Redacción
Por una vía les
proporciona armas, por la otra tira un cerco legal que en un momento dado le
daría elementos para actuar. Nada hace gratuitamente el Gobierno
norteamericano; es su juego, su tablero, sus piezas. Ellos deciden qué mover,
cómo, cuándo. Ahora les tocó a uno de los suegros de Joaquín Guzmán Loera, Inés
Coronel Aispuro, y a su principal operador en Sinaloa, Dámaso López Núñez, ser
incluidos en la lista de los más buscados por las policías gringas. Una medida
solo de papel… por lo pronto.
Fue la semana
pasada. Estados Unidos anunció la inclusión en su lista de narcotraficantes
“perseguidos” al suegro de Joaquín el Chapo Guzmán, Inés Coronel Aispuro, y de
uno de sus principales operadores, Dámaso López Núñez, conocido en el mundo
criminal como el Licenciado.
Con su anuncio, el
Departamento del Tesoro amplió las acciones legales y de corte financiero
contra Guzmán Loera y sus asociados en el cártel de Sinaloa, en las que ha
incluido a muchos de sus familiares.
Según la
dependencia, Dámaso López Núñez es uno de los principales lugartenientes de
Guzmán Loera, responsable de la introducción del envío de toneladas de cocaína
a Estados Unidos, y quien le habría ayudado a fugarse, en enero de 2001, de la
hasta entonces prisión de “máxima seguridad” de Puente Grande, ubicada en
Jalisco.
Por su parte,
Coronel Aispuro es padre de Emma Coronel Aispuro, con quien el capo habría
contraído nupcias en julio de 2008, según publicó la revista Proceso en
noviembre del mismo año.
La presunta boda fue
negada por Ismael Zambada García durante la entrevista que el director fundador
de la revista, Julio Scherer García, le hizo al capo en marzo de 2010.
En septiembre
pasado, la misma dependencia anunció acciones de este tipo contra el consuegro
de Guzmán Loera, identificado como Víctor Manuel Félix Félix.
El hombre fue
señalado como responsable de las operaciones de narcotráfico y lavado de dinero
para el cártel de Sinaloa en Guadalajara y en la Ciudad de México.
Estados Unidos tiene
tiempo tirando el cerco legal… y mediático. La segunda semana de mayo de 2012,
el Departamento del Tesoro de Estados Unidos prohibió a sus conciudadanos
realizar cualquier tipo de negocio o transacción con Iván Archivaldo Guzmán
Salazar, hijo de Joaquín Guzmán, arrestado el 14 de febrero del 2005 en
Zapopan, Jalisco, y liberado tres años más tarde.
Junto con él, Ovidio
Guzmán López, también hijo del capo y de Griselda López Pérez, quedó en la
lista, bajo la aclaración del Gobierno estadounidense de que, contrario a los
rumores en varios medios de comunicación y los señalamientos de grupos enemigos
del cártel de Sinaloa, la cacería contra del aparato criminal que controla el
Chapo es real.
El argumento
expuesto por parte de la OFAC fue el “papel significativo” que ambos hijos
tienen en las actividades de narcotráfico de la organización que lidera su
padre, pero hasta el viernes 11 de mayo, cuando se dio a conocer la medida, ni
Ovidio ni Iván Archivaldo tenían cargos en su contra en Estados Unidos.
Junto a los hijos
del Chapo Guzmán fueron boletinados Noel Salgueiro Nevárez y Ovidio Limón
Sánchez, ambos detenidos por las autoridades mexicanas en el 2011.
Otro de los hijos de
Guzmán Loera, Alfredo Guzmán Salazar, está acusado desde febrero de 2008 en una
corte de Chicago, Illinois, de ayudar a su padre a traficar cocaína y trasladar
dinero de procedencia ilícita de los Estados Unidos hacia México.
Otros cabecillas del
cártel de Sinaloa fueron boletinados. El 1 de junio, el gobierno de Barack
Obama incluyó en su lista negra, como individuos sujetos a sanciones de la Ley
de Cabecillas Extranjeros de Narcotráfico, a Manuel Torres Félix, el Ondeado
—muerto en octubre pasado—, y a Gonzalo Inzunza Inzunza, el Macho Prieto.
En septiembre de
2012, el Tesoro de Estados Unidos informó que incluyó en su “lista negra” a
Griselda López Pérez, la segunda esposa del fugitivo narcotraficante mexicano
Joaquín el Chapo Guzmán, por el papel que esta juega en su cártel de las
drogas.
La OFAC decidió
incluir a López Pérez en su lista de narcotraficantes “por su papel en las
operaciones de la organización de narcotráfico” del Chapo Guzmán, y por
ayudarle a este a “evadirse de la justicia”.
Las autoridades estadounidenses
también señalaron que López Pérez “provee apoyo material a las actividades de
narcotráfico de su esposo”, quien fue incluido en la lista en 2001 de acuerdo
con una ley federal contra el narcotráfico.
Griselda López Pérez
fue detenida por la PGR el 12 de mayo de 2010 en Culiacán, Sinaloa, y liberada
horas después en la Ciudad de México sin ningún cargo. Se le acusaba, dijo
entonces la PGR, de lavado de dinero.
“Vamos a agarrar al
Chapo antes de que termine la administración de Calderón, que no les quede
duda, pero mientras vamos a congelar todos los elementos que beneficien a su
organización”, dijo esa vez William Sherman, agente especial de la Oficina
Federal Antidrogas (DEA).
Pero Calderón se fue
y el Chapo sigue libre.
Los pasos de Dámaso
En junio de 2008
tuvo lugar un hecho sin precedentes en Sinaloa. Un grupo de gatilleros emboscó
a varias patrullas de la Policía Federal y dio muerte al menos a siete agentes
durante una balacera que duró varias horas.
Después se supo que
la casa donde se escondía un grupo de sicarios había sido utilizada como
cuartel de campaña de Óscar Félix Ochoa, en su campaña por una diputación
federal, y ahora es subsecretario de Agricultura en el Gobierno estatal “del
cambio”. Es cuñado del narcotraficante Javier Torres Félix.
Días después de este
hecho, tres de sus hermanos, Leopoldo, Mellín y Celín, fueron detenidos por el
Ejército Mexicano en posesión de por lo menos 18 kilogramos de cocaína, armas y
vehículos robados. Uno o dos de ellos tenían su domicilio en el Valle de San
Lorenzo, de fuerte influencia del cártel de Sinaloa.
A raíz de esta
triple detención, unas horas después, las fuerzas castrenses aseguraron dos
propiedades de la familia López Núñez, en Eldorado, sindicatura perteneciente a
Culiacán.
La Vocería del
Operativo Culiacán-Navolato informó entonces que estos inmuebles estaban
relacionados con el aseguramiento de una casa realizado días antes en Culiacán,
donde se incautó una fuerte cantidad de dinero.
No se especificó qué
casa, pero fuentes militares informaron a Ríodoce que se trataba de una
propiedad asegurada por la calle Teófilo Noris, donde se aseguraron más de
cinco millones de dólares, dos vehículos y documentos.
Informe confidencial
El Ejército ya tenía
establecido que por lo menos los hermanos Adolfo y Dámaso López se dedican al
narcotráfico, pues en 2006 ordenó una investigación a sus áreas de
inteligencia, sobre todo enfocada a ellos.
Según un
requerimiento del Estado Mayor de la Defensa Nacional, del 3 de junio de 2006,
la Novena Zona Militar debía investigar a los hermanos López Núñez, “por estar
relacionados con el crimen organizado que impera en la entidad”.
En un primer informe
del Grupo de Análisis Especial (GAE) del 7 de junio de 2006, se informa que “en
relación a su requerimiento número C-170-06 de fecha 03 de junio de 2006,
referente a la obtención de información acerca de los hermanos Dámaso y Adolfo
de apellidos López Núñez, relacionados con el crimen organizado que impera en
la entidad, me permito informar a esa superioridad lo siguiente:
“Se logró saber que
citado individuo fungió como jefe operativo coordinador de la zona sur de la
Policía Ministerial del Estado, con sede en Mazatlán, Sin., renunciando a su
cargo con fecha 09 de mayo del año 1995”.
Respecto a su hermano
Adolfo, el mismo informe explica que “esta persona se desempeñó como supervisor
operativo de la Policía Ministerial del Estado en la sindicatura de El Salado,
municipio de Culiacán, Sinaloa, renunciando a su cargo con fecha 01 de mayo del
año 1996”.
Amparo reciente
En noviembre de
2012, un juez federal concedió un amparo al presunto narcotraficante Dámaso
López Núñez. De acuerdo con el sitio web de la Judicatura Federal, el juez
cuarto de distrito de Culiacán otorgó a López Núñez el amparo 262/2011, luego
de que el 2 de febrero de 2011 otro Juez giró orden de aprehensión en su contra
por el delito de delincuencia organizada.
El 6 de noviembre
pasado, el juez que lleva el caso resolvió lo siguiente: “La justicia ampara y
protege a Dámaso López Núñez contra los actos y autoridades precisados en el
resultando primero de esta ejecutoria”.
La orden de
aprehensión girada en su contra es parte del expediente 88/2009, abierto por la
PGR luego de la detención de cuatro miembros del cártel de Sinaloa en un
operativo llevado a cabo en Culiacán el 21 de julio de 2009, donde fueron
detenidos Sandra Gisel Acosta Quintero, viuda del extinto capo Julio César
Beltrán Quintero, el Julión; César Tovar Chávez, Vanessa Selene Muriz Ortiz y
Juan José Olguín Casillas.
Los tres últimos
fueron detenidos en un domicilio de la colonia Las Quintas y tenían en poder
equipo para intervenir llamadas telefónicas, mientras que Sandra Gisel fue
capturada en la colonia Las Vegas.
La PGR informó que
en esta averiguación estaba involucrado López Núñez, oriundo de la sindicatura
de Eldorado, ubicada 30 kilómetros al sur de Culiacán.
Autoridades
federales revelaron que también está ligado con el hallazgo de más de 5
millones de pesos en una casa de seguridad ubicada atrás de la Universidad Autónoma
de Sinaloa.
Esta es la casa
asegurada en junio de 2008 por la calle Teófilo Noris de Culiacán, donde
encontraron poco más de 5 millones de dólares.
La narcoposada
El viernes 20 de
diciembre de 2011 tuvo lugar en Eldorado, sindicatura de Culiacán, una fiesta
descomunal donde tocó la banda El Recodo de don Cruz Lizárraga. El Comité de
Desarrollo de Eldorado la nombró su Primera Gran Posada Navideña.
La sindicatura había
expresado una y otra vez que estaba en crisis, y entonces nadie se explicaba de
dónde había salido para pagar el fandango, en el que también tocarían Los
Titanes de Durango.
Miguel López,
representante de Derechos Humanos del Valle de San Lorenzo, fue uno de los
encargados de regalar los pases, desde el mismo edificio recién inaugurado de
la sindicatura.
La noticia de la
fiesta, planeada para 3 mil personas, corrió a través de las redes sociales.
Era gratis, había que ir. El edificio donde despacha el síndico Luis Fernando
Gaxiola Noriega, también fue adornado con cartulinas que invitaban al festejo.
El boleto de color
azul y con el logotipo de la banda El Recodo al reverso, un sello con el escudo
del Ayuntamiento de Culiacán y las letras que señalaban que era del Comité de
Desarrollo de Eldorado. El alcalde era Héctor Melesio Cuen Ojeda, ex rector de
la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Para arrancar, la
banda de don Cruz Lizárraga cantó un corrido improvisado en memoria del ex
síndico de Eldorado, fallecido en septiembre del 2009, Dámaso López García,
padre de Dámaso López Núñez.
Apenas el 7 de
noviembre anterior, el síndico Luis Fernando Gaxiola Noriega se quejaba en una
entrevista concedida al periódico El Debate, que los 55 mil pesos semanales que
entregaba la Comuna alcanzaban escrupulosamente para pagar la gasolina y el
servicio de recolección de basura en el pueblo, ya que en estos conceptos se
van solamente 40 mil pesos.
Cuando fue
cuestionado por Ríodoce sobre quién había financiado la fiesta, simplemente
dijo que no sabía.
Dámaso en Puente Grande
En su libro Los
señores del narco, la periodista Anabel Hernández dimensiona la relación de
Dámaso López Núñez con Guzmán Loera:
En abril de 1999 el
Chapo y el Güero recibieron buenas noticias: que llegaba el comandante Dámaso
López Núñez como subdirector de Seguridad del penal, y que Leonardo Beltrán
Santana regresaba a dirigir Puente Grande. Los cambios que estaban ocurriendo
en la administración de cárceles federales resultaban muy benéficos para sus
intereses. No se trataba de una casualidad: al parecer el Chapo tenía el contacto
preciso para que las cosas simplemente ocurrieran. A principios de 1999, el
secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, ex gobernador de Sinaloa
y candidato a la Presidencia de México en 2000, realizó una serie de
nombramientos al interior de la Secretaría que cambiaron las circunstancias
internas de Puente Grande. Particularmente las del Chapo.
(…)
López Núñez fue jefe
de Investigación de Robo de Autos, pero en realidad trabajaba para el cártel de
Sinaloa, específicamente para el grupo de Ismael el Mayo Zambada. Su padre, el
priista Dámaso López García, era un rico “terrateniente” de Culiacán,
propietario, entre otros bienes, de un imponente rancho de seis hectáreas con
lago, palapas, capillas, canchas deportivas y una residencia de lujo. Fue
miembro del Consejo Directivo del PRI en la capital sinaloense y por medio del
partido político tuvo una relación cercana con Jesús Vizcarra, ex alcalde de
Culiacán y aspirante a la gubernatura del estado en las elecciones del 4 de
julio de 2010, a quien se le atribuye una relación de amistad y negocios con el
Mayo Zambada.
López Núñez fue
enviado por amigos del Chapo. El nuevo subdirector llegó acompañado por un
equipo de colaboradores que se hacían llamar Los Sinaloa: los comandantes
Carlos Fernando Ochoa López, Jesús Vizcaíno Medina y Fidel Roberto García;
custodios como José de Jesús Carlos Cortes Ortiz, el Pollo, y José Barajas, el
Veneno. Todos ellos corruptos de pies a cabeza. A raíz de su llegada al Centro
de Readaptación Social, la disciplina se convirtió en un artículo del
reglamento que nadie ponía en práctica.
Los nombramientos se
hicieron con apremio. Labastida iba a renunciar a fines de mayo para participar
en la contienda interna del PRI por la candidatura presidencial para la
elección de julio de 2000. Esas semanas representaban su última oportunidad
para hacer los cambios que se requerían. El 27 de mayo de 1999 se concretó su
renuncia y el presidente Ernesto Zedillo nombró como nuevo secretario de
Gobernación a Diódoro Carrasco, quien respetó los nombramientos hechos por
Labastida. El 30 de abril de 2000, Yunes fue nombrado coordinador de asesores
de Diódoro Carrasco, su amigo Pérez Rodríguez ascendió al puesto de director
general de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, y
Tello Peón siguió siendo su jefe hasta un mes después de la fuga del Chapo.
(…)
El 13 de julio de
2005, Julio Beltrán Quintero, mejor conocido como el Julión, fue ejecutado en
la avenida principal de Culiacán, junto con cuatro agentes en activo de la
Policía Estatal de Sinaloa que lo escoltaban. El 2 de noviembre de 2007, su
padre Manuel Beltrán Arredondo, de 65 años de edad, fue asesinado a balazos
dentro de un centro comercial de Culiacán por tres gatilleros que le dispararon
a quemarropa y luego huyeron. Fue hasta mediados de 2009 cuando la PGR
reconoció oficialmente que la familia de Beltrán Quintero estaba ligada con el
narcotráfico a raíz de la detención de Sandra Gisel Acosta Quintero el 21 de
julio de ese año en Culiacán. La PGR la relacionó con Dámaso López Núñez, el
ángel de la guarda del Chapo en Puente Grande, y con Julio Beltrán Quintero,
hijo de Manuel Beltrán Arredondo, a quien la SIEDO ubicó como integrante del
cártel de los hermanos Beltrán Leyva, socios de Guzmán Loera hasta enero de
2008. Eso revela que quien mandó a Dámaso López Núñez a Puente Grande a ayudar
a Joaquín Guzmán Loera, fue Beltrán Arredondo, el amigo de Francisco Labastida
Ochoa.
(…)
El Chapo hizo un
frente común con el Güero Palma y Arturo Martínez Herrera, el Texas, miembro
del cártel del Golfo, uno de los monstruos creados por el comandante Guillermo
González Calderoni. Entre el personal que laboraba en Puente Grande, el grupo
era conocido como Los Tres. Con el apoyo del comandante Dámaso y Los Sinaloas,
eran invencibles.
(RIODOCE.COM.MX/ Redacción /Lunes 14 de enero de 2013)
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