre no fuera revelado.
Lo anterior fue
confirmado por el ex agente de la DEA Héctor Berrellez, quien tras el asesinato
de Camarena fuera director de la investigación en México y quien pasó más de 11
años infiltrando las redes de Caro Quintero, Félix Gallardo, Ernesto Fonseca y
Amado Carrillo.
Berrellez coincide
con el entonces pistolero de Gallardo: “El Chapo no figuraba entre los grandes
nombres, ni como narco, era un pistolero, un encargado cualquiera que a veces
escuchábamos su nombre”.
Para el hombre de
Gallardo, la “desobediencia” de El Chapo fue la detonante de los miles de
asesinatos en México en los últimos años, y, adelanta, que su captura será “la
reducción” de esa violencia.
“Antes había una
federación, se habían dividido los territorios y se respetaban, pero El Chapo
fue un desobediente de la misma camada de la Barbie y de los Zetas”, explica
quien fuera el hombre de mayor confianza de Gallardo.
“El Chapo formó
incluso parte de los Zetas en algún momento, alrededor de los mediados de los
noventa. Y cuando le mataron a su hijo y a su hermano fue cuando se descontroló
y pasó lo que pasó”, agrega.
Según registros
periodísticos, en mayo de 2008, Edgar Guzmán Salazar, hijo de El Chapo, fue
asesinado en Culiacán, Sinaloa.
La muerte del joven
de 22 años ocurrió casi cuatro meses después de la captura por parte del
Ejército de Alfredo Beltrán Leyva El Mochomo. El hermano del detenido y el
líder del cártel del Golfo, Arturo Beltrán Leyva, atribuyó la detención a una
traición de Guzmán Loera y motivó una ruptura contra el cártel de Sinaloa, de
acuerdo al registro de hemeroteca.
Sin embargo, para
los capos viejos y para el Gobierno, el reinado de El Chapo llegó a su fin, “se
apestó” como afirma Berréllez.
“Así ha sucedido
históricamente, cuando un narco se apesta le quitan la seguridad y va pa´bajo.
El Chapo se apestó con tanta violencia y el Gobierno le quitó su seguridad”,
dice el ex agente de la DEA.
El que fuera jefe de
sicarios de Félix Gallardo relata lo mismo: “La Federación se quiere armar otra
vez, y quieren que dejen al Gobierno en paz. Quieren trabajar como antes, sin
tanta violencia”.
Según su testimonio,
una de las principales razones por las que se busca “pacificar” a México ha
sido el reciente surgimiento de grupos de autodefensa en el estado de
Michoacán, que a decir del ex sicario, han puesto demasiada presión al
Gobierno.
Sin embargo, a pesar
del mediático arresto de El Chapo, Berréllez desconfía en la extradición de El
Chapo a los Estados Unidos: “Esa es la prueba real para el gobierno del PRI, si
lo extraditan es que las cosas van en serio, si no, nos daremos cuenta que fue
un arreglo como todos los demás”. (Luis Chaparro/El Diario)
(Luis
Chaparro/ El Diario | 2014-03-09 | 23:35)
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