J. Jesús Esquivel / Proceso
Nogales— Desde que
Enrique Peña Nieto congeló la cooperación con Estados Unidos en materia de
inteligencia, el flujo de estupefacientes al mercado estadounidense que corre
entre Sonora y Arizona se ha incrementado de manera significativa, revelan las
estadísticas oficiales de confiscaciones de mariguana.
Los 580 kilómetros
de colindancia entre Sonora y Arizona son el territorio predilecto del Cártel
de Sinaloa, cuyos integrantes meten la yerba a cualquier hora del día, como
pudo corroborar Proceso en un recorrido por esta zona que le ofreció la
Patrulla Fronteriza estadounidense.
“Están pasando mucha
droga”, admite en Tucson la agente fronteriza Crystal Amarillas ante el
reportero y el fotógrafo Eduardo Miranda, al inicio del recorrido en esta
franja que divide a las ciudades hermanas de Nogales: la de Sonora y la de
Arizona.
Aun cuando la
detección y confiscación de narcóticos en Estados Unidos es tarea de la Agencia
Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), en la frontera
Arizona–Sonora son los agentes asignados a Aduanas y Protección Fronteriza
(CBP, por sus siglas en inglés), como Amarillas, quienes decomisan la mayor
parte de los estupefacientes.
“Los
narcotraficantes mexicanos se aprovechan de este desierto para pasar mariguana,
heroína y metanfetaminas”, explica Amarillas mientras su mirada recorre las
cercas de este entorno fronterizo cuya orografía ofrece una mayor ventaja a los
narcotraficantes mexicanos que a los agentes estadounidenses.
Del lado mexicano
las casas de Nogales están enclavadas en cerros y sirven como observatorios a
los halcones al servicio de los encargados del trasiego de drogas. En las de
Nogales, Arizona, los agentes y los vehículos de CBP quedan muy abajo; algunas
se ubican a tres o cuatro metros del cerco divisorio, cuya altura apenas rebasa
los cinco metros.
“Los halcones se la
pasan observando nuestros movimientos”, dice Amarillas, al tiempo que señala
hacia el caserío del lado mexicano.
Nogales— Este
semanario obtuvo más de 100 páginas de documentos “clasificados” con resúmenes
de las reuniones semanales entre representantes de México y de Estados Unidos.
En ellos se muestra cómo durante los primeros meses del Gobierno de Enrique
Peña Nieto el tráfico de mariguana que llega a Arizona procedente de Sonora se
ha incrementado.
Al estado del norte
de México se le considera una de las principales rutas para el trasiego de
drogas; lo controlan Joaquín “El Chapo” Guzmán y su lugarteniente Ismael “El
Mayo” Zambada (Proceso 1908).
En las páginas
clasificadas se hace el recuento de la mariguana confiscada por CBP entre el 1
de diciembre de 2012 y el 12 de mayo último en las ciudades de Douglas, Naco y
Willcox; en ellas se refleja la intensidad del trasiego de drogas realizado por
el Cártel de Sinaloa a través del desierto de Arizona.
Según el documento
“0298.13/Reunión binacional de seguridad fronteriza”, fechado el 13 de enero
último, en diciembre los agentes de CBP confiscaron en las ciudades de Douglas,
Naco y Willcox 3.6 toneladas de mariguana procedente de Sonora.
AL ALZA
En enero de este año
los decomisos se elevaron a 4.2 toneladas en esos mismos tres puntos; en
febrero fueron 6.05, en marzo 5.8, en abril 5.3 y 1.03 en los primeros 12 días
de mayo.
Amarillas explica
que la mayoría de las mulas (cargadores) de droga que utilizan los
narcotraficantes mexicanos son indocumentados centro y sudamericanos. Mientras
lo hace, la radio de su vehículo recibe un mensaje de uno de sus colegas, quien
la alerta sobre un posible cargamento de narcóticos en las inmediaciones del
desértico paraje.
“Creo que tienes
suerte”, dice Amarillas a Eduardo Miranda, dándole a entender que tendrá la
oportunidad de presenciar uno de los momentos de acción más esperados y
peligrosos para los agentes de CBP, mientras pide a sus colegas que le envíen
las coordenadas de ubicación de los presuntos narcotraficantes.
Mientras llega la
información, Amarillas advierte: “Lo más importante de este trabajo es saber
esperar el momento oportuno para tener éxito”. Y cuando su colega le dice que
dos hombres colocaron una escalera sobre el cerco de acero y pasaron cuatro
bultos hacia territorio estadounidense, comenta que el cargamento pasaría no
muy lejos del centro de Nogales.
El encargado del
operativo anuncia por radio el cruce de la carga. Los demás agentes de CBP
esperan el momento para lanzarse contra los presuntos narcotraficantes.
“Tenemos que
esperar, porque si las mulas están cerca de la línea y descubren que los
tenemos vigilados, se regresan a México con la carga”, explica Amarillas.
Había pasado casi
una hora desde que recibió la alerta de su colega cuando la agente le comenta a
su interlocutor: “Vamos para allá”, al tiempo que su vehículo sale disparado
hacia un caserío localizado a 50 metros del cerco fronterizo, del lado de Nogales,
Arizona.
En ese momento cinco
de sus colegas, armados con rifles de alto poder, cargaban ya los cuatro bultos
decomisados que estaban envueltos en cinta canela y tenían las iniciales MA y
un número, lo cual indica que supuestamente pertenecían al Mayo Zambada.
“Es mariguana, son
como unas 100 libras (45 kilos)”, declara sonriente el agente que descubrió la
carga y coordinó el despliegue. No obstante las dos personas que pasaron la
yerba lograron escapar por la misma escalera que utilizaron para pasar la
droga.
El operativo culmina
alrededor de la una de la tarde, lo que indica que el trasiego ocurre a
cualquier hora en esta frontera. La confiscación es el primer golpe al
narcotráfico del agente que ubicó a las mulas, por lo que no dejaba de sonreír.
Del otro lado de la frontera los halcones observaban el acontecimiento.
En estas tierras
desérticas son comunes las cortinas de humo que los narcotraficantes mexicanos
lanzan a los agentes de CBP. Suelen permitir que les confisquen pequeños
cargamentos mientras introducen otros más voluminosos por otro punto de la
frontera. Es probable que así lo hayan hecho esta vez.
“Importa que
logramos confiscar algo, vigilar toda esta frontera es muy difícil”, subraya
Amarillas e inicia el camino de regreso a Tucson.
Las estadísticas
incluidas en los documentos señalan que del 1 de diciembre de 2012 al 12 de
mayo, CBP confiscó 26 mil 130 toneladas de mariguana en los tres puntos
fronterizos identificados: 13.9 en Douglas, 5.4 en Naco y 6.7 en Willcox.
Otro documento indica:
“El 21 de enero de 2013 se registró la incursión de un avión ultraligero al
noroeste de la ciudad de Douglas, que dejó caer 74 kilos de mariguana que
serían recibidos en tierra por una persona que fue detenida y quien resultó de
nacionalidad estadounidense. Este tipo de incursiones no se registraban en los
últimos seis meses por esta frontera con México”.
REPORTES DEL CISEN
Cinco días después
de que las autoridades de Estados Unidos hicieron esta observación, otro de sus
informes indica que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México
(Cisen) destacó: “El 26 de enero se localizó un cuerpo sin vida en un puente
del ferrocarril en Agua Prieta (Sonora, al otro lado de la línea de Douglas).
Fue un ajuste de cuentas, el primero en su tipo que se registra en esta
ciudad”.
Según otro
expediente, en la primera semana de febrero de este año el Cisen informó: “Por
medio de la Unidad de Atención y Seguimiento a Incidentes Fronterizos, en
febrero se recibieron 86 alertas, 36 de las cuales fueron por tráfico de droga,
13 por tráfico y portación de armas y el resto relacionadas con el cruce
fronterizo de personas. La cifra ubicó en el segundo lugar de alertas recibidas
al corredor Sonora–Arizona, después del de Tamaulipas–Laredo”.
Agua Prieta, una de las
ciudades más tranquilas de Sonora y plaza controlada por “El Chapo” Guzmán y su
organización, comienza a registrar un incremento en la comisión de actos
criminales.
“En febrero de 2013
–destaca otro reporte del Cisen fechado la primera semana de marzo– en Agua
Prieta hubo cuatro homicidios y el decomiso de 2.6 kilos de heroína. La
situación preocupa, ya que los incidentes de violencia están dejando de ser
aislados”.
El 16 de marzo, de
acuerdo con el orden cronológico de los expedientes obtenidos por Proceso, las
autoridades estadounidenses informaron a sus contrapartes mexicanas sobre “la
incursión de dos aviones ultraligeros en el este de Douglas. Sin embargo, y
debido a que las aeronaves fueron detectadas mientras regresaban a territorio
mexicano, no fue decomisado ningún enervante”.
Y aun cuando en esa
región sonorense sólo hubo un homicidio en marzo, según el Cisen, la
tranquilidad se derrumbó los días siguientes. El 11 de abril, el mismo centro
reportó que “en los primeros 10 días de ese mes ya se habían registrado tres
homicidios en Agua Prieta”.
Los asesinatos, las
incursiones de aviones ultraligeros y el creciente tráfico de mariguana de Agua
Prieta hacia Arizona sólo fueron el preludio. La madrugada del 30 de abril el
Gobierno de México capturó en esa ciudad sonorense a Inés Coronel Barrera,
suegro del Chapo Guzmán.
La DEA ubicó a
Coronel Barrera y se lo entregó a la Secretaría de Marina de México (Proceso
1908), en un intento por romper el hielo que Peña Nieto impuso a la cooperación
bilateral en materia de inteligencia para combatir al narcotráfico.
En otro de los
documentos fechado el 30 de abril de 2013, la Patrulla Fronteriza reporta que
ese y el día anterior “se detectó la presencia de por lo menos cuatro aviones
ultraligeros” presuntamente armados en Estados Unidos, y precisa que sólo se
identificó la entrada de las aeronaves a México.
En otro incidente
similar, ocurrido el 6 de mayo, la Patrulla Fronteriza reporta la incursión de
un avión ultraligero al este de Douglas. En esa ocasión se detuvo a los dos
ciudadanos estadounidenses que recogieron la mariguana lanzada desde el avión,
aunque no se especifica la cantidad decomisada.
En otro documento
del 9 de mayo, el Cisen informa que en abril hubo “dos incidentes de violencia
en Agua Prieta con resultados fatales, además de tres registrados con
anterioridad. Ello provocó que a partir de mayo se instrumentaran patrullajes
coordinados por el Ejército, en los que participan las policías Federal,
Estatal y Municipal”.
Sin embargo, en los
documentos clasificados no se hace ni una sola mención del arresto de Coronel
Barrera.
Los decomisos de los
últimos meses tienen inquietos a los agentes de CBP. Y aunque no lo dicen en
público, saben que el Gobierno de Peña Nieto paró temporalmente el intercambio
de información de inteligencia sobre la lucha contra el narcotráfico.
El 28 de mayo, en
una cena a la que asistieron académicos, analistas políticos, diplomáticos y ex
diplomáticos en el Instituto México del Centro Woodrow Wilson, el embajador
Eduardo Medina Mora definió los objetivos de la nueva estrategia de seguridad
en su país:
“Desde una
perspectiva nacional –dijo–, el objetivo no debería ser poner fin al tráfico de
drogas, porque está más allá de nuestro alcance, sino darle a los ciudadanos el
derecho de vivir en paz con sus familias y en sus comunidades”.
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ J. Jesús Esquivel/Proceso/02
de Junio 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario