Beatriz Pereyra
Son muy delicadas
las acusaciones que pesan sobre el titular de la Federación Mexicana de
Ciclismo, Edgardo Hernández Chagoya, entre ellas que encubre a un ex colaborador suyo que trabaja en el IMSS y
promueve el uso de sustancias dopantes entre los ciclistas de Oaxaca. El caso
se presenta como un hecho más de impunidad en el deporte federado, toda vez que
Hernández acaba de ser electo para otro periodo.
OAXACA, OAX.
(Proceso).- El presidente de la Federación Mexicana de Ciclismo (FMC), Edgardo
Hernández Chagoya, tolera el consumo de eritropoyetina (EPO) entre los
pedalistas mexicanos y ha encubierto a Juan Manuel Jarquín Bautista, quien
distribuye este fármaco que sustrae del Instituto Mexicano del Seguro Social,
donde trabaja como camillero.
El presidente de la
Asociación de Ciclismo del Estado de Oaxaca Verde Antequera, A.C. (ACEOVA),
Jorge Echaine, se enteró de que Jarquín vendía EPO cuando en 2010 el papá de
los ciclistas adolescentes Luis Manuel y Ángel Eduardo San Pablo lo acusó de
ofrecerles sustancias dopantes.
Como responsable del
ciclismo oaxaqueño, Echaine informó de esta situación al titular de la FMC,
pero éste no hizo nada. Ese año Jarquín fungía como secretario de la ACEOVA y
era entrenador del equipo Festilandia, propiedad del federativo.
Manuel Alejandro
Palacios –secretario de la ACEOVA en el grupo que encabeza Echaine, ya que la
asociación está en disputa por otro grupo que encabeza César Leyva Avendaño–
comenta a Proceso que durante una asamblea a Jarquín se le cuestionó por su
comportamiento.
Por su parte,
Francisco Lorenzo González, patrocinador del equipo Autoclimas de Oaxaca y
entonces comisario de la ACEOVA, denunció que Jarquín le vendió en 500 pesos un
lote de seis frascos de eritropoyetina. Como prueba de su testimonio entregó a
la Asociación los envases del fármaco.
El ciclista Luis
Ángel Cuevas informó a los integrantes del consejo directivo de la ACEOVA,
delante del propio Jarquín, que años atrás éste le ofreció EPO, hormona del
crecimiento humano, cortisona y otras sustancias para que se dopara. Agregó que
hizo lo mismo con un grupo de ciclistas de Juchitán.
Investigaciones
hechas por los directivos locales revelan que Jarquín ha intentado vender la
EPO a muchos de los competidores que acuden a Oaxaca, entre ellos a los del equipo
Canel’s Turbo, de San Luis Potosí, y a otros de Jalisco. El ex presidente de la
Asociación de Ciclismo de Tlaxcala Valentín Arenas les dijo que a sus atletas
les vendió “medicamentos para mejorar su rendimiento”.
La asamblea
determinó destituir a Jarquín como secretario de la ACEOVA, así como al resto
de los integrantes del consejo directivo, con excepción de Echaine, quien se
mantuvo como presidente.
En virtud de que
Hernández Chagoya ignoró las denuncias en contra de su amigo Jarquín, Echaine,
y el doctor Ulises Reyes, patrocinador del equipo de ciclismo Clínica
Diana-Bailón al cual pertenecían los hermanos San Pablo, comenzaron a indagar
el origen de los frascos de EPO cuya etiqueta tenía el logotipo del sector
salud.
El jefe de la
delegación de Servicios Jurídicos del IMSS en Oaxaca, Agustín Sosa de la Cruz,
confirmó a Echaine y al doctor Reyes que los envases del fármaco pertenecían a
un lote destinado al Hospital General de Zona 1, donde Jarquín era intendente.
Indignado por la
destitución de Jarquín, Hernández Chagoya le reclamó a Echaine y comenzó a
tomar venganza en contra de los equipos de ciclismo de Oaxaca que competían a
nivel nacional. El doctor Reyes revela que el presidente de la FMC impidió que
los ciclistas del equipo que patrocina participaran en el Campeonato Nacional
de Ciclismo Segunda Fase Copa Federación, que se realizó en San Luis Potosí a
mediados de 2010.
Por ello, el médico
encaró a Hernández Chagoya. “Le dije: ‘o dejas correr a mis atletas o te
denuncio, porque solapas el dopaje’”, recuerda. Hernández Chagoya se asustó con
la amenaza. “Me respondió: ‘esto lo arreglamos a nivel Oaxaca’. Dejó participar
a mis atletas, pero yo estaba muy inconforme por lo que estaba pasando; la
salud de muchos jóvenes estaba en peligro porque la EPO es una sustancia muy
peligrosa”.
Nada qué hacer
En agosto de 2010,
Echaine y Reyes, para entonces asesor médico de la ACEOVA, acudieron a la
Agencia Federal de Investigación (AFI), así como a la delegación estatal de la
Procuraduría General de la República (PGR) para presentar una denuncia en
contra de Juan Manuel Jarquín Bautista, por la distribución de EPO y por el
robo de esta sustancia al IMSS.
“Considerando que no
se puede poner en riesgo la vida de los ciclistas, pues muchos de ellos no conocen
las reacciones secundarias de dicho fármaco, el cual está prohibido por la
Unión Ciclista Internacional (UCI) por el alto riesgo de muerte súbita por
infarto cerebral o cardíaco, solicitamos: a) se realice una investigación
exhaustiva al señor Juan Manuel Jarquín Bautista y gente que tenga complicidad
en este ilícito y b) se investigue en el IMSS sección Oaxaca las complicidades
que el señor Jarquín tenga para obtener la eritropoyetina recombinante”, se lee
en la denuncia.
Las autoridades les
respondieron que la EPO no se encuentra en la lista de drogas prohibidas en
México, por lo cual no es posible configurar algún delito por distribución o
posesión de esa sustancia. En todo caso, se podría perseguir el “robo a la
nación” por sustraer ilegalmente el producto de una institución federal, para
lo cual se requería que el IMSS hiciera la denuncia correspondiente.
El titular de los
Servicios Jurídicos del IMSS informó a Reyes y a Echaine que ese instituto no
procedería en contra de Jarquín, porque es trabajador sindicalizado, y por ende
intocable. El camillero sólo fue cambiado de clínica. Hasta el cierre de esta
edición el funcionario no atendió una solicitud de entrevista que hizo esta
reportera.
El doctor Reyes
refiere que cuando se realizó la Asamblea Ordinaria de la FMC en 2011,
interpeló a Hernández Chagoya delante de todos los afiliados. Le dijo que no
era ético que se encubriera a Jarquín y se desdeñara el problema del dopaje en
Oaxaca. Sin empacho, el presidente de la federación respondió: “en México todos
los ciclistas se dopan”, y dio por zanjado el tema.
Comenta que luego de
las denuncias y de que encaró a Hernández Chagoya, un comando armado entró a su
clínica. Sospecha que fue una venganza del presidente de la FMC, y por ello lo
hace responsable de cualquier cosa que les ocurra a él o a quienes accedieron a
dar sus testimonios para este reportaje.
Hoy día, además de
ser empleado del IMSS, Jarquín es director de Deporte y Cultura en el municipio
de Santa María El Tule.
Componendas
El actual presidente
de la federación llegó al ciclismo por casualidad. En los ochenta era chofer de
un taxi. Su hijo Edgardo Hernández Chagoya Trejo practicó esta disciplina desde
niño con el apoyo de su madre, Petrona Trejo. La señora se hizo famosa a raíz
de que junto con otras mamás armó un escándalo que le costó una sanción de por
vida al entonces presidente de la Liga Infantil de Ciclismo de Oaxaca, Manuel
Ramos.
José Luis Velázquez,
periodista deportivo desde hace más de 30 años, recuerda que desde entonces
todo mundo conoce a la “señora Petri” como la matriarca de la familia Hernández
Trejo. Es ella la que toma las decisiones y le dice a su marido lo que debe
hacer.
A pesar de
pertenecer a los Chagoya, familia de mezcaleros adinerados muy conocidos en
Oaxaca, a Edgardo la fortuna no le sonreía. Después de haber sido taxista
trabajó en una gasera local como responsable de despachar los camiones que
repartían los tanques en las colonias de esta capital. Cuando faltaba algún
chofer lo sustituía. Tiempo después entró a trabajar a Gamesa como repartidor.
En 2001 cambió su
suerte. Hubo movimientos en la presidencia de la ACEOVA. Jorge Maldonado dejó
el cargo, y el vicepresidente Raúl Castellanos no pudo relevarlo por problemas
de salud.
“Edgardo se sacó la
lotería sin comprar billete. No era conocido, la señora Petri sí, pero sólo
como la mamá de un ciclista. Él no quería entrarle porque no sabía nada de
ciclismo, menos de cómo está organizado. No sabemos si por lo menos alguna vez
se ha subido a una bicicleta, pero su esposa le dijo: ‘cómo que no lo vas a
aceptar’. Edgardo tomó posesión como presidente, pero quien en realidad toma
las riendas es la señora, que sí estaba empapada de cómo funciona el ciclismo. Le
tocó la buena etapa de la Vuelta a Oaxaca que apoyó y auspició el gobernador
José Murat, porque de él fue la idea, no de Edgardo”, narra el periodista.
Amiguismo
Como presidente de
la ACEOVA, Hernández Chagoya tuvo como padrino a Salvador Flores Concha, dueño
de la empresa Chocolates Mayordomo y del equipo de ciclismo más importante de
Oaxaca. Como se supone que un presidente de asociación no tiene sueldo, Flores
abrió una tienda de bicicletas y le dio trabajo a Hernández Chagoya, quien para
entonces ya era su compadre.
“Estuvo los primeros
cuatro años y le empezó a gustar el sabor de lo que se puede tener y ganar en
la asociación. Se reeligió para otro periodo porque destituyó a Ulises López
como presidente de la liga infantil. Ya con más experiencia, acomodó todo para
quedarse otra vez y lo único que hizo fue destruir el semillero de niños, el
ciclismo infantil está muerto. Se perdió la Vuelta a Oaxaca, pero eso sí, dejó
de ser alguien que no tenía nada, que siempre andaba con una mano adelante y la
otra atrás, para convertirse en el presidente de la Federación Mexicana de
Ciclismo”, afirma el periodista.
Con dinero de
Flores, Hernández Chagoya se candidateó para llegar a la presidencia de la FMC
para el periodo 2009-2013. Con la promesa de que le conseguiría licencias de la
UCI para que los ciclistas del equipo Chocolates Mayordomo pudieran competir a
nivel internacional, el empresario pagó los viajes de su compadre a cada una de
las entidades para que se entrevistara en persona con los presidentes de las
asociaciones y les pidiera su voto. Repartió chocolates, mole y productos
tradicionales oaxaqueños para quedar bien con ellos.
Como presidente de
la FMC, Hernández Chagoya comenzó a hacer de las suyas. Vendió a la federación
una camioneta que compró con dinero de la ACEOVA. A su esposa la nombró
directora administrativa, e incluso ha cobrado dinero a nombre de su nieto, un
niño de cinco años, a quien registra como juez. Con dinero de la FMC o a
costillas de los institutos del deporte de varios estados de la República,
lleva a sus familiares a competencias nacionales o internacionales.
Desde que fungía
como presidente de la ACEOVA, y actualmente como presidente de la FMC,
Hernández Chagoya siempre ha ignorado a quienes integran su consejo directivo.
No permite que el tesorero realice sus funciones, pues él maneja el dinero y
las cuentas. Su esposa realiza las labores que corresponden al secretario, pues
ella decide quién tiene voz y voto en las asambleas de la federación.
Los malos manejos
del presidente de la FMC se evidenciaron desde que dejó la ACEOVA en manos de
Echaine. El director de la Comisión Estatal de Cultura Física y Deporte de
Oaxaca en tiempos del gobernador Ulises Ruiz, Donovan Brito, descubrió que
había estado pagando en 60 mil pesos competencias cuyo costo no superaba los 15
mil pesos.
Lo mismo sucedió con
Alberto Ortega, ya en la administración de Gabino Cué. El responsable del
deporte en el estado descubrió que Hernández Chagoya privilegiaba a los hijos de
sus amigos al conseguirles lugares en el Centro Nacional de Desarrollo de
Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (Cnar), aunque no contaban con méritos
para ello. En este caso se encuentran Karla Ricardez, hija del ex tesorero de
la ACEOVA; Carlos Ricardez e Iván Carvajal, a quien además se llevó a competir
en el Tour de San Luis 2013, en Argentina (finalizó en el sitio 158), a pesar
de que en el campeonato nacional fue descalificado porque ni siquiera concluyó
la prueba.
El pasado 22 de
enero, Hernández Chagoya se reeligió por otro periodo de cuatro años como
presidente de la FMC. A la asamblea asistieron 18 presidentes de asociaciones.
A la mayoría les pagó el viaje desde sus estados hasta la playa Pichilingue en
La Paz, Baja California.
(PROCESO/ Beatriz Pereyra/4 de febrero de 2013)
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