El asesinato
de Luis Donaldo Colosio generó diversas teorías basadas en suposiciones y
declaraciones de testigos, políticos y familiares, las cuales fueron
investigadas por la PGR.
El asesinato de Luis
Donaldo Colosio generó diversas teorías basadas en suposiciones y declaraciones
de testigos, políticos y familiares, las cuales fueron recabadas por el
gobierno federal para dar una explicación a los hechos ocurridos el 23 de marzo
de 1994.
El magnicidio no
sólo conmocionó a los mexicanos, también puso presión en la Procuraduría
General de la República, que urgía encontrar al autor del homicidio.
"Ciertamente
hubo errores, más por presión social y precipitación que por intención deliberada,
pero que desafortunadamente contribuyeron, posteriormente, a aumentar el mar de
inquietudes y dudas", se lee en el reporte que la PGR realizó de la
investigación especial del homicidio de Colosio Murrieta.
Aunque se siguieron
27 líneas de investigación, de las que se desplegaron 300 subtemas, tres son
las teorías más recurrentes en torno al asesinato del candidato presidencial
del PRI en Lomas Taurinas, Tijuana.
MARIO ABURTO: TRES HIPÓTESIS EN TORNO AL HOMICIDA
Con 17 dictámenes
periciales, 10 análisis de foto y video, dos diligencias de identidad, 58
declaraciones ministeriales, una entrevista, una averiguación previa, cuatro
fiscales especiales y un procurador, el gobierno federal dio su conclusión
final del magnicidio: Mario Aburto Martínez es el único responsable por el
asesinato de Colosio.
La resolución se dio
después de que cada uno de los fiscales especiales de la PGR fueron descartaron
las teorías en torno al detenido esa noche, que se centraban en tres hipótesis:
Mario Aburto no actuó solo, fue suplantado, y que dos personas diferentes
habían disparado a Colosio.
Según el informe, el
primero en investigar el homicidio del candidato presidencial fue el entonces
procurador General de la República, Diego Valadés, quien estuvo a cargo de la consignación
de Mario Aburto y de las diligencias posteriores de los supuestos copartícipes
en el homicidio, Vicente Mayoral Valenzuela, ex policía judicial de Baja
California, y Jorge Antonio Sánchez Ortega, agente del Cisen.
Los dos fueron
detenidos ese día y liberados el 24 de marzo. Sánchez Ortega, que estaba a un
lado del candidato cuando fue asesinado, fue llevado declarar porque la
chamarra que llevaba ese día tenía una mancha de sangre de Colosio. Mientras
que Mayoral Valenzuela fue presentado debido a que Aburto lo identificó como
"El Ruco" que realizó el atentado, pero de cuya declaración se
retractó al declararse culpable.
El 28 de marzo de
1994 se creó la Subprocuraduría de investigación del caso Colosio, con Miguel
Montes como primer fiscal especial. La investigación arrojó la hipótesis de que
Aburto no había actuado solo en el asesinato, basada en el hecho de que la
necropsia a Colosio demostró que el cuerpo presentaba dos disparos: en la
cabeza y en la región abdominal.
Además de
Tranquilino Sánchez Venegas, el nuevo fiscal detuvo a Vicente Mayoral
Valenzuela, Rodolfo Mayoral Esquer y Rodolfo Rivapalacio Tinajero por
asociación delictuosa, hipótesis que se cayó con la segunda confesión de Mario
Aburto, quien dijo haber sido el único autor del crimen, así como documentos
encontrados en la casa de éste y un perfil psicológico.
Tras la renuncia de
Montes, Olga Islas de González Mariscal asumió la investigación el 18 de julio.
Luego de cinco meses al frente de la subprocuraduría, la fiscal corroboró la
hipótesis de Aburto como único autor del asesinato. Aburto es sentenciado a 42
años de prisión.
En el mandato de
Ernesto Zedillo el último fiscal fue Pablo Chapa Bezanilla, quien negó la
teoría de Montes sobre que el segundo disparo a Colosio se dio porque su cuerpo
había dado un giro de 90 grados al caer, y sugirió la teoría de un segundo
asesino.
Chapa Bezanilla
incluyó en la investigación a Othón Cortés Vázquez, chofer de Colosio, así como
Fernando de la Sota Rodalléguez, Alejandro García Hinojosa y Javier Hernández
Thomassiny, del grupo Orden, Vallas y Porras, quienes se encontraron alrededor
de Colosio en el momento del asesinato.
Sin embargo, Chapa
Bezanilla no pudo probar que ninguno de los nuevos consignados hubiera
disparado un arma o se encontrara en el lugar de los hechos para colaborar con
Mario Aburto, quien finalmente fue declarado único autor material del
magnicidio.
SEGUNDA TEORÍA: CRIMEN ORGANIZADO
La incursión del
'narco' en la muerte de Luis Donaldo Colosio aquel 23 de marzo de 1994 fue otra
de las teorías que surgió como posible resolución del caso, sin embargo, no se
contó con pruebas que la sustentaran.
En relación a esta
hipótesis, Guillermo González Calderoni, ex informante de agencias de Estados
Unidos, declaró, en 1998 en televisión, que la muerte del candidato
presidencial del PRI fue por parte del Cártel de los Arellano Félix.
Hasta un año antes
de la muerte de Colosio, es decir en 1993, González Calderoni fungía como
director de Intercepción Aérea, Terrestre y Marítima de la Procuraduría General
de la República (PGR), sin embargo fue cesado de su cargo por enriquecimiento
ilícito.
El informe de la
investigación del homicidio de Luis Donaldo Colosio emitido por la PGR señala
que se documentaron 29 versiones que involucraban al narcotráfico con la muerte
del candidato presidencial priista, teniendo como base declaraciones
ministeriales, fuentes periodísticas y entrevistas con testigos.
De éstas, cuatro
hacen referencia a la colaboración de personas presuntamente vinculadas al
narcotráfico en la campaña de Colosio.
Dos versiones
mencionan el financiamiento de la campaña con dinero de organizaciones
delictivas colombianas, mientras que otra versión lo atribuye a fondos
provenientes de Joaquín 'El Chapo' Guzmán.
Además otra versión
apunta a presuntos contactos de narcotraficantes peruanos con colaboradores y
amigos del candidato priista.
Otra de ellas hace
referencia a una presunta fotografía de Luis Donaldo Colosio con Raúl Salinas
de Gortari y un lugarteniente de Juan García Ábrego, ex jefe del Cártel del
Golfo.
Así como éstas las
otras versiones apuntan a que por distintas razones y desacuerdos del candidato
con líderes del narcotráfico, éstos mandaron matarlo.
Tres versiones
indican que Mario Aburto Martínez, autor material e intelectual del asesinato,
tenía vínculos con el narcotráfico.
Sin embargo, todas
ellas se quedaron en hipótesis, ya que luego de las declaraciones de los
testigos se llevó a cabo una investigación y no se pudo demostrar que tenían un
vínculo directo con el asesinato.
TERCERA TEORÍA: LA RUPTURA CON EL PRI
El discurso dado por
Luis Donaldo Colosio el 6 de marzo, en el que elogió la labor de su partido en
la construcción de las instituciones, pero en el que también admitió la
concentración de poder, corrupción e impunidad dentro del PRI, generó rumores
respecto a una aparente ruptura del candidato presidencial con la cúpula del
poder.
Esta teoría fue
incluida dentro de la investigación que la Procuraduría General de la República
realizó sobre el magnicidio, sin embargo, se comprobó que el móvil político no
tenía sustento.
En los medios de
comunicación se especulaba sobre la posibilidad de cambiar al candidato priista
y poner a Manuel Camacho Solís, quien fue uno de los aspirantes a la
candidatura presidencial del partido.
Los rumores se
originaron a partir de la designación de Colosio como candidato, pues había
generado inconformidad en Camacho Solís.
De acuerdo con el
informe de la PGR sobre el caso Colosio, hubo una fuerte diferencia de Manuel
Camacho, entonces regente del Distrito Federal, con el presidente Carlos
Salinas, quien tras el anuncio del candidato presidencial del PRI lo designó
Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas.
La teoría no fue
sustentada, pues las declaraciones del entonces gobernador de Veracruz,
Patricio Chirinos Calero, el mayor Germán González Castillo y el licenciado
Samuel Palma César, entre otros, Colosio y el entonces presidente Carlos
Salinas de Gortari estaban en constante contacto, pues se reunían cada semana y
mantenían una estrecha relación.
(DOSSIER
POLITICO / Fernanda Morales / Milenio/ 2014-03-19)
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