Asesores estadunidenses
en seguridad contratados por el equipo de Enrique Peña Nieto adelantan a
Proceso que el mandatario trabaja para crear un Centro Nacional de Inteligencia
con la finalidad de “mexicanizar” el combate al crimen organizado.
El organismo será
controlado por Gobernación, la supersecretaría a la que se acaba de dotar de un
presupuesto superior a los 62 mil millones de pesos, con los que podrá hacer
casi todo… como en el viejo régimen priista.
El problema, dicen los
especialistas, es que no hay personal suficientemente capacitado para esa
tarea.
J. Jesús Esquivel
WASHINGTON.-
En la dependencia federal que está siendo convertida en una supersecretaría
–Gobernación–, dotada por consiguiente de un presupuesto descomunal, el
gobierno de Enrique Peña Nieto pretende crear el Centro Nacional de
Inteligencia (CNI). Su objetivo: recopilar la información que generen todas las
instancias de seguridad y procuración de justicia de México, en el afán del
mandatario priista de combatir con eficiencia al crimen organizado.
Funcionarios
extranjeros que participan en el proyecto, ideado desde los tiempos de la
campaña electoral del mexiquense, confían lo anterior a Proceso. Pero
advierten: el problema es que no hay personal con los conocimientos necesarios
para afrontar una tarea de esa magnitud, labor que varias agencias
estadunidenses habían realizado con el aval del anterior gobierno federal.
Uno de los
consultores estadunidenses contratados por el gobierno de Peña Nieto para la
creación del CNI adelanta a Proceso: “Se trata de un plan innovador cuyo
objetivo será la recolección de información de inteligencia entre todas las
agencias de seguridad del Estado mexicano para realizar operativos más
eficaces, menos vistosos y mejor coordinados contra el narcotráfico”.
Según el proyecto,
el CNI estará bajo el mando directo de la Secretaría de Gobernación (Segob) y
tendrá como “operador inmediato” al Centro de Investigación y Seguridad
Nacional (Cisen). El propósito de Peña Nieto, dice el entrevistado, es emular
las operaciones de inteligencia que realiza el gobierno de Estados Unidos con
las tácticas y actividades de espionaje de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA).
Peña Nieto y su
equipo “quieren concentrar en una sola entidad, como se hace en los centros u
oficinas de fusión que tenemos en Estados Unidos, toda la información de
inteligencia que recopilan el Ejército, la Marina, el Cisen, la PGR y todas las
demás dependencias federales y hasta estatales implicadas en la lucha contra el
narcotráfico”, enfatiza el consultor, quien acepta hablar a condición de que se
mantenga su anonimato.
Especialista en
operaciones internacionales de inteligencia, el entrevistado comenta que con la
creación del CNI Peña Nieto intenta cumplir con su promesa electoral de
desmilitarizar de manera paulatina la lucha contra el narcotráfico emprendida
por Felipe Calderón.
“A nosotros nos
parece una muy buena idea porque si se logra, antes de lanzar cualquier
operativo contra cierto cártel, narcotraficante u objetivo del crimen
organizado se estudiarán opciones, se plantearán escenarios y se definirán
ataques conjuntos que –está comprobado– siempre dan mejores resultados que los
enfrentamientos frontales”, apunta.
Continúa: “Cuando se
lleve a cabo un operativo podrían participar juntos el Ejército, la
Procuraduría General de la República, la Marina, la Gendarmería Nacional,
policías estatales y municipales, pero siempre bajo las órdenes de un solo
mando: la Secretaría de Gobernación”.
Las propuestas de campaña
Al asumir la
Presidencia, Peña Nieto decidió prescindir de la Secretaría de Seguridad
Pública (SSP) federal, la dependencia favorita de Calderón, y adscribir a su
personal a la Segob, lo que se concretó a principios de este mes.
Convertida en una
supersecretaría, Gobernación concentra a partir del jueves 3 todas las acciones
de seguridad y prevención del delito que antes ejecutaba la SSP. Y lo más
importante: Absorbió también los 41 mil 217 millones de pesos asignados a la
extinta secretaría para este 2013. Con ello su presupuesto se elevó a 62 mil
millones 258 mil pesos, por encima incluso del que maneja la Secretaría de la
Defensa Nacional (Sedena), que es de 60 mil 812 millones.
Poco después de ser
declarado presidente electo, Peña Nieto pidió a Miguel Ángel Osorio Chong,
quien hoy está al frente de esa superdependencia, contratar a consultoras
estadunidenses especializadas en seguridad e inteligencia con un propósito
definido: Que participaran con los colaboradores del mexiquense en la
elaboración y definición de la nueva estrategia de combate al narcotráfico y al
crimen organizado.
De acuerdo con otro
consultor entrevistado por el corresponsal, “se canalizaron varias propuestas y
al final se contrató a expertos estadunidenses altamente calificados en este
campo, quienes trabajan con los colaboradores de Peña Nieto desde el 1 de
diciembre”.
Dice, a condición de
que se omita su nombre, que él y sus compañeros han viajado en varias ocasiones
a la Ciudad de México para “agilizar el plan del establecimiento del CNI”, pues
Peña Nieto quiere echarlo a andar poco después del primer trimestre de este
año.
Según el
entrevistado, Osorio Chong se coordina con su subalterno Eugenio Ímaz Gispert,
director general del Cisen; él y los otros asesores estadunidenses trabajan a
su vez con un grupo de funcionarios “jóvenes” de Gobernación.
Pero el consultor se
alarma porque la mayoría de los funcionarios que trabajan en el proyecto del
CNI –con edades que van de 28 a 35 años– “no tienen ni la menor idea” de lo que
significan las labores de inteligencia y mucho menos de la elaboración y
definición de operativos contra el crimen organizado o los narcotraficantes.
Otro consultor
extranjero confía a Proceso: “Ese es el gran problema que tenemos. Esperamos
que poco a poco Osorio Chong o el director del Cisen encuentren gente con más
experiencia para la elaboración de un proyecto de gran envergadura como el que
quieren desarrollar”.
Los expertos
estadunidenses coinciden: La falta de gente con experiencia en la Secretaría de
Gobernación y en el círculo cercano a Ímaz es el principal obstáculo para la
creación del CNI.
Para ellos el único
funcionario “con un poco de conocimiento” sobre los asuntos de inteligencia es
Juan Carlos Foncerrada Berumen, economista que hasta hace unas semanas era
delegado del Cisen en la embajada de México en Estados Unidos.
“Foncerrada Berumen
sabe muy poco, pero de entre todos los funcionarios mexicanos que están
involucrados en el proyecto hasta ahora, es el que sabe más”, comenta una de
las fuentes.
(Extracto del reportaje que se publica en Proceso
1889, en circulación)
PROCESO/ J. JESÚS ESQUIVEL / 12 de enero de 2013
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