SAN
SALVADOR (apro).- El ministro de Seguridad y Justicia de El Salvador,
Ricardo Perdomo, y el director general de la Policía Nacional Civil
(PNC), Rigoberto Pleitez, han brindado declaraciones preocupantes sobre
las pandillas violentas, conocidas como “maras”.
El primero
sostiene que estos grupos se están unificando para actuar de manera
coordinada y en mayor medida durante el mes de diciembre próximo.
El jefe de la policía, por su parte, afirma que los maras están abandonado la tregua que mantenían vigente desde marzo de 2012.
Perdomo
precisó: “Nuestros informes de inteligencia coinciden en que los grupos
están pactando para tratar de unirse y en diciembre provocar una
escalada de homicidios con el fin de presionar al gobierno y obligar a
los partidos políticos –sobre todo a los que tienen mayor probabilidad
de ganar las elecciones– a buscar un acuerdo (que les beneficie) con
base en el terror y los homicidios. Eso para nosotros es inaceptable”.
Las
dos principales pandillas son la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18.
Son rivales entre sí y controlan territorios bien delineados, cuyas
fronteras no se deben traspasar, so pena de muerte.
Ambas pandillas fueron fundadas en los años ochenta en los barrios pobres o “bajo mundo” de Los Ángeles, California.
En
febrero de 2012 estas dos pandillas lograron una tregua gracias a la
intermediación del sacerdote capellán del Ejército, monseñor Fabio
Colindres, y del excomandante guerrillero Raúl Mijango. La tregua
consistió en que los líderes encarcelados de las pandillas pactaron no
asesinarse más entre sí ni afectar a terceras personas, sobre todo
aquellas que no pagaban las extorsiones.
Este proceso sin
precedentes en El Salvador provocó una disminución abrupta de los
homicidios. El promedio de éstos se redujo de 15 a 5 o 6 diarios; y la
tasa bajó de 70 a 25 homicidios por cada 100 mil habitantes.
“Jamás,
nunca un plan anticrimen en El Salvador, menos las manos duras,
hicieron descender los homicidios, como sí lo hizo el proceso de la
tregua, que nosotros le llamamos pacificación”, dijo Raúl Mijango, el
mediador entre las pandillas, a la hora de evaluar el resultado de
llamada “tregua mara”.
El proceso de tregua ha tenido el apoyo de
la Organización de Estados Americanos (OEA), ya que en América Latina la
criminalidad está vigente en todos los países, en menor o mayor medida.
Sin embargo, Mijango estima que Washington es el “gran oponente”. Los
estadunidenses “consideran que la tregua no está dentro de sus planes, y
se oponen tajantemente”, explicó el exguerrillero.
A finales del
año pasado Washington presionaba a El Salvador para que abandonara la
tregua. “Fortuitamente” la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia declaró ilegal el nombramiento del general David Munguía
Payés, como ministro-jefe de la Seguridad Pública por incompatibilidad
de un militar en un cargo civil. Entonces el gobierno de Mauricio Funes
dio un viraje y abandonó la “tregua mara” a su suerte.
Perdomo,
quien sustituyó a Munguía Payés, expresa ahora que “estamos en contra
que la pandilla se convierta en una fuerza político-criminal que vaya a
empezar a chantajear al país. El pueblo salvadoreño necesita saber
exactamente cómo está la situación de la violencia y cómo están
planificando los actores de la violencia”.
El ministro agregó que
las dos pandillas salvadoreñas están involucradas con el delito del
narcotráfico. “Por El Salvador va a pasar más droga de la que ha pasado
en los últimos años (…) Eso implica control territorial. Nosotros
tenemos información de que la MS-13 es la que opera más hacia la
custodia de grandes volúmenes y la Barrio 18 es la que opera en el
narcomenudeo nacional”.
El director de la Policía Nacional Civil
(PNC), Rigoberto Pleitez, consideró que las pandillas han generado en
los últimos dos o tres meses un incremento de los niveles de homicidios,
pese a que los líderes pandilleros han dicho desde los presidios que la
tregua se mantiene.
Los homicidios “son los problemas que estamos
teniendo ya con las pandillas, sobre todo aquellas que ya están
saliendo del proceso de tregua que habían iniciado y también son el
resultado de la respuesta que estamos teniendo de atención al plan de
‘seguridad en las casas’”, explicó el jefe policial.
Pleitez es el
único funcionario de seguridad pública que ha reconocido que la “tregua
mara” se desvanece. Otros expertos en criminología, como Jeannette
Aguilar, del Instituto de Opinión Pública de la Universidad
Centroamericana (IUDOP), sostienen que existe una marcada rivalidad
entre los líderes que están presos y los que están en libertad, estos
últimos los que se enfrentan a la represión diaria pero, además, los que
tienen el poder que les da el dinero de las extorsiones.
El
funcionario planteó que el repunte de los homicidios también se está
dando por la negativa de los pandilleros a que las autoridades
policiales continúen con el plan “Casa Segura”. Éste tiene por objetivo
conocer el estado legal de las viviendas en los barrios populares, ya
que muchas son usurpadas por los pandilleros, así como también las
conexiones a los servicios básicos, como electricidad y agua potable.
Pleitez
ejemplificó el incremento de homicidios. Entre el 1 y 13 noviembre se
registraron 128 homicidios a nivel nacional, 65 más en comparación al
mismo periodo en 2012. El año pasado en ese mismo período, la PNC solo
registró 63 homicidios.
Igualmente, las estadísticas policiales
demuestran que del 1 de enero hasta el 13 de noviembre de este año se
registraron 2 mil 155 homicidios, 157 menos en comparación con el año
anterior. El año pasado en ese mismo período se contabilizan 2 mil 312,
aseveró director policial.
(PROCESO / Prisma Internacional/ 15 de noviembre de 2013)
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