Pese a los enfrentamientos y asesinatos cotidianos en
el norte de México, militares de Estados Unidos y un especialista en temas de
narcotráfico afirman que la violencia extrema asociada al crimen organizado se
ha alejado paulatinamente de la zona fronteriza para asentarse en el centro del
país. Se trata, aseguran, de reacomodos de los cárteles, y no de una estrategia
exitosa del gobierno mexicano. En este contexto, el gobierno estadunidense
anunció que en mayo próximo Barack Obama se reunirá en México con Enrique Peña
Nieto, encuentro que supondrá ajustes en la cooperación bilateral en materia de
seguridad.
J. Jesús Esquivel/Reportaje Especial
WASHINGTON
(Proceso).- La violencia que azota al Estado de México, Michoacán, Morelos,
Hidalgo y otras entidades del centro del país obedece a la disputa territorial
entre los cárteles del narcotráfico y su origen no es el supuesto éxito
gubernamental en su lucha contra ellos en los estados del norte, sostienen
especialistas estadunidenses.
“Ha habido una
ligera disminución en los niveles de violencia en los estados del norte de México,
pero es anecdótico. Hay una violencia extrema en otras parte del país por las
disputas territoriales entre los cárteles”, dice en entrevista con Proceso
Jeffrey Davis, capitán de la Armada de Estados Unidos y vocero del Comando
Norte (Northcom, por su acrónimo inglés).
Davis comparte el
análisis que su superior, el general Charles Jacoby, jefe del Northcom, ofreció
el miércoles 20 al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes
del Congreso federal.
“La situación de la
violencia ha cambiado un poco; ahora hay menos en el norte y más en los estados
mexicanos del interior. Ha habido un decremento porcentual en 2013 (en el
norte), pero se ha desplazado e incrementado en otras partes del país”, subrayó
Jacoby en su testimonio ante los congresistas estadunidenses.
El mismo día en el
que Jacoby presentaba su análisis acerca de la situación de la narcoviolencia
en el norte de México tuvo lugar uno de los más intensos enfrentamientos entre
presuntos narcotraficantes en Reynosa, Tamaulipas.
“El testimonio del
general Davis ante el Congreso se basó en lo que él mismo observa día a día en
México; insisto, es simplemente una evaluación anecdótica. Lo que sí es cierto
es que hay un cambio de norte a sur respecto a la situación del nivel de
violencia”, apunta Davis en conversación telefónica.
El Northcom, brazo
del Departamento de Defensa de Estados Unidos encargado de vigilar y monitorear
lo que ocurre en la región que va de México a Canadá, reconoce que en el
transcurso de este año “sí se registró una ligera caída en términos
estadísticos”, en los niveles de la narcoviolencia que hay en los estados
mexicanos fronterizos con Estados Unidos.
Consultado sobre las
razones que generan la violencia que ahora azota sobre todo al Estado de
México, la entidad gobernada seis años por Enrique Pena Nieto, un especialista
estadunidense resume: “Es por la disputa territorial entre el Cártel de Sinaloa
y Los Zetas”.
Experto en asuntos
de inteligencia y con amplio conocimiento del problema del narcotráfico en México,
el especialista –que habló con este semanario a condición de que no se revele
su identidad– coincide con el Northcom respecto a la realidad de la
narcoviolencia en el norte del país.
En el Estado de
México, Hidalgo, Michoacán y otras entidades del centro del país e incluso en
los estados del sur que colindan con Guatemala y Belice –según los informes de
inteligencia analizados por el especialista– la narcoviolencia fue generada y
provocada por Los Zetas.
“Desde que Heriberto
Lazcano Lazcano, El Lazca fue abatido por la Marina (el 7 de octubre de 2012)
Los Zetas se quedaron sin su cabeza de tácticas militares y por razones de
supervivencia se comenzaron a mover hacia el centro del país, donde se han
tenido que enfrentar con el Cártel de Sinaloa y La Familia Michoacana”,
subraya.
Según el experto, la
actitud casi nómada de Los Zetas se debe a que Miguel Ángel Treviño Morales, El
Z-40 (quien heredo el liderazgo del grupo) carece del conocimiento y la astucia
militar que tenía su socio.
“Optó por las vías
más fáciles para mantener cierto poder, se asoció con pandillas criminales de
Centroamérica y pequeños grupos delictivos que ya operaban en el centro de
México. Esto se hizo para apoderarse de las rutas del paso de droga que van del
sur al norte”, comenta.
Otro de los motivos
que obligaron a Los Zetas “a invadir” territorios del centro del país que
estaban bajo el control casi total del Cártel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo
Guzmán, fue la presencia del Ejército, la Marina y la Policía Federal en los
estados del norte, principalmente en Tamaulipas donde se enfrentaron de manera
frontal con los narcotraficantes.
“Cuando Los Zetas se
movieron del norte y quisieron apoderarse de los corredores que van de sur a
norte para el tráfico de droga, armas y dinero se desató la narcoviolencia en
el Estado de México y Michoacán. Los Zetas se toparon con la gente del Chapo a
quien todavía piensa erróneamente que van a derrotar”, subraya el especialista
en asuntos de inteligencia y narcotráfico.
GOLFO A LA BAJA
La nueva realidad de
la narcoviolencia en el centro de México se debe a la disputa logística entre
Los Zetas, El Chapo y La Familia Michoacana con cierta participación del grupo
de los Beltrán Leyva, insisten las fuentes consultadas.
Pero en los estados
del norte siguen estando las plazas más importantes para el trasiego de drogas
hacia Estados Unidos.
En Tamaulipas, Nuevo
León, Chihuahua y Sonora persisten las disputas territoriales entre cárteles,
pero el desplazamiento de Los Zetas hacia el sur, el debilitamiento de los
cárteles del Golfo y el de Juárez le ha permitido al Chapo materializar cierto
control en la región. De ahí la baja en los niveles de narcoviolencia que
destacara Jacoby ante el Congreso estadunidense.
Tras la captura de
Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, el 12 de septiembre de 2012, el Cártel
del Golfo se quedó sin cabeza y así se inició una disputa interna por el
control de la agrupación.
El experto
estadunidense sostiene que esto a su vez generó un reposicionamiento del
control de las plazas del norte por parte del Cártel de Sinaloa y confundió aún
más al Z-40, quien prefirió moverse hacia el sur para intentar apoderarse de
otros territorios.
“La disputa interna
en el Cártel del Golfo está beneficiando al Chapo. Sabemos que la pelea por el
control del grupo la están librando las escisiones que manejan Miguel
Villarreal, El Gringo –presuntamente abatido en el enfrentamiento del pasado
miércoles 20 en Reynosa–; Mario Armando Ramírez Treviño, El X-20; Sergio
Ortegón Silva y Juan Reyes Mejía”, destaca el experto.
Otra razón de la
aparente calma de la narcoviolencia en el norte es el rumor del retiro obligado
de Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, líder del Cártel de Juárez, de quien
se dice que llegó a un acuerdo con El Chapo para repartirse plazas y acabar con
la amenaza y presencia de Los Zetas.
“El Z-40 y sus
socios de las pandillas quieren ampliar sus dominios en el sur y en el centro
de México y por ello tiene una lucha encarnizada y sangrienta con la gente del
Chapo”, matiza el especialista.
Añade que la
presencia de estos criminales en lugares como el Estado de México, por ejemplo,
provoca al mismo tiempo el surgimiento de pequeñas agrupaciones que se hacen
pasar como zetas para cometer delitos no ligados con el narco. “Roban,
secuestran, extorsionan y asesinan bajo la supuesta etiqueta o marca criminal
de Los Zetas”, indica el especialista.
Las rutas de paso en
el sur y centro de México tienen un valor especial para los cárteles del
narcotráfico. En el caso de las plazas que están en el sur y colindan con
Centroamérica o que son vías de ingreso y salida de esa región, se valora la
ubicación de pistas clandestinas de aterrizaje para aviones pequeños o
avionetas que sacan droga de Sudamérica, Guatemala, Belice u Honduras.
“También están las
rutas acuáticas para las lanchas rápidas y los centros para la carga terrestre
de las drogas que se desplazan hacia el centro, antes de terminar en el norte”,
amplía el experto.
El valor de los
territorios del Estado de México, Hidalgo, Morelos, Querétaro y Michoacán “se
debe a que son zonas altamente pobladas y por ello se convierten en la joya más
codiciada por los narcotraficantes: Son puntos ideales para mover drogas hacia
el norte y estratégicos para esconder la mercancía”, enfatiza.
Los informes y
reportes confidenciales tanto del gobierno de México como del de Estados
Unidos, a los que la fuente consultada afirma haber tenido acceso, indican que
el Estado de México y la misma capital del país son puntos de concentración de
centenares de narcobodegas. “Esto explica perfectamente por qué desde la
llegada de Los Zetas a esta región se comenzaron a registrar actos de
narcoviolencia tradicionalmente característicos de la disputa entre los narcos
por las plazas del norte de México”, añade.
Fragmento del reportaje que se publica en Proceso
1900, ya en circulación.
(PROCESO/ J. Jesús Esquivel/Reportaje Especial/ 2 de
abril de 2013)
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