Las modificaciones al artículo 24 constitucional implican un retroceso histórico de 150 años, pues dan al traste con la vocación laica del Estado mexicano. Para el especialista Elio Masferrer Kan, esa acción representa la puntilla al juarismo y constituye un verdadero riesgo, sobre todo en lo relativo a la libertad religiosa, pues una de sus derivaciones –la libertad de conciencia– podría convertirse en un arma política que la jerarquía católica podría utilizar en su beneficio.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El
presidente Enrique Peña Nieto prepara una magna ceremonia para
promulgar la controvertida reforma al artículo 24 constitucional que le
abrirá el ámbito público a la jerarquía católica, cambio que ya cumplió
con todos los requisitos para ponerse en marcha: fue aprobada por la
Cámara de Diputados, el Senado y –apenas en abril pasado– por la mayoría
de los congresos estatales.
Esta modificación fue una promesa
que, desde su campaña por la Presidencia, hizo Peña Nieto a la Iglesia
católica, que con este cambio constitucional podrá impartir instrucción
religiosa en las escuelas públicas, acceder a cargos de elección popular
y poseer medios de comunicación masiva, entre otros derechos que
anteriormente se le negaban.
Pero antes de que Peña Nieto
promulgue la reforma, en estos momentos se prepara a la opinión pública
con manifestaciones religiosas que algunos gobernadores y presidentes
municipales realizan durante sus actos públicos, como ensayo de lo que
serán las nuevas relaciones entre la Iglesia y el Estado mexicano.
Por
lo pronto, los gobernadores de Chihuahua y Veracruz, César Duarte y
Javier Duarte, respectivamente, ya “consagraron” sus respectivas
entidades al Sagrado Corazón de Jesús. Mientras que la alcaldesa de
Monterrey, Margarita Alicia Arellanes, entregó las llaves de la ciudad a
Jesucristo. Lo mismo hicieron los alcaldes de Ensenada, Baja
California; Guadalupe, Nuevo León, y Ciudad Benito Juárez, Nuevo León.
El investigador Elio Masferrer Kan, quien la semana pasada presentó el libro Estado laico y contrarreforma al 24 constitucional comenta al respecto:
“Esta
reforma al artículo 24 ya reconoce la llamada ‘libertad religiosa’ que
tanto venía pidiendo la jerarquía católica. Ahora sí tendrá apoyo
constitucional para decir: ´Tengo libertad para dar instrucción
religiosa en las escuelas públicas, tengo libertad para tener medios de
comunicación y para hacer esto y aquello´, pues la reforma le abre a la
Iglesia posibilidades para todo… ¡para todo!”.
–¿De ese grado es la importancia de la reforma? –se le pregunta.
–Sí,
pues con ella se podrán eliminar las restricciones impuestas a la
Iglesia a partir del siglo XIX. Entierra lo que queda del juarismo y
clausura 150 años de historia. Es realmente una gran contrarreforma
porque significa un retroceso histórico. De ese tamaño es el cambio.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1912, ya en circulación)
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