Estalló en las manos de un repartidor de gas
Eduardo VILLA
MEXICALI.-
Desafortunada suerte tuvo un gasero que se encontraba realizando sus trabajos
diarios cuando observó tirado en la calle un extinguidor, mismo que al momento
de tomarlo le hizo explosión, provocándole serias lesiones en brazos, abdomen y
pierna, siendo trasladado a un nosocomio local.
Lo que pareciera ser
un acto terrorista se reportó alrededor de las 09:30 horas, donde vía C4 se
informó de la presencia de un empleado de Gas Silza, había sido víctima de una
explosión, por lo que se solicitó la presencia de la autoridad.
Tras conocer la
información, elementos de Bomberos y de la Policía Municipal se abocaron al
domicilio marcado con el número 1085, localizada en el callejón Doroteo Aranco
y calle Parral, en la colonia División del Norte, creyendo que se trataba de
una fuga de este combustible, pero al llegar al sitio, se dieron cuenta que
había una gran cantidad de clavos, tornillos y un dispositivo que según las
autoridades pareciía una especie de detonador.
Esto provocó la
alerta de los oficiales quienes sospecharon de una posible bomba casera, por lo
que implementaron un operativo en la zona para localizar al presunto agresor
sin presentar resultados favorables.
La sorpresa aumentó
cuando se dieron cuenta que dicho extinguidor detonó justo enfrente de la casa
de una pareja de agentes municipales quienes refirieron que podría tratarse de
un ataque en su contra.
Uno de los efectivos
residentes de la casa comentó que salió de su casa y se percató que debajo de
su vehículo particular se encontraba el cilindro color rojo en el interior de
una bolsa, misma que tomó con ambas manos y la dejó en el cesto de basura, para
luego regresar a su domicilio.
A los pocos
instantes, el gasero de nombre Mariano Ávila de 50 años de edad pasó por el
lugar a bordo de su unidad de trabajo y observó el extinguidor, por lo que
detuvo su marcha para tomarlo.
Sin embargo, al
momento de maniobrarlo este detonó en sus manos, provocándole laceraciones de
10 centímetros en el antebrazo izquierdo, además de lesiones en abdomen y
pierna de mismo lado, por lo que corrió a pedir la ayuda de algunos vecinos que
se encontraban en la escena.
Los mismos testigos
narran que este objeto incendió ligeramente la camisa del trabajador de gas
Silza, pero este apagó las llamas con su propia sangre que salía de sus
extremidas y se derramaba en el piso.
Luego de las
primeras entrevistas se determinó que la supuesta agresión podría tener un
tinte pasional según uno de los agentes.
Los clavos y
tornillo fueron encontrados en un rango estimado de setenta metros, pero
residentes de la zona refieren que estos no salieron precisamente de la bomba,
puesto que algunos niños de la cuadra estaban jugando con esa herramienta en la
calle.
(EL MEXICANO/ Eduardo Villa/ 05 de Mayo 2013)
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