El proyecto político del ex jefe de Gobierno toma nuevo rumbo.
Ahora formó una alianza con un enemigo de Miguel Ángel Mancera; ambos
buscan apropiarse del PRD y consolidar una ruta común rumbo al 2018
Si Marcelo logra consolidar esta última alianza, las dificultades para
apoderarse del PRD desaparecen
Marcelo Ebrard está dispuesto a todo con tal de consolidar su proyecto hacia la Presidencia de la República.
Para lograr construir su plataforma política se alió con el
controvertido perredista René Bejarano, mejor conocido como “El Señor de
las Ligas”.
Este acuerdo con uno de los políticos más defenestrados en la
historia del país, tiene como objetivo quitar de la jugada al actual
Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera; apropiarse del PRD y por último
construir la candidatura de la izquierda para la próxima sucesión
presidencial.
Ebrard decidió unirse a la corriente bejaranista al ver que su
proyecto se diluía por estar fuera de los reflectores de un cargo.
Su nombramiento como Jefe de la Red Global de Ciudades Seguras,
otorgado por la Organización de las Naciones Unidas y con vigencia hasta
el 2016, no tuvo el impacto que él deseaba.
Con una larga experiencia política el ex jefe de Gobierno quedo
desdibujado incluso en el Pacto por México, que negoció Manuel Camacho
Solís, considerado su mentor político, pero que fue desplazado por Jesús
Zambrano en las negociaciones.
Así, viendo que su capital político iba menguando, decidió unirse con “El Profesor” que por mucho tiempo fuera su contrario.
El primer paso que dio fue formar Vanguardia Progresista, lo que
quiere convertir no en una nueva corriente o tribu, sino en un foro que
aglutine los intereses de los grupos que logre hacer afines a su
interés.
Aprovechando el distanciamiento que desde diciembre del 2012 hubo
entre Miguel Ángel Mancera y René Bejarano, Ebrard decidió que la única
forma de poder regresar a la palestra era vía la dirigencia nacional del
PRD, y eliminando al hoy jefe de Gobierno del Distrito Federal de la
posibilidad de entrar en la contienda interna.
Se unió entonces al fuego amigo que le han propinado a Mancera los
delegados y diputados locales que están a las órdenes de Bejarano.
Fue así que desde hace dos meses se dio a la tarea de tejer esta
alianza. Designó al exdiputado federal Agustín Guerrero su operador
político e interlocutor con Bejarano.
Guerrero perteneció durante años a la corriente Izquierda Democrática
Nacional (IDN) comandado tanto por Bejarano como por su esposa la
senadora Dolores Padierna.
La comunicación entre Ebrard y Bejarano se da principalmente a través
de Guerrero, se han visto personalmente y mantienen una constante a
través de mensajes de Blackberry.
También están colaborando en este equipo el polémico exlegislador del
Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña y el perredista Avelino
Méndez.
Los tres operadores coincidieron en la Cámara de Diputados durante la
legislatura 61 y se identificaron por su beligerancia verbal y la
defensa de Andrés Manuel López Obrador como legítimo presidente de la
República.
A partir de que empezaron a fraguar esta singular unión en las
reuniones que realiza Bejarano de todos los lunes en un hotel al sur de
la Ciudad de México –conocidas como la misa– se ha empezado a planear el
futuro de IDN y las posibles alianzas para fortalecerse.
De manera cautelosa “El Profesor” ya prepara la estructura que tiene tanto en el DF como en otros estados para el proyecto.
La periodista Icela Lagunas documentó en este diario a finales de
junio que Vanguardia Progresista tenía ya incluso una sede para operar
en la Colonia Nativitas de la Delegación Benito Juárez.
En su investigación descubrió que desde hace poco más de dos meses
había un movimiento inusual de autos en esa esquina en donde está un
edificio de cinco pisos y que es donde se está creando el futuro de
Ebrard.
Un par de veces a la semana un grupo compacto de políticos fieles al
ex jefe de Gobierno se reúnen en esas oficinas para delinear el proyecto
que quieren presentar en los próximos días.
Se dio a conocer incluso el borrador de un decálogo que quieren hacer la columna vertebral de este movimiento.
Aunque con menos frecuencia que en la Colonia Nativitas también se
han reunido en las oficinas de Alfonso Reyes y Cuernavaca, en la Colonia
Condesa.
Y es que además a Ebrard hoy se le responsabiliza de haber dejado
endeudado al DF y con cientos de irregularidades administrativas en lo
relacionado con la construcción de la línea 12 del Metro, considerada
como la obra cumbre de su mandato.
Con este pasado a cuestas y fuera de los reflectores, la única forma
para Marcelo de repuntar en la escena política es fortaleciendo
Vanguardia Progresista e ir en busca de la dirigencia del PRD, que se
elegirá en noviembre.
La ruta a seguir
Unirse a Izquierda Democrática Nacional le garantiza a Marcelo Ebrard
una estructura territorial consolidada para la sucesión de la
dirigencia nacional del PRD el próximo noviembre.
Los estatutos del sol azteca prevén dos escenarios para la elección: a
la militancia o abierta a los ciudadanos en general. De acuerdo a las
fuentes que conocen la estrategia que están consolidando la opción más
rentable, es abierta al público.
El control del voto y el cuidado de casillas que garantiza René
Bejarano y su grupo serían sustanciales para ganar la elección. Sin
embargo no sería una garantía.
Por eso es que desde ahora Vanguardia Progresista se enfoca en ganar adeptos y fortalecerse.
Por eso es que la siguiente agrupación tras la que Marcelo Ebrard va,
es Alternativa Democrática Nacional (ADN) encabezada por el mexiquense
Héctor Bautista.
Como en todos los partidos la negociación política –tanto con
Bejarano como con Bautista– incluye diputaciones locales, federales y
cargos partidistas, así como de gobierno.
Tan solo como parte de la última elección Bejarano logró seis
senadurías, más de 30 diputaciones federales, 12 representantes en la
Asamblea Legislativa del Distrito Federal y tres delegaciones en el DF.
Si Marcelo logra consolidar esta última alianza, las dificultades
para apoderarse del PRD desaparecen. Pero deberá de entregar gran parte
de lo que vaya ganando.
Nuevamente en escena y con el control del PRD, se convertiría en un
claro interlocutor con el gobierno de Enrique Peña Nieto y un negociador
en el Congreso de la Unión.
Una catapulta para el objetivo que quedó frustrado en 2012: ser presidente de México.
Un alto a Bejarano
La imagen fuera de foco muestra con precaria nitidez a un hombre
metiendo billetes a una maleta. Otros más los mete a los bolsillos de su
saco.
La escena es captada por la cámara de seguridad de las oficinas de un empresario de origen argentino llamado Carlos Ahumada.
Todo se transmite el 3 de marzo del 2004 en el programa de Brozo, un payaso a cargo de un noticiero.
El empresario está en la escena. Hay un maletín con fajos de
dólares. El otro hombre en la escena –que se embolsa el dinero– es René
Bejarano, coordinador de los diputados del PRD en el Distrito Federal.
Se ganó el mote de “El señor de las ligas”.
Estuvo en prisión pero salió absuelto del delito de lavado de dinero.
Se convirtió en un ícono de la corrupción política en México.
El tema fue utilizado para dinamitar las aspiraciones presidenciales
de Andrés Manuel López Obrador, de quien Bejarano fue secretario
particular.
A pesar de este polémico pasado el “Profesor” Bejarano está acostumbrado a que le hagan caso. La evidencia no menguó su poder.
Gobernar el Distrito Federal sin su apoyo o consentimiento, puede ser tarea difícil.
En ese poder se escudó por más de una década. En cada gobierno se imponía de una u otra forma.
Desde la toma de protesta de Miguel Mancera dio un mensaje claro de a dónde apuntaban sus intereses.
A su llegada a la Asamblea Legislativa dijo a reporteros que cubrían
el evento que Marcelo Ebrard era el ideal para dirigir en un futuro al
PRD.
No corrió la cortesía de dejar al anterior gobernante en el olvido.
Semanas más tarde iniciaba una de sus primeras jugadas en contra del nuevo jefe de Gobierno: peleó el dinero.
En la negociación presupuestal René Bejarano utilizó todas sus
influencias para arrebatar montos específicos para programas que tienen
funcionarios de su grupo.
A partir de ahí la comunicación entre Mancera y el polémico político se debilitó por completo.
Colaboradores del jefe de Gobierno aseguran que confundió el buen
trato con debilidad y echó por tierra lo que podría haber logrado en la
actual administración.
Conocedor de las cañerías de la política local, Bejarano fue
preparando su contraataque. A finales de abril inició un embate directo
contra Manuel Granados.
Buscó removerlo del cargo de coordinador del PRD y presidente de la
Comisión de Gobierno mediante una carta firmada por 19 de los 34
diputados que hacen la mayoría en la Asamblea.
“No ha estado a la altura de lo que se requiere en ese órgano”, decía la misiva.
Se organizó un desayuno para votar la remoción, pero el equipo de
Mancera ya había hecho su trabajo y logró tener el apoyo de 20 diputados
para impedirlo.
Bejarano intentó cancelar el encuentro a través de la Secretaría de Gobierno del DF, sin embargo era demasiado tarde y perdió.
Su costumbre de apretar a un gobernante se acababa. Su poder se reducía.
Manuel Granados se quedó. Ese había sido uno de los principales acuerdos cuando Miguel Mancera obtuvo el histórico triunfo.
Esta acción fue tomada como un desafío y rompimiento a todo tipo de
acuerdos que se habían logrado previos a la campaña y elección de
Mancera.
Fue la gota que derramó el vaso. El rompimiento total.
Después en los primeros días de mayo de este año buscó consolidar su
poderío en el PRD del Distrito Federal, queriendo imponer al dirigente.
Nuevamente vio diluidas sus intenciones.
No contaba con que el adversario estaría preparado para dar la
batalla. Miguel Mancera logró colocar a Raúl Flores al frente del
partido, debilitando las intenciones de su contrincante Enrique Vargas,
representante de IDN.
El partido ya no era de Bejarano.
Las crónicas periodísticas dieron cuenta de jaque al otrora poderosísimo perredista.
Debilitado como nunca antes, buscó un nuevo refugio.
Uno que le permita revivir y perpetuar su poderío. Lo encontró en Marcelo Ebrard.
Su nueva liga.
Cronología de una lucha
Roberta Carrillo
> Septiembre 2011
La dirigencia del PRD en el DF, encabezada por el bejaranista Manuel Oropeza, expiró, pero la elección es pospuesta a finales de 2012 por aproximarse las elecciones federales.
> 14 de enero 2012
René Bejarano anunció que respalda la candidatura de Mancera para Jefe de Gobierno del DF.
> 25 de agosto 2012
Manuel Granados, cercano de Mancera, es electo presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF. El equipo de Bejarano cedió el puesto al nuevo jefe de gobierno a cambio de dos secretarías más para su equipo.
> 5 de diciembre 2012
Tras 8 años sin pisar el congreso del DF, René Bejarano asiste como invitado de Miguel Ángel Mancera a su toma de protesta como jefe de gobierno, pero se lleva la sorpresa de que el gabinete es repartido entre el equipo de Mancera, dejando al equipo de Bejarano, que tenía tres secretarías y buscaba dos más, con sólo una.
> 8 de diciembre 2012
La elección programada para este día fue reprogramada a enero, tras un acuerdo entre Izquierda Democrática Nacional y Nueva Izquierda.
> 21 de enero 2013
De último momento, Bejarano consigue aplazar las elecciones hasta febrero a cambio de apoyar a Jesús Zambrano, líder nacional del partido, en acuerdos federales.
> 1 de mayo
Los diputados locales Carlos Hernández, Arturo Santana y Claudia Cortés abandonan la corriente IDN de Bejarano para unirse a Vanguardia Progresista –que apoya al mandatario capitalino– tras un intento de Bejarano de chantajear a Mancera con una carta supuestamente firmada por los legisladores de su equipo. La carta pedía la remoción de Granados de la Comisión de Gobierno, lo que causó descontento en los diputados implicados, que dicen nunca haber firmado el documento.
Ante el fracaso, los legisladores del IDN no asisten a la asamblea
que ellos mismos convocaron, y así, el puesto de Granados es ratificado y
Bejarano se queda con el apoyo de solo 14 de los 34 miembros de la
Asamblea Legislativa del DF.
> 3 de mayo
Después de haber reprogramando la elección del dirigente del PRD del DF durante un año y medio, se elige a Raúl Flores, exjefe delegacional de Coyoacán. Pierde el bejaranista, Enrique Vargas.
> 7 de mayo
Al sentirse derrotado por las otras corrientes perredistas, trasciende que Bejarano busca hacer alianza con el PAN en la ALDF.
(REPORTE ÍNDIGO /
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