Álvaro Delgado/ Proceso
MÉXICO,
D.F. (apro).- De vuelta a la extrema penuria en la edificación de un
partido político nuevo y acompañado sólo de un puñado de colaboradores,
como hace exactamente un cuarto de siglo en Tabasco, Andrés Manuel López
Obrador enfrenta ahora, conforme a sus propias cifras, un drástico
desplome en su base de apoyo.
Al iniciar su segunda campaña por
la Presidencia de la República, en marzo de 2012, López Obrador afirmó
que en todo el territorio nacional había 3 millones 600 mil
“protagonistas del cambio verdadero” y 2 millones 500 mil representantes
del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para defender las
casillas.
Sin embargo, hace una semana, Martí Batres, presidente
de Morena, informó que, luego de cuatro meses de iniciado el programa de
afiliación, cuenta ya con 220 mil afiliados, el mínimo que exige la ley
electoral para cumplir uno de los requisitos para crear un partido
político.
“De ahora en adelante toda la afiliación que realicemos
es ganancia, es un extra, va más allá de la cifra que se requiere para
el registro electoral”, dijo con entusiasmo Batres, el único que aceptó
cargar con la tarea de convertir a Morena en partido político.
Pero
la cifra con la que Batres se regodea revela una drástica caída en el
número de afiliados a Morena, que hace un año ascendían a 2 millones 500
mil y ahora sólo a 220 mil. Ese desplome es brutal, siempre con base en
cifras del movimiento que encabeza López Obrador, y sin tomar en cuenta
la cantidad, más abultada, de los “protagonistas del cambio verdadero”:
3 millones 600 mil.
¿Qué pasó con los otros 2 millones 250 mil
que decidieron no ratificar su afiliación a Morena? ¿O es que en
realidad nunca existieron? ¿Y si existieron ya no tuvieron motivación
para seguir? ¿Fue sólo un ardid publicitario?
Esos 2 millones y
medio de supuestos afiliados a Morena son los mismos que credencializó
el Gobierno Legítimo de López Obrador, que en 2009 él mismo decía que
ascendían a 2 millones 200 mil, y son los que participaron en el
movimiento nacional en defensa del petróleo, la economía popular y la
soberanía nacional y que formaron parte del la resistencia civil
pacífica.
El problema es que, tras la segunda campaña presidencial
de López Obrador –en la que obtuvo el segundo lugar con 15 millones 896
mil 999, equivalente a 31.59% del total— los 2.5 millones de ciudadanos
no se han volcado para, de ser cierta la cifra, convertir a Morena en
el partido con más afiliados en México.
Esa meta, según López
Obrador, se materializará el próximo año: Morena, aseguró en enero,
tendrá 3 millones de afiliados en el 2014, justo la cifra de afiliados
que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) desea también tener
–hoy tiene un millón 928 mil–, sólo que este mismo año.
Las
cifras de Morena ya habían sido puestas en evidencia en la elección del
Estado de México, en 2011, cuando el propio López Obrador aseguró que se
trataba de “un ensayo” para probar la fortaleza de su movimiento, y que
a la postre resultó un fracaso.
Morena tenía en el Estado de
México 550 mil afiliados, según el entonces coordinador nacional,
Higinio Martínez –por cierto mexiquense–, y las instrucciones de López
Obrador fueron que cada uno de ellos conseguiría otros cinco votos, para
lograr 3 millones de éstos para Alejandro Encinas, el candidato de la
izquierda.
Fue una quimera: Conforme a resultados, Encinas
alcanzó poco más de 970 mil votos (equivalentes a 22% del total), una
cifra ínfima respecto de lo prometido por el movimiento de López
Obrador.
De hecho, si Morena contaba con 550 mil electores y el
PRD decía tener 329 mil 894 afiliados en la entidad, entonces suman 880
mil posibles votantes, apenas 100 mil menos de los que obtuvo Encinas.
Las cifras de Morena parecían un autoengaño entonces y lo parecen ahora otra vez.
Pero cuidado: Si bien sus propias cifras acreditan un desplome en su
base de apoyo, más vale ser cautelosos respecto de un político como
López Obrador, a quien después del 2006 se le había extendido acta de
defunción y, de no ser por prácticas de defraudación y el realineamiento
de los factores de poder, gana la Presidencia de la República.
Este mismo año, mientras el PRD obtendrá, si acaso, 10% de los votos,
López Obrador obtendrá, con toda seguridad, el registro de Morena como
partido político.
Y cuidado…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
/ 6 de mayo de 2013)
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