Tania participó en el flashmob “Viaje en el Metro sin
pantalones” y relata que un usuario le agarró el trasero al salir de la
estación Revolución, pero que no lo denunció porque su objetivo era divertirse.
Participaron niños y adultos.
Cerca de 2 mil 500 personas se despojaron de
pantalones, faldas y pants dentro de los vagones del Metro.
Ciudad de México • El peor día en la vida de Tania en el Sistema de Transporte
Colectivo Metro fue ayer, cuando decidió, con un grupo de amigos, quitarse la
falda y viajar en ropa interior dentro de los vagones del transporte público
más usado por los capitalinos. No obstante, un usuario la toqueteó.
La razón por la que
esta empleada de 27 años decidió viajar en paños menores fue sumarse al
flashmob, que se realizó de manera simultánea en 50 países, y que en México se
llamó “Viaje en el Metro sin pantalones”.
Pero más allá de la
misión de este movimiento, que es obsequiar un día de felicidad para los que a
diario se transportan por este medio y de fomentar el trabajo en equipo entre
personas desconocidas, la petición para Tania se transformó en solicitar
respeto y seguridad.
Tania viajó feliz
durante las 19 estaciones que comprendía el recorrido desde Chapultepec, de la
Línea 1, hasta Revolución, Línea 2, con sus transbordos en Tacubaya, Mixcoac e
Hidalgo.
Fue justamente al
bajar de la última estación, Revolución, cuando sintió que un joven, que además
de observarla durante todo el trayecto, se atrevió a tocarla, pero no contaba
con que Tania lo tomaría de la playera y gritaría a sus amigos que le habían
faltado al respeto. Inmediatamente llamaron a la policía y se llevaron al
hombre a un rincón.
“Veníamos todos en
el vagón, en Hidalgo, mucha gente y nunca falta el que se quiere pasar de
listo, solo lo tomé de la mano y le dije a los muchachos que nos estaban
faltando al respeto, pero al bajar me alcanzó a tocar las pompas, pero como yo
le vi toda la intención, lo tomé y cuando bajó le hablé a la policía.
“Entonces ellos me
dijeron que si quería proceder y les dije que no, que solo quería irme porque
vengo a disfrutar con toda la gente”, mencionó Tania en los andenes del Metro.
Sin embargo, la
amarga experiencia que vivió Tania, no la padeció Valeria, una niña de 10 años
que también se quitó su pants en compañía de sus cuatro tíos y un primo para
disfrutar del flashmob.
“Vine a divertirme
quitándome los pantalones. Me enteré por mi tía que siempre viene, y por
supuesto que no me dio pena porque solo es diversión”, indicó Valeria, estudiante
de quinto año de primaria.
Tania y Valeria
fueron parte de las cerca de 2 mil 500 personas se despojaron de pantalones,
faldas y pants dentro de los vagones del Metro para intentar romper el récord
de mayor cantidad de personas en ropa interior en un transporte subterráneo.
De acuerdo con Dan
Becharano, uno de los agentes convocantes, la movilización “es una medida de
presión para exigir seguridad, porque no podemos estar esperanzados, queremos
que nos cumplan”, dijo.
Desde las nueve de
la mañana los participantes comenzaron a organizarse en las escalinatas de la
Estela de luz, donde alertaron a los participantes de no revelar que forman
parte de la misión, la cual fue convocada a través de las redes sociales y que
tan solo en Facebook se suscribieron más de 12 mil personas, de acuerdo con los
organizadores.
“Mi argumento fue
que dejé mis pantalones en la tintorería o simplemente se me olvidó ponérmelos”,
comentó Bryan, uno de los agentes de la misión.
Durante el tercer
año consecutivo, los participantes terminaron cinco horas después en el
Monumento a la Revolución con un baño en la fuente pública.
(Milenio/ Alejandro Madrigal/ 13 Enero 2013 - 7:02pm)
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