Señala Alcalde de Concordia que sólo quedan ocho
familias por abandonar sus hogares; reviven la historia de la masacre del 24 de
diciembre entre lágrimas y temblando de pánico
Luis Peraza
EL PLATANAR DE LOS
ONTIVEROS, Concordia._ Por más que quieren olvidar los sonidos de las balas y
los gritos de auxilio en la masacre del 24 de diciembre, no lo pueden hacer,
los llantos de las familias se escuchaban por todo el pueblo, dijo un ama de
casa.
"Ese día fue
horrible, hemos dicho que eso ya no lo recordaremos pero no podemos, es
imposible olvidar el sonido de los balazos y los gritos pidiendo auxilio, los
llantos de los niños y de las familias se escuchaban por todo el pueblo, es
algo muy difícil", menciona una mujer.
Lo que un día fue
una comunidad que vivió de la siembra y cosecha del maíz y frijol, hoy se
convierte en la sexta comunidad desplazada por la violencia; un total de 52
familias están evacuando el poblado donde su historia, sus costumbres y sus
recuerdos se quedarán plasmados en cada vivienda y en cada espacio de la
comunidad.
Todo quedará atrás
como resultado de aquella tarde-noche trágica donde un grupo armado atacó el
poblado; no hay un habitante que no cuente esa historia entre lágrimas y
algunos temblando de pánico.
Camino 'difícil'
Arribar a la
comunidad no es nada fácil, un camino de difícil acceso de terracería conduce
hasta el poblado; los rostros de los que abordan el vehículo reflejan angustia
y temor, todo es silencio.
Luego de dos horas y
media de camino, el paisaje de la zona serrana se empeña en dar una bienvenida
a sus visitantes, tal pareciera que la comunidad se encontraba enclavada bajo
la vigilancia de un cerro; casas formadas con paredes de lodo y techos de loseta,
algunas casas son de material.
El Ejército y
algunos elementos de la DSPyTM vigilan cada punto cardinal del poblado, todos a
la expectativa de cada movimiento que se genera en los alrededores y al
interior del poblado.
Algunos llantos de
mujeres y hombres que se aferran a dejar el poblado rompen el sonido que genera
la vida silvestre de la comunidad, sólo quedan por abandonar sus hogares un
total de ocho familias, según el Alcalde José Eligio Medina Ríos.
"Estamos
esperando solamente a que mi marido saque toda la siembra de maíz y que lo
desgranemos para podernos irnos, nos pesa hasta el alma dejar el pueblo, aquí
nacieron mis hijos y aquí está enterrado su ombligo.
"Nos sentimos
muy mal, pero no hay de otra, nos tenemos que ir por nuestro bien, a ver ni no
nos morimos de la tiricia", mencionó una de las vecinas mientras recorría
la plaza del poblado donde asesinaron a cuatro hombres del pueblo.
Justo enfrente de un
arroyo se encuentra ubicada la primaria del lugar; del otro lado del afluente
una casa rosa luce con decenas de gallinas en busca de comida; a las afueras de
ésta, cinco rastros de cal, a un costado se encuentra un bote con dos
veladoras, en la pared de la casa cinco cruces conforman el escenario donde a
cinco varones de la localidad los acribilló el grupo armado que interrumpió
para siempre con la tranquilidad de los pobladores.
En medio de la plaza
del poblado luce un palo, el cual sostenía la red de volibol donde los jóvenes
de la localidad practicaban ese deporte y en donde se solían reunir de manera
cotidiana, justo ahí fue el lugar donde a cuatro hombres, tras sacarlos con
violencia de sus hogares, los mataron, el lugar quedó marcado con una pequeña cruz
de madera.
El ruido de tres
camionetas las cuales se encargan de trasladar las pertenencias de las familias
desplazadas, rompen el silencio abrumador.
Apoyo a desplazados
Es arriba de una de
las unidades donde vienen dos despensas para cada familia; la tienda de la
comunidad se encuentra cerrada desde el día 25 de diciembre, por lo que los
pobladores que aún permanecen en el poblado tienen que hacer que alcancen estas
despensas por tiempo indefinido, mientras llega más ayuda por parte del
Gobierno.
"Tenemos muy
poco que comer aquí, nos tenemos que "amañar" a lo poco que nos han
dado, es muy duro vivir así en esta situación, ya estamos cansados.
"¿Por qué nos
tocaría vivir esto tan duro?", expresó otro de los habitantes.
Recorrer las calles
del poblado no resulta nada fácil, algunas viviendas se encuentran en lo alto
de pequeños cerros; todos los habitantes lucen al interior de sus viviendas, el
temor sigue haciendo lo suyo.
Los perros que
algunos vecinos dejaron olvidados persiguen a cada elemento del Ejército y de
la DSPyTM.
"Sí estamos
tranquilos porque hay Ejército, pero era de que ellos hubiesen estado siempre
aquí, pero lo que ya está para suceder pasa, ni modo, así nos tocó a nosotros;
irnos para nunca volver, ¿con que seguridad vuelve uno?, es muy duro esto, la
verdad no se le desea ni al peor enemigo", comenta un adulto mayor entre
lagrimas.
Así luce el panorama
en esta comunidad enclavada en la zona serrana, la comisaría que se convierte
en la sexta desplazada por la violencia en el municipio, la cual ha ocasionado
que el padrón de desplazados crezca a 250 familias, según la Secretaría de
Desarrollo Social y Humano del estado.
"Ese día fue
horrible, hemos dicho que eso ya no lo recordaremos pero no podemos, es
imposible olvidar el sonido de los balazos".
Desplazada de El Platanar
52
Familias vivían en
El Platanar de Los Ontiveros
8
Familias que faltan
por salir de la comunidad
NOROESTE/ LUIS PERAZA/ 13-01-2013
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